La madrastra que envenenó a los hijos de su marido por dinero y culpó al suyo de los crímenes

La policía de Río Janeiro, Brasil, ha acusado a Cíntia Mariano Cabral, de 48 años, de la muerte de su hijastra y del intento de asesinato de su hijastro

Cíntia Mariano Cabral

S. M.

La Policía Civil de Río Janeiro, Brasil, ha acusado a Cíntia Mariano Cabral (48 años) de la muerte de su hijastra y del intento de asesinato de su hijastro .

Fernanda Cabral, de 22 años, murió en marzo de este año, y Cíntia está en prisión ... por el crimen. Según la policía, es sospechosa de haber envenenado a la joven y de haber intentado deliberadamente intoxicar a su hermano, Bruno Cabral, de 16 años.

El cuerpo de Fernanda fue exhumado el 26 de mayo para saber si había sido envenenada. El informe del Instituto Médico Legal (IML) realizado tras la exhumación concluyó que sí.

Otro informe forense, que también salió a la luz a principios de este mes, confirmó que Bruno fue envenenado de manera similar. Los expertos de IML identificaron intoxicación por plomo y otros dos tipos de compuestos tóxicos en el material gástrico recogido.

Esas eran las pruebas que la Policía Civil esperaba para vincular a Cíntia con la muerte de Fernanda, además del envenenamiento de Bruno. Con esta confirmación, la Policía quiere convertir la prisión de Cíntia de temporal a preventiva.

Fernanda y Bruno eran hijos del segundo matrimonio de su padre, Adeilson Cabral (empresario librero), con la también empresaria Jane Carvalho. La joven vivía desde hacía un año en la casa que su padre compartía con su tercera esposa: Cíntia.

Un día de marzo Fernanda empezó a encontrarse mal. Sufría respiración agónica, vómitos, alteraciones en el sistema respiratorio y diarrea, pero los médicos no daban con el diagnóstico. Trece días después de ser ingresada, Fernanda murió. Era el 28 de marzo de 2022. La causa de la muerte fue fallo multiorgánico

Al parecer la convivencia entre Cíntia y sus hijastros no era buena desde que los jóvenes se habían mudado a la casa que su padre compartía con su madrastra. Bruno volvió a vivir con su madre. Fernanda, en cambio, se quedó porque se llevaba muy bien con los hijos de Cíntia y había comenzado a trabajar en el negocio de su padre.

Justo dos meses después del ingreso de Fernanda en el hospital, también Bruno comenzó a encontrarse mal cuando estaba de visita en casa de su padre. Durante una comida el chico notó algo raro y al volver a casa de su madre intentó vomitar.

«Cuando ví que sus ojos se iban para atrás pensé en envenenamiento y ¡llamé a su padre! Llegaron a casa los dos al mismo tiempo, él y la madrastra, y yo le grité a ella en la cara ¡qué le pusiste en la comida!», recuerda la madre del adolescente, Jane.

Jane pidió hablar a solas con el médico y le advirtió que podía haber envenenamiento. Eso fue vital. Le practicaron inmediatamente un lavado gástrico y le dieron antídotos para revertir los síntomas.

Con los resultados médicos de Bruno, la clínica informó a la policía y las sospechas empezaron a recaer sobre la madrastra. Los agentes encontraron en la cocina de su casa veneno para ratas prohibido para uso doméstico.

Cíntia al verse acorralada optó por acusar a su hijo biológico de haber sido el envenenador de los hermanos. Pero el joven incriminó a su madre públicamente en una carta publicada en Instagram: «Sí, yo entregué a mi madre. Ella me lo confesó. Le conté todo a la policía. Hice lo que tenía que hacer».

«Creo que todo fue por dinero. Si morían mis dos hijos todo el dinero de él sería para ella y sus propios hijos. Ella nunca lo amó, porque ninguna persona que ama hace semejante crueldad: mata a una hija y a los dos meses intenta matar al hijo», dice Jane.

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