Elecciones en Venezuela, un camino lleno de obstáculos

En las próximas horas se definirá cuál será la estrategia de la candidata, pues tiene previsto inscribirse en el Consejo Nacional Electoral (CNE) para poder participar en las presidenciales del próximo 28 de julio, una posibilidad que distintos dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), partido gobernante, han negado en reiteradas ocasiones.

El CNE compartió a principios de marzo las fechas que regirán el proceso electoral. En Venezuela es necesario registrarse en el padrón electoral para ejercer el derecho al voto, y se ha organizado una jornada especial, desde el 18 de marzo hasta el 16 de abril, para que los venezolanos que aún no estén inscritos o deban modificar sus datos, puedan hacerlo. Las organizaciones civiles estiman que más de diez millones de venezolanos, dentro y fuera del país, aún deben actualizar su información.

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Desde este jueves 21 de marzo hasta el lunes 25, los aspirantes a la Presidencia podrán postularse a través de los bloques electorales que fueron validados para hacerlo. De los aliados de María Corina, solo dos agrupaciones fueron validadas, pero la candidata ha denunciado este jueves que no habían podido hacerlo porque no habían podido acceder al sistema.

Las campañas tendrán lugar entre el 4 y el 25 de julio; la votación el 28 de julio, un día simbólico porque coincide con el natalicio del fallecido Hugo Chávez.

De los ocho millones de venezolanos que han emigrado, se calcula que al menos la mitad ha superado la edad legal mínima para votar. Y esos cuatro millones deben asistir a las sedes consulares de los países en los que se encuentran para poder actualizar sus datos, pero venezolanos en distintas latitudes del mundo, incluyendo España, han denunciado que las autoridades de Venezuela no han facilitado el proceso para hacerlo por falta de las máquinas necesarias para el registro.

La oposición organizó unas primarias para organizarse y unirse en torno a un único candidato que enfrente a Nicolás Maduro. María Corina fue la elegida. Sin embargo, tanto miembros del gobierno madurista como de la oposición han cuestionado la viabilidad de su candidatura porque el Tribunal Supremo de Justicia, sin juicio ni sentencia, estableció su inhabilitación política; María Corina está incapacitada legalmente para ejercer cargos públicos.

Se ha especulado sobre una posible sustitución y no han sido pocos los políticos que han aprovechado la oportunidad para insinuar que son remplazos ideales. Pero María Corina se niega a jugar bajo las reglas del régimen; en sus mensajes deja bastante claro que ella es la que ha sido elegida por la gran mayoría de los venezolanos y que su inhabilitación carece de fundamento legal.

Aún así, son varios los dirigentes políticos que están inhabilitados. En los últimos días se ha sumado al grupo de proscritos electorales —que ya integran personajes como Henrique Capriles o Juan Guaidó— Juan Pablo Guanipa y César Pérez. Otros líderes han tenido que salir de Venezuela, escapando de la persecución.

Uno de los nombres con los que se elucubraba un eventual remplazo es el de Dignora Hernández, del entorno cercano de María Corina, y ayer fue detenida por las fuerzas de seguridad venezolanas. A través de Twitter, la líder de la opsoción denunció los atropellos: «El régimen de Maduro desata brutal represión contra mis equipos de campaña. Detuvo a Henry Alviarez, Coordinador Nacional de Organización de mi Comando de Campaña, y a Dignora Hernández, Coordinadora Política. Además, ha emitido órdenes de captura contra varios otros miembros del Comando Nacional, incluyendo a mi Jefe de Campaña, Magalli Meda. Estas acciones cobardes pretenden cerrar el camino de Venezuela hacia el cambio y la libertad en paz y democracia».

Además de todas las trabas legales, está puesto el obstáculo de la censura, algo que limita el alcance que puedan tener los mensajes de los dirigentes de oposición. Por eso deben El país caribeño cuenta con uno de los servicios de internet más lento del mundo, que apenas llega al 48% de los hogares, los dirigentes están confinados a las redes sociales para exponer sus puntos de vista y conectar con sus seguidores.

En los medios tradicionales, las radios y las televisoras que aún siguen abiertas, la oposición está vetada. No se conceden entrevistas a sus líderes, no se cubren sus acciones y hay una serie de temas y términos, como la palabra «dictadura», que están prohibidos mencionar.

Esto genera un desequilibrio comunicacional, pues el chavismo sí tiene una enorme maquinaria propagandística que, con dinero público, difunde sus mensajes.

La oposición venezolana ha sostenido a lo largo de los años una estrategia electoral inconsistente. De manera intermitente, ha promovido la abstención como método de protesta por la falta de condiciones y también ha alentado la participación masiva que le ha conducido a grandes victorias. Pero, de alguna forma, el que siempre termina ganando es el chavismo.

En el primer escenario, el chavismo, sin contrincantes reales, ha ganado con facilidad. La última vez que sucedió eso fue en las elecciones de 2018 en las que Nicolás Maduro fue reelegido. Entonces gran cantidad de países desconocieron a Maduro, numerosas sanciones fueron aplicadas, y tuvo lugar el auge de Juan Guaidó. Pero no pudo lograr la transición gubernamental que pretendía.

El segundo escenario puede ejemplificarse con los comicios de 2015, cuando se escogían a los diputados de la Asamblea Nacional. La votación masiva hizo a la oposición ganar la mayoría y arrebatarle el Poder Legislativo al chavismo. Era la primera victoria desde hacía años. Sin embargo, el Tribunal Supremo, en manos del oficialismo, anuló los poderes de la Asamblea y terminó creando una paralela. Aquella usurpación de funciones resultó en las protestas que se desataron en el año 2017. Pero las manifestaciones fueron reprimidas y terminó imponiéndose el órgano legislativo chavista.

En esta oportunidad, la estrategia opositora es la defensa del voto. Los próximos días son clave para este nuevo reto de la oposición que tendrá que sortear todo tipo de dificultades para hacer que quienes llevan un cuarto de siglo aferrados al poder, cedan el puesto a la democracia.

Dirigiéndose a Maduro, María Corina ha advertido que su régimen tiene dos opciones: «O facilitan una transición negociada a través de elecciones presidenciales libres en el marco del Acuerdo de Barbados, o deciden arrebatar por las malas. Esta es la peor opción para todos y, además, no evitaría la transición, ya que ni el país ni el mundo lo aceptaremos», ha dicho a través de sus redes. «Pueden demorar la transición, pero no impedirla».