Misteriosa masacre en EE.UU.: un joven mata a ocho familiares o allegados y se quita la vida a 2.000 kilómetros

Una cámara de videovigilancia capta cómo un hombre recoge del maletero unos garrafones de agua, aparece un Toyota Camry rojo y el conductor de este se para. Intercambian unas palabras y el Toyota se marcha. Pero cuando el hombre se dirige a su casa con el agua, el del vehículo rojo vuelve y abre fuego. En el vídeo se escuchan varios tiros y el sospechoso huye.

Lo que no saben los policías del condado de Will es que la escena sólo es el principio del recorrido sangriento que dejará en las horas siguientes un reguero de muertos y acabará a casi 2.000 kilómetros de distancia. El suceso sigue lleno de incógnitas.

A los diez minutos de los disparos en la calle Davis, el ayudante del 'sheriff' del condado Dan Jungles asegura que se ha recibido otra llamada para que sus agentes acudan a una casa en el número 5 de Pheasant Run Lane, donde se ha encontrado a una persona herida de un disparo en la cabeza. La víctima, identificada como Toyosi Bakare, de 28 años y natural de Nigeria, es trasladado al hospital. Allí muere de sus heridas.

Gracias a las imágenes del primer incidente, la Policía identifica al sospechoso: Romeo Nance, un joven de 23 años del que no hay demasiados datos. Tan sólo que la Policía cree que tiene antecedentes, pero sin mayores detalles. El nigeriano Bakare tiene, al parecer, algún tipo de relación con él.

Sin poder localizar de momento a Nance, hacia la medianoche la Policía establece un dispositivo de vigilancia junto a su casa, en el bloque 2200 de West Acres Road. Sin rastro del sospechoso.

Tras doce horas de guardia, ya el lunes, los agentes se acercan a la vivienda y comprueban que hay sangre en el exterior. Deciden entrar. Dentro encuentran a dos personas muertas a tiros. Son una mujer de 47 años y un hombre de 35 que habían contactado con el Departamento de Policía de Joliet.

La Policía revisa otra casa en la que viven familiares de Nance. Aquí el hallazgo es aún más espantoso: esta vez son cinco las personas que yacen muertas. Entre ellas hay una chica de 20 años, otra de 16 y otra de 14. Los otros dos son un hombre de 31 años y una mujer de 38. Ya van ocho víctimas mortales y un herido en total.

La Policía cree que los disparos han tenido lugar el domingo y que el sospechoso está emparentado al menos con las siete personas muertas en las dos viviendas.

«He sido policía durante 29 años y esta es la peor escena de un crimen con la que he tenido relación», asegura en jefe de Joliet, Bill Evans, según recoge la cadena ABC7.

La caza del supuesto autor de estos crímenes continúa. Durante la mayor parte de lunes sigue desaparecido.

No es hasta las 20.30 de ese día cuando agentes federales decubren a Romeo Nance a casi 2.000 kilómetros de distancia del lugar donde ha cometido supuestamente los homicidios: en la localidad de Natalia, en Texas, unos 50 kilómetros al suroeste de San Antonio.

Según la versión que maneja la Policía, el sospechoso se detiene en un centro comercial en Texas, se hace con unas placas de matrícula de ese estado y las coloca en su vehículo para despistar a los agentes.

Finalmente los agentes se enfrentan con Nance en una gasolinera y él se quita la vida de un disparo, según la Oficina del Sheriff del condado texano de Medina. El sospechoso está «neutralizado» y ya «no hay amenaza para la comunidad», informa el 'sheriff' Randy Brown.

Se desconoce todavía por qué el supuesto homicida acabó en Texas, donde carecía aparentemente de conexiones personales.

La Policía pide a cualquiera que tenga información sobre el caso que contacte con ella. Pero, advierte, en casos como este, puede que nunca se conozca el motivo del crimen.