El ministro de Trabajo francés, al borde de la destitución
Un diario del amante de Bettencourt salpica también a Nicolás Sarkozy
Los tentáculos del fabuloso escándalo Bettencourt continúan ramificándose, desenterrando sospechas, enroscándose en el cuello de algunos sospechosos. Nuevas revelaciones acosan a Eric Woerth, ministro de Trabajo, cuando varios testigos manejan acusadoramente el nombre de Nicolás Sarkozy, que ha comenzado a trabajar en un cambio de ... gobierno, dentro de unas semanas.
La Policía ha descubierto en los domicilios de Liliane Bettencourt y su amigo íntimo, François-Marie Banier, misteriosos «diarios» y «anotaciones literarias» donde el nombre de Nicolás Sarkozy es citado una y otra vez en equívocos términos.
Esos «diarios» y «anotaciones literarias» fueron escritos hace dos o tres años por Banier, «reconstruyendo» conversaciones íntimas con la mujer más rica de Francia, que se habría jactado, ante su amigo, de haber sido «solicitada» económicamente por Nicolás Sarkozy. Echa esa revelación inquietante Banier añade: «Se trata de conversaciones que yo tuve con Liliane. Pero yo no me creo que Sarkozy le pidiese dinero. Yo no sé si eso es cierto o falso. Liliane intentaba contarme los escollos que deben sortear quienes tienen mucho dinero».
Afirmaciones de ese tipo, redactadas, incluso mecanografiadas, antes que estallase el escándalo, se convierten hoy en enigmas, ya que otros testigos del caso, como la contable personal de Liliane Bettencourt, ya evocaron, sin pruebas, tampoco, «solicitudes» de ese tipo, dejando caer sospechas sin pruebas, cuando otros acusados, como Eric Woerth, deben afrontar el temible peso de revelaciones confirmadas.
La Legión de Honor
Woerth ha confirmado personalmente que pidió por escrito la Legión de Honor para Patrice de Maistre, el gestor de la fortuna personal de Liliane Bettencourt, sospechoso de ser el «hombre orquesta» de la evasión fiscal de la millonaria. El actual ministro de Trabajo realizó esa petición cuando era ministro del Presupuesto y responsable de la administración fiscal, por las
mismas fechas que el mismo de Maistre contrató a la esposa de Woerth, con un sueldo muy considerable, en la misma empresa gestora del patrimonio de una millonaria sospechosa de evasión fiscal.
Esas revelaciones comprometen políticamente a Eric Woerth, responsable de la gran reforma del sistema nacional de pensiones, la reforma final del mandato presidencial de Nicolás Sarkozy. Hasta ayer, el presidente había insistido en su solidaridad infatigable a su ministro. Ayer, por vez primera, tras las últimas revelaciones, el consejo de ministros terminó sin la ritual frase de solidaridad gubernamental hacia el ministro del Trabajo.
Las sospechas que comprometen y fragilizan políticamente a Eric Woerth tienen un alcance inflamable. Hasta ayer, él debía ser el gran negociador de la reforma en curso del sistema nacional de pensiones. Ante la sucesión de revelaciones, los sindicatos afirman «temer» estar negociando con un ministro en cuarentena, ofreciendo un temible flanco de crítica.
Ante tal evidencia, Sarkozy ha decidido mover algunos peones tácticos. Será François Fillon, primer ministro, el político más popular de Francia, quien asuma personalmente el peso político de la negociación de la gran reforma del sistema nacional de pensiones.
Las revelaciones de los «diarios» de Banier no tienen el valor de una acusación formal contra Nicolás Sarkozy. Pero requerirán nuevos interrogatorios. El caso Woerth, por sí solo, tiene una carga política inmediata. El ministro había comenzado por declarar que solo conocía vagamente al gestor de la fortuna personal de Bettencourt para terminar reconociendo que había pedido para Patrice de Maistre la Legión de Honor, por escrito, por las mismas fechas que el mismo personaje ofrecía a la esposa del ministro un puesto de trabajo en una empresa consagrada a la gestión de la fortuna personal de Liliane Bettencourt, sospechosa de evasión de impuestos.
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