La ONU condena el sistema de ayuda humanitaria de Israel en Gaza

El asunto central era la crisis humanitaria que se vive en la Franja, después de un nuevo impulso por parte de Israel a sus ataques militares y del bloqueo de la entrada de víveres y ayuda a la población palestina durante dos meses.

En los últimos días, Israel ha creado un nuevo sistema de ayuda humanitaria que sustituye al organizado por la ONU, que ha sido inaugurado con disturbios y decenas de heridos y que, en opinión de la organización internacional, no es suficiente para paliar el desastre humanitario en Gaza.

«La muerte es su compañera, no la vida, ni la esperanza», dijo sobre los gazatíes Sigrid Kaag, la coordinadora especial de la ONU para el Proceso de Paz en Oriente Próximo. «La gente de Gaza merece más que la pura supervivencia, merecen un futuro», defendió Saag, que alertó que la ayuda humanitaria que ha empezado a llegar «es comparable a un bote salvavidas cuando el barco se ha hundido».

Fue una sesión con mucha carga emotiva, en la que el representante palestino, RIyad Mansour, rompió a llorar en su intervención. «Es horripilante ver esta situación y vosotros seguís sin actuar», dijo a los miembros del Consejo, «¿cuánto más queréis?».

«Son personas, seres humanos, desprovistos de agua, comida y medicina durante mucho tiempo, cuyas vidas penden de un hilo», añadió sobre los palestinos antes de condenar que la verdadera intención es «deshacerse de ellos, matarlos de hambre y destruir Gaza para que no tengan otra elección que irse si quieren seguir viviendo».

Junto a él estaba Feroze Sidhwa, un cirujano estadounidense de origen palestino, que ha sido voluntario en hospitales de Gaza en dos ocasiones, la última el pasado marzo. Sidhwa condenó el «desmantelamiento» de la endeble infraestructura médica en la Franja por parte de Israel «contra la ley humanitaria internacional» y relató los horrores que presenció. En especial, el 18 de marzo, cuando Israel dio por terminado el alto el fuego negociado con Hamás y EE.UU., cuando llegaron 221 pacientes a su unidad: «90 llegaron muertos y la mitad eran niños gravemente heridos», narró el doctor, que aseguró haber tratado niños con disparos en la cabeza y en el pecho.

«Estamos perdiendo una generación delante de nuestros ojos», dijo. «Se participe o no en ello, permitir que ocurra es una elección«, advirtió. «Esta es una negación deliberada de las condiciones necesarias para la vida: comida, techo, agua y medicina. Prevenir un genocidio significa negarse a normalizar estas atrocidades».

El embajador de Israel, Danny Danon, aseguro que mientras la ONU «disemina pánico y hace declaraciones alejadas de la realidad, el estado de Israel está facilitando de forma continua la entrada de ayuda en Gaza», dijo sobre los cuatro puntos de reparto que ha establecido en la Franja después de los dos meses de bloqueo, organizados con contratistas estadounidenses.

Israel siempre ha criticado que la ayuda humanitaria de la ONU es un salvavidas de Hamás, que la controla y abusa de su reparto. «Hamás sabe que si pierde el control sobre la ayuda, pierde el control sobre el pueblo de Gaza», dijo Danon.

En su intervención, el representante estadounidense, John Kelley, coordinador político de la Embajada de EE.UU. ante la ONU, reiteró el apoyo de su país a Israel y centró su discurso en la derrota de Hamás, a quien acusó de sustraer ayuda humanitaria, como solución al problema. Para seguir adelante, «Hamás debe quedar derrotado».

En las últimas semanas, ha crecido la incomodidad del Gobierno de Donald Trump con el empeoramiento de la crisis humanitaria en Gaza. «Hemos hablado con ellos y queremos ver si se puede acabar con toda esa situación lo antes posible», dijo Trump el pasado fin de semana, en medio de un creciente distanciamiento con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.