Las irregularidades en las elecciones de Venezuela, detalladas en un informe oficial de la OEA

La conclusión principal es que las elecciones en Venezuela, según el Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia de la OEA, no pueden ser reconocidas como válidas debido a la opacidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, la resistencia a la observación internacional, la inequidad en la contienda, la manipulación del proceso, la represión y violencia, y la falta de transparencia y pruebas en los resultados anunciados.

Para el secretario general de ese organismo, Luis Almagro, «la peor forma de represión, la más vil, es impedir al pueblo soluciones a través de elecciones». Según un comunicado de su gabinete, «la obligación de cada institución de Venezuela debía ser asegurar la libertad, la justicia, la transparencia del proceso electoral. El pueblo debía de contar con las máximas garantías de libertad política para poder expresarse en las urnas, y proteger los derechos de los ciudadanos a ser elegidos». Es, dijo, «la manipulación más aberrante».

El informe, de 23 páginas, recoge los motivos por los cuales las elecciones en Venezuela no pueden ser ya consideradas libres. El primero es la opacidad del proceso electoral. El CNE declaró los resultados sin proporcionar detalles claros ni publicar actas, lo que genera una gran desconfianza.

«Más de seis horas después del cierre de la votación, el CNE realizó un único anuncio en conferencia de prensa, indicando que había procesado el 80% de las mesas de votación y declarando ganador al candidato oficialista, sin otorgar el detalle de las mesas procesadas, sin publicar las actas y brindando únicamente los porcentajes agregados de votación que habrían recibido las principales fuerzas políticas», dice el informe.

Antes de la rueda de prensa, el ministro de Defensa, Vladímir Padrino, uniformado, compareció para decir que había «perdido el régimen de sanciones» y advertir contra alteración del orden en la calle.

Además, el régimen mostró una notable resistencia a permitir una observación transparente, obstaculizando la presencia de observadores tanto internacionales como nacionales.

Según el informe, «especialmente notorio y condenable fue el caso de una delegación de exmandatarios de la región, cuyo avión fue retenido en Panamá y a quienes no se les permitió viajar a Venezuela, al igual que a legisladoras, legisladores y otras autoridades electas de distintas naciones». Tampoco se dejó ingresar a una delegación española, que fue repatriada.

Aiun así, los opositores pudieron personarse como observadores voluntarios en un 90% de los colegios y amasar tantas actas como pudieron, en un intento de revelar las contradicciones del recuento de la dictadura.

El informe de la OEA señala que se registró una extrema inequidad en la contienda, acompañada de persecución política y represión de la oposición. Tras la inhabilitación de María Corina Machado y María Corina Yoris, hubo persecución y detención de otros opositores.

«Al igual que hace seis años, la elección presidencial de 2024 fue una contienda en extremo inequitativa. La desmedida concentración del poder y la eliminación de los pesos y contrapesos tuvo, de nuevo, consecuencias electorales claras: la detención y persecución de miembros de la oposición y sus colaboradores, la creación de un ambiente de intimidación y amenaza, la aplicación de subterfugios legales para neutralizar fuerzas rivales y marginalizar a segmentos del electorado, el uso de recursos públicos y redes clientelares con fines proselitistas, la falta de transparencia y las restricciones al derecho de información, entre otras», dice el informe.

El informe documenta actos de represión, detenciones arbitrarias y violencia contra opositores y ciudadanos, además de restricciones a la prensa el día de la votación.

Recoge alegaciones y pruebas de que colectivos chavistas recorrieron las proximidades de algunos centros de votación, en donde grupos de electores se encontraban reunidos en espera de la verificación ciudadana. En Táchira, un joven murió a tiros cerca de un colegio electoral.

La demora en el recuento fue de seis horas, a pesar de que Venezuela cuenta con un sistema electrónico de votación que debería hacer más expedito el proceso.

Dice el informe que «cabe resaltar que la presentación de estos números se realizó a través de una rueda de prensa después de la medianoche y en la que no se brindó ningún dato desagregado, sino sólo los porcentajes y votos que habrían recibido los dos principales candidatos y un acumulado de las demás candidaturas».

El lunes, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, dijo que hubo un hackeo que se originó en Macedonia del Norte y que estuvo planificado por María Corina Machado, Leopoldo López y Lester Toledo, líderes opositores. No ofreció prueba alguna de ello. Los opositores temen que ese hackeo se emplee para justificar irregularidades técnicas en el proceso de datos.

El informe concluye que por esos motivos, las elecciones no pueden ser reconocidas como legítimas debido a las numerosas irregularidades, falta de transparencia, manipulación y represión documentadas. La OEA considera que el proceso no cumplió con los estándares democráticos y que los resultados anunciados no reflejan la voluntad fidedigna del pueblo venezolano.