Meloni aspira a ocupar el 'trono' de Europa, libre desde la retirada de Merkel

Giorgia Meloni es «la personalidad política más poderosa de Europa», escribe la prensa internacional, reflejando la clasificación para el 2025 entre los políticos europeos, realizada recientemente por el diario digital estadounidense 'Politico', muy influyente en Bruselas en su edición europea. El número de teléfono al que hoy debe llamar cualquiera que quiera hablar con Europa está a su nombre, dado que los Gobiernos de París y Berlín son débiles, señalaba 'Politico'. «La primera ministra italiana es un mujer fantástica; ha conquistado Europa», le dijo el presidente electo estadounidense Donald Trump, el pasado 5 de enero, en su residencia de Mar-a-Lago, donde Meloni viajó por sorpresa.

Giorgia Meloni está utilizando ese reconocimiento internacional, con el que sueña cualquier gobernante, con prudencia y responsabilidad en una coyuntura histórica difícil en el panorama internacional y también para Italia. Sus tres grandes opciones han estado en una línea de continuidad con su antecesor Mario Draghi, el exvicepresidente del Banco Central Europeo.

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En primer lugar, ha apoyado a Ucrania de forma clara en la guerra contra la invasión de Rusia; no era fácil seguir este camino, teniendo en cuenta que Meloni tiene como aliado de Gobierno a Matteo Salvini, con simpatías hacia Putin y partidario de acabar con la ayuda militar a Ucrania.

Por otro lado, Meloni se ha mostrado como una convencida europeísta y ha aumentado su poder e influencia aliándose con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para abordar, entre otros temas, el problema de la inmigración. Esa buena relación y alianza efectiva con Von der Leyen ha motivado que en al menos 15 países de la Unión Europea se vea con buenos ojos el modelo albanés de Meloni, para la deportación de inmigrantes irregulares rescatados en el Mediterráneo a los dos centros construidos por Italia en Albania. Por considerarlo un proyecto innovador, la Comisión estudia la forma de financiar medidas similares, dentro de un marco legal apropiado, para acelerar las repatriaciones de los inmigrantes irregulares.

Y en tercer lugar, también ha seguido como Draghi una línea de rigor en economía: ha recortado los impuestos al trabajo, ampliando y haciendo permanente la reducción de la cuña fiscal, para favorecer sobre todo a los trabajadores con rentas inferiores a 40.000 euros al año. Al seguir un cierto rigor en las finanzas públicas, ha relanzado la credibilidad de Italia. Este es un dato muy importante, teniendo en cuenta la enorme deuda pública de Italia: 2,9 billones de euros, casi el 140% del PIB. «Nosotros continuaremos con nuestras políticas de responsabilidad y seriedad, lo que nos ha traído un reconocimiento internacional mucho mayor del que se nos da a nivel nacional», ha dicho el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti. En efecto, Robert Dishner, alto directivo de la firma de inversión Neuberger Berman, aseguró al 'Financial Times' que «Italia tiene realmente una fuente de estabilidad, una sorpresa para algunos en los mercados. En cambio, se ha visto mucho ruido en otros lugares».

Cuando Meloni llegó al poder, en octubre de 2022, pocos apostaban por la estabilidad de su Gobierno. Muchos se preguntaron cuánto duraría como primera ministra en un país conocido por la fragilidad y poca duración de sus gobiernos. Hoy, pasados dos años y dos meses, Meloni es una de los líderes más seguros de la Unión Europea y uno de los más influyentes, según destacan los medios europeos.

«Con Angela Merkel fuera de escena, en algunos círculos del poder europeos se ve a Giorgia Meloni sucediendo a la excanciller alemana como nueva reina de la política europea», ha escrito 'The Times'. Roberto D'Alimonte, reputado profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Luiss de Roma, afirmó: «Ella es la única primera ministra de un país importante de la UE que puede aspirar a estar todavía en el poder durante tres años. Es una estabilidad por la que Italia no es conocida».

Giorgia Meloni está incluso en el máximo de su popularidad y también su partido Hermanos de Italia, con el 31,5% en intención de voto, llegando las derechas a superar el 50%, según los últimos sondeos realizados tras el éxito político y personal de la primera ministra al lograr la liberación de la periodista italiana Cecilia Sala, tras una negociación de Meloni en primera persona con Irán y Estados Unidos.

El liderazgo europeo que pretende Giorgia Meloni puede verse favorecido por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el 20 de enero próximo. «Trump tiene una buena relación con Meloni. Seguramente habrá avances positivos en las relaciones entre Italia y Estados Unidos», estima Lucio Caracciolo, director de 'Limes', una excelente revista italiana de geopolítica. Frente a los políticos que la critican por su cercanía a Trump y por su amistad con el multimillonario Elon Musk, porque afirman que «podría significar una dependencia del Gobierno italiano», Giorgia Meloni ha sido tajante en el Parlamento: «Yo me confronto con todos, pero no acepto órdenes de nadie».

Esta respuesta apreciada por el exprimer ministro y senador vitalicio, Mario Monti, poco sospechoso de elogiar a Meloni sin motivos: «Puede ser muy positivo para el país que el jefe de Gobierno sea una figura reconocida y que se haya consolidado en poco tiempo como uno de los protagonistas de la política internacional». Meloni aspira a convertirse en el puente entre la nueva Administración estadounidense y la Unión Europea, pero el gran desafío, y la pregunta clave, será si logra proteger los intereses de Italia y de la UE frente a dos figuras tan impredecibles como Donald Trump y Elon Musk.