Discurso apocalíptico de Guterres ante la ONU: «El mundo está en peligro y paralizado»
El secretario general de la organización hizo un retrato desalentador del panorama global en el que apenas menciona a Rusia y exige más impuestos para el cambio climático
Corresponsal en Nueva York
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Iniciar sesión«El mundo está en peligro y paralizado», ha defendido hoy Antonio Guterres en el arranque del debate de la Asamblea General de la ONU, la gran cita anual de la comunidad internacional. El secretario general de la organización hizo un retrato desalentador del panorama ... global, en el arranque de una semana que estará dominada por la guerra en Ucrania y las crisis que sufre el planeta, como los problemas de seguridad alimentario y de suministro energético provocados por la agresión rusa y los desafíos del cambio climático.
«Hay un invierno de descontento global en el horizonte», aseguró Guterres sobre la convergencia de esos problemas y alertó sobre la «tormenta perfecta» que se cierne sobre casi un centenar de países y 1.600 millones de personas, en especial en África: «Efectos colaterales económicos y sociales de la pandemia, subida de precios para alimentos y energía, asfixia crediticia, inflación en espiral alcista y amenaza de colapso de los sistemas financieros globales».
«La confianza se desmorona, las desigualdades se disparan, el planeta arde, la gente sufre, y quienes más lo hacen son los más vulnerables», agregó el mandatario portugués, que reconoció que la comunidad internacional tiene la «obligación de actuar», pero «estamos bloqueados en una disfunción global colosal».
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Guterres alertó sobre la creciente división internacional, en medio de la profundización de la rivalidad entre EE.UU. y China, el desafío planteado por la invasión de Rusia a Ucrania y la mayor distancia económica y social con el llamado 'sur global'. Criticó la falta de cooperación, diálogo y multilateralismo, en un ataque velado a EE.UU. y a sus socios occidentales: «Ninguna potencia ni grupo pueden tomar las decisiones por sí mismos. Ningún gran desafío global puede solucionarse por una coalición de países dispuestos a actuar».
Muy duro contra el G-20, no tanto con Putin
Guterres hizo solo una mención breve a la guerra en Ucrania. «Buena parte de la atención mundial sigue puesta en la invasión rusa de Ucrania», dijo. «La guerra ha desencadenado una destrucción generalizada, con violaciones a gran escala del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. Los últimos informes sobre las tumbas halladas en Izium son extremadamente inquietantes», agregó sin incluir una condena explícita a Moscú ni detallar la responsabilidad en esos horrores del Gobierno de Vladimir Putin. Tampoco hizo mención a los planes del presidente ruso de impulsar referéndums exprés en las regiones ocupadas del este de Ucrania justo en la semana del cónclave de la ONU. Una bofetada a la organización internacional, igual que cuando el pasado febrero Putin anunció la invasión de Ucrania en medio de una reunión del Consejo de Seguridad.
Guterres puso mucho más énfasis en otra batalla: «nuestra guerra suicida contra la naturaleza». El secretario general de la ONU repasó las olas de calor, inundaciones, sequías y hambrunas que sufre el planeta y advirtió de que «aún no hemos visto nada».
Fue muy duro con el G-20 -el grupo de economías desarrolladas es responsable del 80% de las emisiones, dijo- y con la industria de los combustibles fósiles, a la que acusó de disfrutar de «cientos de miles de millones de dólares en subvenciones y beneficios extraordinarios, mientras menguan los presupuestos de los hogares y nuestro planeta se quema».
«Ha llego el momento de intervenir», dijo Guterres, que abogó por «exigir responsabilidad «a las empresas de combustibles fósiles y a quienes promueven sus interese», a quienes puso «sobre aviso»: «Quienes contaminan deben pagar» y exigió a las grandes economías que pongan impuestos a los «beneficios extraordinarios» de esas empresas.
Los fondos obtenidos, en su opinión, deben ir «hacia los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática y hacia las personas que pasan dificultades por el aumento de los precios de los alimentos y la energía».
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