La ONU confirma que al menos 303 civiles fueron violados en el Congo

Las víctimas incluyen a 235 mujeres, 52 niñas, y tres niños, según la alta comisionada para los derechos humanos

AP

Eduardo s. molano

En la ley del eterno retorno en la que se encuentra sumergido el Congo, Naciones Unidas denunció este viernes que al menos 303 civiles fueron violados en un brutal ataque cometido a principios de agosto por rebeldes hutus y Mai-Mai al este ... del país.

“Las víctimas conocidas incluyen a 235 mujeres, 52 niñas, 13 hombres y tres niños”, señaló la alta comisionada para los derechos humanos, Navi Pillay, quien advertía que “el número de víctimas podría ser mucho mayor”. Una cifra que, sin embargo, supone la tercera rectificación del organismo en el último mes y que, según el informe, se debió -tan sólo- a la “sangre fría y planificación extrema con la que las milicias realizaron el ataque”. Aunque este punto, lo cierto, es que no parece del todo claro.

Ya a principios de septiembre, el secretario general adjunto de la ONU para Operaciones de Paz, Atul Khare, reconoció que no se tomaron las medidas adecuadas para el ataque, ya que “aunque la responsabilidad principal de proteger a los civiles corresponde claramente al Estado, nosotros también hemos fallado. Nuestras acciones no fueron las adecuadas, lo que tuvo como resultado una agresión brutal de las poblaciones de la zona”.

Los motivos son obvios. El epicentro del brutal ataque -Luvungi- se encuentra a apenas 30 kilómetros de una base de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en el Congo (Monusco).

Sin embargo, el representante especial de la ONU para la región -Roger Meece- aseguraba a los pocos días de conocerse la infamia que, aunque los “cascos azules” recibieron el 30 de julio noticias de la presencia de guerrilleros Mai-Mai y de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) en la zona, en ningún momento tuvieron indicación alguna de que estaban preparando un ataque contra la población civil.

Claroscuros

Una tesis que resulta sumamente absurda. Según ha podido saber ABC, ese mismo día Naciones Unidas envió un correo electrónico al personal civil que mantiene desplazado en la región en el que se recomienda que se abstengan de desplazarse a la localidad de Mpofi -tomada por los rebeldes-, así como se informa de que una mujer ya ha sido violada y de la presencia de soldados afines al Coronel desertor Emmanuel Nsengiyumva.

De igual modo, Meece aseguraba que en días posteriores patrullas de la Monusco visitaron las aldeas de Kibua, Mubi y Pinga, aunque -curiosamente- sus habitantes no habrían denunciado que fueron blanco de un ataque.

Una nueva demostración de las miserias de este contingente internacional, quizá el más odiado del planeta, y cuyo historial lo cierto es que cuenta con demasiados claroscuros.

En 2008, una investigación interna de la propia ONU reveló que “cascos azules” indios habrían cometido abusos sexuales contra miembros de la población. De igual forma, soldados paquistaníes estarían implicados en una trama de venta de armas al grupo rebelde Frente Nacionalista e Integracionista a cambio de oro procedente de los yacimientos de la zona.

Un “éxito” operativo al que recientemente se ha unido otra polémica: la publicación por parte de la ONU de un borrador que acusa al Ejército ruandés del asesinato de miles de hutus que se refugiaron en el vecino Congo tras el genocidio de 1994 y que debe ser presentado finalmente a principios de octubre.

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