Italia confirma que hay dos españoles entre los heridos por el accidente de autobús en Venecia

El vehículo, con una cuarentena de turistas de diversas nacionalidades, se precipitó desde un paso elevado a una altura de más de 10 metros, poco antes de la ocho de la tarde, en Mestre, localidad perteneciente al municipio de Venecia. Cuando circulaba por el paso elevado de la carretera que une Mestre con Marghera, el autobús, por causas aún por determinar, se salió de la calzada, rompió el guardarraíl y tras caer se incendió, quedando entre un almacén y las vías de la estación de Mestre. Entre las causas del accidente se apunta una maniobra equivocada o un posible desvanecimiento del conductor, el italiano Alberto Rizzotto de 40 años, que falleció.

Las videocámaras en la carretera han registrado los coches haciendo cola y entre ellos el autobús que, de repente, hizo un movimiento extraño, «una maniobra excesiva, impropia», y al final se estrelló contra el parapeto del paso elevado, han manifestado quienes visionaron el vídeo. Esa es también la impresión de un testigo que conducía un coche detrás del autobús. Una extraña maniobra, en definitiva, en un tramo recto de la carretera con un autobús nuevo, lo que refuerza la hipótesis de un desvanecimiento del conductor Alberto Rizzoto, definido por su empresa como joven pero con experiencia. El jefe de la policía municipal de Venecia, Marco Agostini, informó que, tras los primeros exámenes realizados, «no se encontraron rastros de frenada sobre el asfalto».

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EFE

El accidente se produjo hacia la 01.30 hora local de este lunes cuando el autobús, que viajaba entre las ciudades de Huancayo y Huanta, se precipitó al abismo de más de 200 metros de profundidad

Entre las 21 víctimas, hay dos niños -uno de pocos meses y otro de 12 años- y también una niña menor de edad. También falleció una mujer austriaca que se cree que es la madre de dos niñas, de 13 y 3 años, cuyo estado no es grave, hospitalizadas en Treviso. Hasta el momento, se han identificado 7 de las 21 víctimas: cinco ucranianos, un alemán y el conductor italiano de Treviso. Entre los heridos identificados, cuatro son de nacionalidad ucraniana, uno es alemán, un croata, dos son una pareja española y dos son hermanos austriacos cuya madre murió.

Para los turistas a bordo fue difícil escapar de aquel infierno. El autobús se incendió y las llamas se extendieron después del terrible impacto. El vehículo estaba alimentado por un sistema híbrido de combustible metano-diésel. Los bomberos trabajaron contrarreloj para apagar las llamas, lo que dificultó las operaciones de rescate. «Ayuda, se están muriendo», fue el grito de alarma de los testigos.

Leonardo, uno de los primeros en llegar, manifestó a los medios italianos: «Cuando estaba llegando al autobús, los gritos iniciales se convirtieron en un silencio de muerte espantoso, que me heló la sangre. Quería ayudar, pero un amigo mío y una mujer policía me lo impidieron, porque el autobús todavía estaba en llamas y con peligro de explosión. Me quedé allí hasta que llegó la ayuda después de unos veinte minutos». Boubacar Toure, por su parte, un empleado de Fincantieri originario de Gambia, dijo que corrió hacia el autobús junto con un colega y sacó a 4 o 5 personas del fuego, entre ellas una niña.

El director de emergencias de la región de Veneto, Paolo Rosi, destacó que había sido muy difícil realizar tareas de auxilio: «El autobús estalló y se incendió. Fue difícil operar en estas condiciones. Los heridos confirmados hasta el momento son 18, con quemaduras y politraumatismos». Los heridos fueron trasladados a los hospitales de Treviso, Padua y Mestre. El jefe de los bomberos de Venecia, Mauro Luongo, evitó especular sobre la dinámica del accidente, describiendo así lo que vio: «Creo que una escena tan trágica, con tantas muertes en esas condiciones, la mayoría de nosotros nunca la hemos visto, ni siquiera los más mayores. Vimos cadáveres aplastados entre hierros durante nuestras tareas de auxilio; verlos a todos allí en medio de las llamas…».

La autoridad sanitaria activó el protocolo de «emergencias graves», que implica poner a disposición todas las salas de urgencias de los hospitales y llamar al trabajo al personal de refuerzo. En el hospital all'Angelo de Mestre, la Prefectura creó un punto de acogida para los familiares de las víctimas, compuesto por 4 psiquiatras y 2 psicólogos.

Italia se sintió herida con esta tragedia, seguida con desconcierto, dolor y consternación. El alcalde de Venecia describió una escenario dantesco: «Una enorme tragedia azotó a nuestra comunidad. Inmediatamente ordené a la ciudad que guardara luto, en memoria de las numerosas víctimas que se encontraban en el autobús accidentado. Una escena apocalíptica, no hay palabras», comentó el regidor Brugnaro, que recibió la llamada telefónica del presidente de la República, Sergio Mattarella, para expresarle sus condolencias.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, manifestó: «Expreso mi más sentido pésame, personal y del Gobierno, por el grave accidente ocurrido en Mestre. Nuestros pensamientos están con las víctimas, sus familiares y amigos. Estoy en estrecho contacto con el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro y con el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, para seguir la actualidad de esta tragedia». Numerosas personalidades extranjeras hicieron llegar su pésame, entre ellas la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: «Mi más sentido pésame a las familias de las víctimas y de los heridos. Estoy cerca del presidente Mattarella, del presidente Meloni y del alcalde de Venecia Brugnaro en este momento de profundo dolor», comunicó Von der Leyen.