Polonia refuerza sus tropas en la frontera con Bielorrusia ante la creciente amenaza del Grupo Wagner

El ministro de Defensa, Mariusz Blaszczak, ha previsto la provisión de recursos adicionales, incluidos helicópteros de combate, que se sumarán al despliegue y ha informado formalmente a la OTAN sobre el incidente de invasión de su espacio aéreo. Si el incidente llegase a se considerado una agresión, serviría para actuar el artículo 5 del Tratado de la Alianza, que obliga a todos sus miembros a la defensa mutua. El hecho de que Polonia se encuentre en periodo preelectoral añade tensión adicional a una situación de por sí delicada y el incidente no está exento de ciertas confusiones.

«Hubo una violación del espacio aéreo polaco por parte de dos helicópteros que estaban entrenando cerca de la frontera», ha confirmado el Ministerio de Defensa polaco, después de que el ejército negase que los helicópteros hubieran entrado en el espacio aéreo del país. En cuestión de horas, el ejército se retractó en un comunicado. El Ministerio de Defensa de Bielorrusia argumenta por su parte que la denuncia fue «inventada» por los líderes políticos y militares polacos para justificar nuevamente la acumulación de fuerzas y medios cerca de la frontera con Bielorrusia«.

El estacionamiento en Bielorrusia de los agresivos mercenarios Wagner, sin nada que hacer allí, está también añadiendo tensión. De momento se les ha encargado la misión de convertir el ejército bielorruso en «el segundo mejor del mundo», pero estas tareas de entrenamiento no satisfacen las expectativas de los guerreros. Los más beligerantes «han empezado a inquietar» al gobierno de Minsk, según las autoridades bielorrusas, con solicitudes de permisos para incursiones en suelo polaco que no han sido autorizadas. Los mercenarios se refieren a estas incursiones como «excursiones a Varsovia».

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha descartado que los Wagner vayan a avanzar sobre la frontera polaca y asegura que están alojados en las localidades de Brest y Grodno bajo control, realizando las tareas de entrenamiento al ejército bielorruso que se les han encomendado. También ha desmentido informaciones de los servicios de inteligencia polacos: «He escuchado que Polonia se ha vuelto loca porque supuestamente algún destacamento, hasta cien personas, ha ido hasta la frontera, pero ningún destacamento, nada de cien personas, ha hecho ese movimiento». «Su tarea es entrenar a mi ejército, debo entrenarlo porque un ejército que no pelea es solo medio ejército... No quiero pelear, no quiero que nuestros muchachos mueran, pero necesitamos enseñarles». Lukashenko ha recordado que ofreció a los mercenarios Wagner detener la rebelión y sus consecuencias a cambio de garantizar su seguridad en Bielorrusia.

«Son verdaderos combatientes que han estado en el campo de batalla, nos ayudan gratis y nos transmiten esa experiencia», resume su cometido. Pero si lo que pretende con estas palabras es tranquilizar a los vecinos polacos, no lo consigue ni de lejos. Más bien al contrario, esta presencia de 3.000 mercenanios Wagner en Brest y Grodno, muy cerca de su frontera, agrava la percepción de peligro de Polonia, que se manifiesta inmersa en una nueva fase de la «guerra híbrida» lanzada por Bielorrusia. Una encuesta publicada ayer (martes) indica que el 55% de los polacos ve «una clara amenaza» en la presencia de mercenarios de Wagner en un país vecino.

El número de intentos de cruzar a territorio polaco ha alcanzado niveles similares al preludio del peor momento de la ola migratoria de hace dos años, con días en los que la Guardia de Fronteras detectó casi 300 casos e interceptó grupos de hasta cien personas. «Sabemos dónde están: tienen su base en algún lugar del centro de Bielorrusia, donde han establecido un campamento y un centro de entrenamiento», ha declarado el viceministro de Interior, Marcin Wasik, «se trata de criminales sin escrúpulos que han ido allí con un propósito». La oposición, sin embargo, resta importancia a la amenaza.

El liberal Donald Tusk, acusa al ejecutivo de instrumentalizar la crisis e incluso denuncia la posibilidad de que se retrasen las elecciones, previstas para otoño y con perspectivas inciertas para el partido en el gobierno, bajo el pretexto de una emergencia nacional. En un debate televisado, el portavoz del gobierno Piotr Müller ha afirmado que es necesario «anticipar» distintos escenarios respecto a los posibles planes del Grupo Wagner, «desde que participan en la reactivación de grupos criminales y falsos movimientos migratorios, hasta la posibilidad de que crucen la frontera con armas». La oposición exige que evite el «alarmismo» y que pida la presencia de la OTAN en la frontera «si realmente existe una amenaza real».