El líder supremo de Irán afirma que «no hay obstáculos» para las negociaciones nucleares con Estados Unidos

El ayatolá se reunió con el nuevo presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, y le avisó de que «no ponga sus esperanzas en el enemigo. No esperes que el enemigo apruebe tus planes». Aunque añadió que «esto no significa que no podamos interactuar con ese mismo enemigo en ciertas situaciones. Pero no pongas tus esperanzas en el enemigo y no confíes en él».

Masoud Pezeshkian —69 años—, cirujano y elegido presidente de la república islámica en los comicios de julio, se caracteriza por una política reformista, en contraposición a la alternativa ultraconservadora de Saeed Jalili, que no logró alzarse con la victoria. Su actitud menos beligerante contra Occidente ha llevado al ayatolá a instarle a la precaución a la hora de tratar con «el enemigo» y le ha querido hacer conocedor del potencial de Irán: «El Ejecutivo debe conocer los activos y capacidades del país. Una de estas capacidades está en la política. En un tiempo, asociaban a Irán con las alfombras y el petróleo. Hoy, Irán es conocido en el mundo por su ciencia, sus avances militares, su fuerza regional y su profundidad estratégica».

Alí Jamenei —85 años— ha modulado en múltiples ocasiones su postura frente a Washington, sobre todo, tras sus roces con el expresidente republicano Donald Trump, quien retiró unilateralmente a Estados Unidos del pacto nuclear que mantenían con Irán. La naturaleza de ese pacto fue reducir el enriquecimiento de uranio iraní y, por ende, paralizar el desarrollo nuclear; a cambio de que Washington levantara una serie de sanciones contra el Estado iraní. Sin embargo, el líder supremo de Irán ha vuelto a ponerse de perfil para abogar, con muchas reticencias, a reestablecer las conversaciones con Estados Unidos y llamó a «trabajar para superar el obstáculo».

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Después que Israel asesinara en Teherán, capital de Irán, al líder de Hamás, Ismael Haniyeh, cuando este asistió al acto de toma de posesión de Pezeshkian, el ayatolá Jamenei llamó a un día de la ira y prometió una contundente venganza. En cambio, el nuevo presidente reformista abogó por una respuesta más meditada y precisa. Las amenazas de ataque inminente iraníes se han diluido como un azucarillo, frente a la desesperación del grupo paramilitar libanés, Hizbolá, que decidió atacar por su cuenta, en lugar de esperar a la ofensiva conjunta que prometía Irán.

Jamenei quiere venganza y parece que finalmente tendrá venganza. «Soy pacífico para los que son pacíficos», dijo el líder supremo. Pero también habrá «guerra para los que luchan contra ti» y añade: «Esta guerra tiene muchas formas. En la era de la espada y la lanza es lo mismo, y en la era del átomo, la inteligencia artificial y la cuántica es diferente, pero existe», demostrando su apertura a otras dimensiones bélicas en las que Irán estaría trabajando.

No está nada claro cuánto peso tiene Pezeshkian frente a Jamenei en la postura ante el escenario internacional. El presidente pretende negociar con Estados Unidos una relajación en las sanciones en favor de dinamizar la economía, algo que el líder supremo comparte, pero entiende que dificulta el papel de Irán en las tensiones regionales vividas en Oriente Próximo y su dinámica claramente contraria a Israel.