Un nuevo Macron patriota se aleja del primer Macron europeísta

«Nuestro camino está claro, es la independencia nacional», ha dicho el presidente francés durante una conferencia con su nuevo Gobierno

Macron realiza un cambio estético de su Gobierno y mantiene a sus ministros más próximos

Emmanuel Macron este viernes AFP

Juan Pedro Quiñonero

Corresponsal en Paris

El primer Emmanuel Macron europeo se aleja para dejar paso al nuevo Macron patriota, que él mismo presenta de este modo: «Nuestro camino está claro, es la independencia nacional«.

Presentando a su nuevo Gobierno, al inicio de su primer consejo de ministros, a última ... hora de la mañana del viernes, el jefe del Estado hizo un breve balance de sus objetivos políticos y diplomáticos, esbozando, en escorzo, un aparente cambio de doctrina estratégica, sin decirlo.

El primer Macron, entre 2017 y 2022, resumía sus ambiciones de este modo: «Reformar Francia para refundar Europa». Durante la campaña presidencial y su duelo personal contra Marine Le Pen, presidenta de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), siguió presentándose como un abanderado de las grandes políticas europeas.

Doce meses más tarde, el nuevo Macron rectifica: el rumbo, el camino, que debe guiar todos sus objetivos nacionales e internacionales es la «preservación y consolidación de la independencia nacional».

«Camino», «rumbo» y «objetivos» nacionales que chocan, desde hace meses, con varios de los aliados europeos más importantes.

«Independencia nacional»

En el terreno económico y la lucha contra el paro, Macron estima que la «independencia nacional» pasa por sus políticas de gasto, deuda y déficit, discretamente alejadas de la política de rigor presupuestario que reclama Alemania.

En el terreno de la «planificación ecológica», otro gran eje de la política de independencia nacional, la política macroniana se enfrenta, desde hace tiempo, a las políticas de Alemania y España. Macron defiende una independencia basada en la energía nuclear, muy alejada de los actuales modelos de Madrid y Berlín.

En el terreno del «orden republicano» y la inmigración, dos puntales capitales, el patriotismo francés ha tenido problemas en las fronteras de Italia y España. Macron tiene cerrados, desde hace tiempo, un número impreciso de puestos fronterizos, en los Pirineos, por no fiarse de los controles españoles. El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, ha criticado y ha sido criticado por sus colegas italianos, con mucha sorna.

En el terreno de la seguridad y defensa, la independencia nacional de Francia reposa en su condición de potencia atómica, con arsenal propio, y un proyecto nacional de defensa antimisiles europea. Alemania no comparte ni ha deseado compartir, nunca, tales ambiciones patrióticas francesa.

Inmigración, energía, seguridad y defensa, terrenos estratégicos que el «antiguo» Macron europeo aspiró a «compartir» durante dos años. El «nuevo» Macron parece privilegiar la dimensión patriótica y nacional de tales cuestiones, estratégicas para toda Europa, también.

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