Lula envió a Massa el equipo de estrategas que le ayudó a derrotar a Bolsonaro

Se trata de un anuncio publicitario de la campaña del candidato peronista Sergio Massa, haciendo alusión a lo que podría suceder en el país si Javier Milei, un defensor de la venta libre de armas, gana la segunda vuelta de las presenciales el próximo domingo, 19 de noviembre. Con él, se ha creado el lema: '¿Quieres un país donde cada niño tenga una computadora para ir a la escuela, o prefieres que lleve un arma?'.

La campaña electoral de Massa se volvió mucho más agresiva y creativa después de la victoria de Milei en las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), cuando el ultraliberal de derecha tomó la delantera. Fue en esa época cuando el Gobierno del presidente Lula da Silva, en Brasil, sintió que debía ayudar de alguna manera al candidato izquierdista argentino. Lula había recibido a Massa en Brasilia en agosto y le pidió que luchara hasta el final para vencer a Milei.

El Gobierno brasileño ha mostrado preferencia por Massa, no solo por su afinidad con el kirchnerismo y la amistad personal de Lula con Alberto Fernández, sino también porque algunas promesas de Milei amenazan asuntos importantes para Brasil. El candidato ultraliberal ha afirmado que sacaría a Argentina del Mercosur y también del Acuerdo de París.

En este contexto, Lula recomendó a un equipo de expertos en marketing viajar a Argentina para ayudar a Massa. Estos expertos llegaron, contratados no por el Gobierno brasileño, sino por la propia campaña del peronista.

El equipo está compuesto por Otávio Antunes, Raúl Rabelo y Chico Kertész, quienes ya han trabajado en campañas del PT, como las de Lula y Fernando Haddad, además de otras de políticos de izquierda en América Latina, como la del colombiano Gustavo Petro y el paraguayo Efraim Alegre. La línea general de su campaña es infundir miedo sobre un posible gobierno de extrema derecha, similar a lo que se hizo con Lula en Brasil para ganar a Bolsonaro.

El equipo de expertos ha buscado que Massa se desvincule del Gobierno actual y del ciclo kirchnerista, que hoy es motivo de alto rechazo por parte de los argentinos. De hecho, desaparecieron de la campaña Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández, así como La Cámpora y otras referencias a los Gobiernos kirchneristas. No fue coincidencia que en su discurso de victoria en la primera vuelta, Massa subiera al escenario solo, sin la compañía de otros peronistas electos y mucho menos de figuras ya desgastadas.

Los estrategas de marketing sugirieron centrarse en la formación de una especie de Frente Amplio, una vez más, similar a lo que se hizo en la última elección de Lula, presentando una unidad contra una amenaza «fascista», en aquel caso, Bolsonaro, en este caso, Milei.

Esta campaña del miedo también se está utilizando a partir de las propuestas del propio Milei. Por ejemplo, el economista propone el fin de la política de subsidios a servicios como el transporte, agua y electricidad. Con eso, obviamente subirían mucho los costos de estos servicios a los argentinos. Pocos días antes de la primera vuelta, las estaciones de tren y metro argentinas amanecieron con carteles publicitarios de Massa que decían: «Con Milei, tarifas a 700 pesos; con Massa, 56,7 pesos». No eran carteles de campaña, estaban en la misma pantalla donde se anuncian los horarios y tarifas del transporte.

En lugar de defenderse por el fracaso económico de Argentina, país del cual es el actual ministro de Economía, el equipo de expertos de marketing político optó por la idea del miedo. Sin Massa, no habrá más subsidios, ayudas ni planes de asistencia.

Otra estrategia ha sido la de ironizar sobre la «estética fálica» de candidatos como Milei y Bolsonaro, quienes usan armas o motosierras para mostrar una masculinidad algo tóxica. Para contrarrestar esto, Massa ha comenzado a incluir cada vez más menciones a mujeres, a políticas de género y a la agenda de protección contra la violencia. Este es un público electoral al que Milei tiene dificultades para atraer. Según datos de Giaccobe & Asociados, su electorado promedio son hombres jóvenes entre 16 y 30 años.

Los números ayudan a mostrar cómo, hasta ahora, la estrategia de los más de 20 brasileños que están trabajando con Massa ha sido efectiva: el peronista abrió una ventaja contundente en la primera vuelta y sumó más de tres millones de votos en comparación con las primarias. Milei sumó 700.000 y Juntos por el Cambio, con Patricia Bullrich, perdió 200.000.

La lucha por la segunda vuelta, según los estrategas de marketing brasileños, consiste no solo en continuar con la apuesta por los aspectos que le dieron a Massa ventaja en la primera vuelta, sino también en buscar los votantes de Juntos por el Cambio.

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En un intento de obtener un apoyo de Juntos por el Cambio para Milei, la reunión secreta en la casa del expresidente Macri, con Bullrich y Milei, resultó ser un encuentro divisorio. Allí, los tres acordaron que Bullrich anunciaría su apoyo a Milei. Pero esta reunión no contó con otros dirigentes de Juntos por el Cambio, así que varias facciones de la alianza han optado por decir «no» tanto a Massa como a Milei.

Lo que parece claro es que ha aumentado significativamente la cantidad de personas que antes apoyaban a Juntos por el Cambio y que ahora aseguran que el próximo domingo votarán en blanco. Y este precisamente es el público al que los estrategas de marketing brasileños de Massa se dirigen.