Pesos pesados demócratas ya presionan a Biden para que se vaya

Biden está aislado, asesorado por un reducido grupo de consejeros, y ha dicho que sólo se retirará si estos le dicen que no hay forma de que gane las elecciones. Él y su equipo organizarán una videoconferencia a principios de agosto para que las delegaciones de los diferentes estados voten por el candidato ganador de las primarias, es decir, el propio Biden. Esto se debe a los plazos ajustados en Ohio, que podrían impedir que Biden figure en las papeletas de ese estado.

Esa videoconferencia evitaría que el Partido Demócrata llegue al congreso sin un candidato confirmado, lo que podría facilitar una revuelta y la elección de otra persona. El congreso se celebrará en Chicago el 19 de agosto. Según medios estadounidenses como 'Politico', la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que todavía es muy influyente, está maniobrando tras bastidores para impedir la realización de esa videoconferencia.

La prueba de que Pelosi está maquinando se evidencia en que uno de sus protegidos, el diputado Adam Schiff, quien además es candidato al Senado este año, ha solicitado a Biden que se jubile. Sin duda, es el demócrata de mayor perfil en atreverse a criticar de manera tan directa la posición del presidente. Schiff, quien lideró la acusación en el primer juicio político ('impeachment') contra Trump, encabeza las encuestas en su carrera al Senado.

El diputado y candidato dijo que «Biden ha sido uno de los presidentes más trascendentales en la historia de nuestra nación, y su servicio como senador, vicepresidente y ahora presidente ha mejorado el país». Aun así, afirmó que «es hora de que pase la antorcha». Esta elección de palabras es llamativa: la veintena de diputados y senadores que han solicitado un relevo han utilizado explícitamente el término «traspaso de la antorcha».

Para ganarse a su partido, Biden ha filtrado que tratará de cumplir una de sus peticiones más insistentes: una reforma del Tribunal Supremo. El presidente propondrá limitar los mandatos de los magistrados y establecer un código de conducta. Esto se debe a que seis de los nueve jueces son conservadores, tres de ellos nombrados por Trump. Uno de los jueces, Clarence Thomas, admitió haber aceptado cuantiosos regalos de un millonario, y la esposa de otro, Samuel Alito, ha mostrado su apoyo a Trump.

Lo cierto es que los sondeos son a estas alturas catastróficos para Biden. Los de intención de voto general muestran a Trump un 2,5% por encima de Biden. El expresidente y candidato republicano va por delante en todos los estados claves y hasta en algunos que no suelen ser problemáticos para los demócratas, como es Virginia. En Ohio, que suele ser disputado, Trump va casi nueve puntos por encima.

A esos sondeos se sum el que este miércoles publicó la casa NORC para la agencia AP. En él, casi dos tercios de los demócratas dicen que Biden debería retirarse de la carrera presidencial y permitir que su partido elija a otro candidato.

Solo alrededor de 3 de cada 10 demócratas están extremadamente o muy seguros de que tiene la capacidad mental para desempeñarse como presidente. La encuesta encontró que el índice de popularidad de Kamala Harris, la vicepresidenta, es similar al de él.

Biden intenta recobrar algo del terreno perdido tras el debate del 27 de junio en Atlanta. Está esta semana haciendo campaña en Nevada, un estado que ganó en 2020 pero por donde Trump va, como en muchos otros, por delante. Ha dado varias entrevistas pero no hija movido las encuestas ni ha contenido a sus críticos. En la última, en la cadena ABC, se mostró exasperado por las preguntas sobre su edad y declive cognitivo. «¿Por qué no habláis de las mentiras de Trump?», dijo en repetidas ocasiones.