Medio millón de cubanos han huido a EE.UU. bajo la nueva ola represora

Desde 2017, por decisión del expresidente Barack Obama, Estados Unidos no ofrece residencia inmediata a los cubanos exiliados, por lo que muchos de esos huidos de la dictadura son repatriados en vuelos masificados del servicio de inmigración. Otros son deportados a México.

En apenas dos años, el número de cubanos que ha ingresado en Estados Unidos sin la documentación migratoria en regla se ha multiplicado por doce. En noviembre de 2023, el último mes del que hay datos, el servicio migratorio norteamericano encontró a 20.000 cubanos. Dos años antes, en noviembre de 2021, detectó la entrada de 1.600. En diciembre de 2023 se marcó el récord, con 44.000 llegadas de cubanos en un solo mes. Cruzan en su casi totalidad desde México, a pie.

Esta ola migratoria cubana no tiene precedentes. El flujo actual de salidas de ciudadanos cubanos es el más alto registrado en la historia, superando incluso el éxodo del Mariel en 1980 y la crisis de los balseros en 1994 combinados. En el primero salieron de la isla unos 125.000 cubanos y en el segundo, 35.000.

Desde octubre de 2021, ha huido de Cuba sólo a Estados Unidos. más de medio millón de personas, cuando la población de la isla es, según un censo no actualizado desde hace una década, de 11 millones de personas. Unas estimaciones que circula la Organización de Naciones Unidas aseguran que fuera de Cuba hay 1,7 millones de cubanos, en su mayoría huidos del comunismo, una cifra que con toda probabilidad está desfasada. La dictadura no ofrece cifras migratorias.

Dado que Estados Unidos y Cuba tienen, desde 2015 y por decisión de Obama, relaciones diplomáticas, esos exiliados se enfrentan en muchos casos a vuelos de repatriación. Entre el 18 y el 22 de diciembre el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en inglés) facilitó vuelos de repatriación de adultos y familias en grupo a Cuba, Centroamérica, República Dominicana, Ecuador, Jamaica, Perú, Uzbekistán y Venezuela.

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Las deportaciones, no sólo de cubanos, han aumentado notablemente bajo la presidencia de Biden: 445.000 personas desde el 12 de mayo. Durante las pasadas dos semanas, ha habido más de treinta vuelos de repatriación con miles de inmigrantes indocumentados de regreso a sus países de origen. Estados Unidos ha repatriado a más de 5.000 individuos directamente a México. El ICE se jacta en sus comunicaciones oficiales de que la cifra de repatriados «casi excede el número de personas removidas y retornadas en todo el año fiscal 2019 y excede el número de remociones y retornos en cada año fiscal completo de 2015 a 2018».

El año que ahora toca a su fin se ha destacado también porque Washington y La Habana han retomado contactos en materia migratoria. El pasado 14 de noviembre, funcionarios estadounidenses y cubanos se vieron por segunda vez en La Habana para discutir los acuerdos migratorios bilaterales, que datan de 1984. Según rezaba el comunicado posterior tras la visita a Cuba del subsecretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Eric Jacobstein, «estas conversaciones son coherentes con el interés de Estados Unidos en fomentar la reunificación familiar y promover un mayor respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba».

En un primer momento, el presidente Biden apoyó las protestas populares de julio de 2021, que la dictadura castrista reprimió duramente después. Un grupo de cubanos en Estados Unidos se reunió con el presidente en la Casa Blanca y le pidió medidas concretas, como que ayudara a dotar a la isla de cobertura de internet por satélite que permita saltarse la censura del régimen.

El diputado republicano de Florida Carlos A. Giménez cree que Biden le ha fallado al pueblo cubano al retomar negociaciones con la dictadura. «Los manifestantes no estaban clamando por comida o remesas o medicinas, estaban hablando de la libertad, desean libertad. Ahora, el régimen actuó de la misma manera que siempre ha actuado con opresión, tortura y encarcelamiento«, dijo Giménez. »EE.UU. debe hacer todo lo posible para cambiar ese régimen, porque ese régimen está abusando de su propio pueblo, hay presos políticos, no hay expresión libre, no hay libertad de la prensa, de religión, no hay ningún tipo de elecciones libres, así que por qué estás iniciando este tipo de diálogo con un régimen que está oprimiendo a su propio pueblo«, añadió.

Según un reciente informe de Washington Office on Latin America (WOLA), una organización de investigación y defensa de derechos humanos con sede en la capital norteamericana, «la migración de Cuba a Estados Unidos es ahora mayor que en cualquier momento desde el período inmediatamente posterior a la Revolución Cubana de 1959. A diferencia de aquella oleada de salidas masivas, los migrantes de hoy huyen de una crisis multidimensional y asfixiante, sin final a la vista«.

La Administración Biden ha añadido cargas a los exiliados cubanos, muchos de los cuales se encuentran atrapados en un limbo entre México y Estados Unidos. Durante 2023, concedió a 50.000 cubanos un permiso humanitario de entrada con cita previa. A la vez, ha devuelto a numerosos emigrantes cubanos a México, porque es el país desde el que han cruzado. Un acuerdo con el gobierno mexicano facilita las expulsiones de cubanos que se presentan en la frontera sin una autorización. Solo entre mayo y octubre de 2023, 17.000 ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela fueron deportados a México por el Gobierno de EE.UU.

Ante la llegada masiva de inmigrantes, aun en pleno invierno, Estados Unidos ha ido cerrando de forma temporal cruces fronterizos en el estado de Texas. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se ha ofrecido a mediar para reducir esos flujos siempre y cuando, ha dicho, Biden acepte mejorar relaciones con las dictaduras en Cuba y Venezuela. Sólo en el año fiscal 2023, que acabó en septiembre, Estados Unidos recibió 3,2 millones de inmigrantes sin autorización. En 2021 fueron 1,9 millones.