Meloni afirma en su visita a Lampedusa con la presidenta de la Comisión Europea: «Hay que parar las salidas ilegales»

En su rápida visita a la isla, Meloni y Von der Leyen estuvieron acompañadas de la comisaria europea de Asuntos Internos, Ylva Johansson, y del ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, «No es un gesto de solidaridad hacia Italia, sino un gesto de responsabilidad hacia Europa». Con estas palabras abrió la rueda de prensa la primera ministra Meloni, al final de su visita al centro de acogida de inmigrantes de Lampedusa. «Aquí está en juego el futuro de Europa –explicó Meloni–. Es un desafío trascendental para Europa.

Meloni precisó que «se necesitan soluciones duraderas, complejas y serias, debemos trabajar todos en la misma dirección». Para abordar el problema, la única solución, subrayó la primera ministra, «es bloquear las salidas ilegales, esto es lo que piden los ciudadanos europeos, los inmigrantes regulares y los propios refugiados». Giorgia Meloni detalló así las medidas que deben adoptarse: «Es necesario detener las salidas en lugar de redistribuir luego los inmigrantes; una lucha más incisiva contra los traficantes de seres humanos; una misión naval europea y más eficaces instrumentos para las repatriaciones, decididas a nivel europeo y no por estados individuales; una mayor implicación de las Naciones Unidas y aplicar ahora el acuerdo con Túnez rápidamente».

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Meloni confirmó la aprobación en el Consejo de Ministros de este lunes, 18 de septiembre, de medidas para acelerar las repatriaciones y permitir al ministerio de Defensa «empezar a trabajar en los nuevos centros de acogida». En estos centros, la duración máxima de la estancia de los inmigrantes irregulares, los llamados económicos, se aumentará a 18 meses (antes solo era de tres meses).

Tras la intervención de la primera ministra, la presidenta de la Comisión, Von der Leyen destacó que su presencia en Lampedusa junto a Meloni era «para dar una respuesta coordinada. La emergencia migratoria es causada por los traficantes». Después explicó un plan de acción en diez puntos. «Aumentaremos nuestro apoyo para sacar a los inmigrantes de Italia apelando al mecanismo de acogida voluntaria. Ofrecemos apoyo a Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) para permitir que los inmigrantes que no tienen derecho a entrar en Europa puedan regresar a sus países. Debemos trabajar todos juntos para luchar contra los traficantes de seres humanos y mediante Frontex dialogar con los países de salida. Debemos mejorar la vigilancia naval y aérea trabajando también en nuevas misiones y ayudando a la guardia costera tunecina. Es necesario, con la colaboración de las autoridades italianas, destruir todas las embarcaciones utilizadas por los traficantes. La Agencia Europea de Asilo tendrá que ayudar a Italia a examinar las solicitudes. Quien no tenga derecho de asilo tendrá que regresar a su país de origen. Para luchar contra los traficantes, se debe ofrecer a los inmigrantes corredores humanitarios legales. En este sentido, es necesario mejorar la colaboración con las organizaciones humanitarias que se ocupan de los corredores humanitarios y pueden ayudar en las repatriaciones. El último punto es el apoyo a Túnez y garantizar la ayuda».

Con las declaraciones de la primera ministra italiana y de la presidenta de la Comisión se ha enviado un claro mensaje hacia el autócrata presidente Saied de Túnez, con el que firmaron a mediados de julio un acuerdo, ofreciéndole una ayuda de 250 millones de euros, con el objetivo de frenar las salidas de inmigrantes. El acuerdo no ha funcionado hasta el momento, porque desde la firma del acuerdo han llegado a Italia más de 30.000 tunecinos, en solo dos meses. Esa ayuda todavía no ha llegado, por lo que el presidente Saied, según los servicios de inteligencia italianos, ha disminuido los controles en las salidas de inmigrantes desde las costas tunecinas, fomentando así un éxodo que el Gobierno italiano teme no poder controlar sin la decidida ayuda de la Unión Europea.

Meloni y Von der Leyen visitaron el centro de acogida de inmigrantes. En el trayecto desde el aeropuerto hacia el centro, decenas de manifestantes de Lampedusa amenazaron con bloquear la carretera si no hablaban con las autoridades. La primera ministra italiana trató de aplacar la rabia que se vive en la isla, donde residen 5.800 habitantes (durante la semana se hacinaron en el centro de acogida más de 10.000 personas). Meloni se bajó del coche y también lo hicieron Von der Leyen y el ministro del Interior Piantedosi, Tras unos momentos de tensión, retornó la calma tras las palabras de la primera ministra: «Estamos trabajando y las instituciones europeas están con vosotros. Envíenme una carta, estamos haciendo el máximo esfuerzo». En el centro de acogida visitado por Meloni y Von der Leyen permanecen 2.120 inmigrantes (su capacidad es cuatrocientas personas). Para hoy están previstos traslados de 890 personas a otros centros de acogida en Italia.

Son incesantes los flujos migratorios a Lampedusa. El sábado desembarcaron 23 pequeñas embarcaciones con más de 1.000 personas. Durante la noche, llegó una patera con 69 personas, entre ellas cuatro mujeres, con egipcios, sirios y sudaneses que partieron de Libia, pagando más de 4.000 euros cada uno. Desde el inicio del año hasta el sábado, 127.207 inmigrantes desembarcaron en Italia, casi el doble de las llegadas (68.237) del año anterior.

La visita de Von der Leyen y Meloni a Lampedusa marca un punto de inflexión en las relaciones entre Europa e Italia en el terreno de la inmigración. Mientras tanto, Italia, que se encontraba aislada afrontando la masiva llegada de inmigrantes, llegan señales de solidaridad de Francia y Alemania, que hace tan solo unos días habían dado un portazo a Roma con el cierre de sus fronteras. Ayer por la tarde el presidente francés Macron, habló por teléfono con Giorgia Meloni, para mostrar solidaridad al Gobierno italiano y pedir a los demás países miembros de la UE que ayudaran a Italia. Es sin duda un significativo cambio de tendencia, porque adquiere fuerza la vía diplomática.

La primera ministra italiana se ha mostrado muy satisfecha por la visita a Lampedusa y el apoyo recibido de la presidenta de la Comisión Europea. Giorgia Meloni espera situar el tema de la inmigración en el centro del próximo Consejo Europeo de octubre. «Confío –concluyó Meloni en la rueda de prensa– que las soluciones lleguen. Estos últimos días he hablado con varios dirigentes y soy optimista porque la posición italiana es ampliamente compartida también en el Consejo Europeo«. A la espera de ver los resultados, por ahora Giorgia Meloni ha recibido el apoyo, aparentemente incondicional, de Ursula Von der Leyen, con una frase dicha en italiano: «Italia puede contar con la Unión Europea».