Lavrov interrumpe su participación en la reunión del G-20 ante el vacío de los países occidentales
La
La foto de familia se frustró cuando los ministros de Exteriores de los países del G-7 se negaron a fotografiarse con el ministro ruso
Corresponsal en Moscú
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónYa se veía venir el jueves, cuando comenzó en Bali (Indonesia) la reunión de ministros de Exteriores del G-20, que la presencia del jefe de la Diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, en el foro iba a ser tensa. Los llamamientos a que Moscú ponga ... fin de inmediato a la guerra en Ucrania, los múltiples reproches, la negativa a entrevistarse con él de los ministros occidentales y hasta el rechazo a que apareciera en la foto de familia hicieron que Lavrov pusiera pies en polvorosa a y abandonase la reunión antes de tiempo de forma precipitada y sin participar en sesión vespertina y la cena oficial. Así al menos lo aseguró la delegación de la Unión Europea.
El ministro de Exteriores ruso acude por primera vez tras el comienzo de la guerra a un gran evento internacional
Rafael M. MañuecoPero Lavrov entrará en la reunión del G20 como un elefante en u
Los altercados comenzaron casi inmediatamente después de la llegada del representante ruso el jueves a Bali. Mientras posaba en compañía de la ministra de Exteriores de Indonesia, Retno Marsudi, alguien preguntó gritando que «¿cuándo pararán la guerra?», a lo que Lavrov no respondió. Él mismo comentó a un grupo de periodistas que le dijeron de todo durante la cumbre de forma «frenética»: «Nos instaron a detener esta operación y alcanzar un arreglo pacífico, pero les pedí que aclarasen lo que realmente quieren. Si quieren conversaciones de paz, los que las interrumpieron fueron los ucranianos (...) pero, si lo que desean no son negociaciones, sino la victoria de Ucrania sobre Rusia en el campo de batalla, entonces, probablemente, simplemente no hay nada de qué hablar». Pero Marsudi, la anfitriona del encuentro, dijo que «es nuestra responsabilidad terminar con la guerra más temprano que tarde y resolver nuestras diferencias en la mesa de negociaciones, no en el campo de batalla». El Alto Representante de la UE, Josep Borrell, por su parte afirmó en su alocución que «una respuesta rápida a muchos de estos problemas sigue estando en manos de un hombre: el presidente Putin, quien debe detener esta guerra sin sentido y evitar una catástrofe alimentaria y energética mundial».
La foto de familia se frustró cuando, de acuerdo con las informaciones de la agencia japonesa Kyodo, los ministros de Exteriores de los países del G-7 se negaron a fotografiarse con Lavrov. Al parecer, la iniciativa partió del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken. Por su parte, la ministra alemana, Annalena Baerbock manifestó que «no puedo estar al lado de alguien que bombardea Ucrania, ataca a niños, adultos, civiles (...) no habrá una foto grupal de esta cumbre».
A todo ello, el principal diplomático ruso señaló que «en cuanto a las reuniones conmigo, las declaraciones de que no se tomarían fotos conmigo, no invité a nadie a fotografiarse. Y en general, no invité a nadie a ningún lado. Indonesia me invitó a mí. Como Indonesia ha invitado al presidente Vladímir Putin a participar en noviembre en la cumbre» de jefes de Estado y de Gobierno del G-20.
Lavrov salió de la sala inmediatamente después de su intervención. En el orden de palabra le seguía Baerbock. Borrell, denunció que su colega ruso dijo a los periodistas que Lavrov habló y no esperó a escuchar a los demás, conducta que calificó de «poco respetuosa». Antes, de tomar el micrófono, el ministro ruso habían estado sentado con las delegaciones de Arabia Saudí y México.
La intervención más dura la protagonizó el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, también si Lavrov presente en la sala, al decir que «después de todo lo que ha hecho Rusia en los últimos seis meses no tiene cabida en ningún foro internacional (...) un país que está librando una guerra de agresión contra su vecino y comete crímenes masivos y brutales contra la población civil solo se le debe acudir a un lugar, al Tribunal Penal Internacional».
Al no estar ya presente por la tarde, Lavrov se perdió el discurso de Blinken, que instó a Moscú a desbloquear los puertos ucranianos para permitir la exportación de cereales. «Hago un llamamiento a nuestros colegas rusos, Ucrania no es su país. El de Ucrania grano no es suyo. ¿Por qué están bloqueando los puertos?», manifestó el secretario de Estado norteamericano. El canciller ruso había dicho que «Ucrania es la que debe desbloquear sus puertos, limpiarlos de minas o garantizar el paso seguro a través de campos minados».
Lavrov también se quejó en un reunión con el ministro de Exteriores brasileño, Carlos Alberto Franco França, de que algunos países «tratan de impedir los contactos en formatos multilaterales». Según sus palabras, «aprecio la posición de la mayoría de los países de Asia, América Latina, África. Quienquiera que piense en cualquiera de nosotros, no debemos socavar los formatos multilaterales».
Lavrov han mantenido reuniones en Bali solamente con sus homólogos chino, Wang Yi, turco, Mevlut Cavusoglu, indio, Subrahmanyam Jaishankar, argentino, Santiago Cafiero, y brasileño, Carlos Alberto Franco França. También con la ministra indonesia y departió brevemente con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, mientras estuvieron sentados juntos, pero sin organizar un encuentro formal.
Una agenda no demasiado amplia en apariencia, aunque la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, aseguró a través de su cuenta de Telegram que «el llamado aislamiento de Lavrov se convirtió en autoaislamiento de Occidente». A su juicio, «el plan del G-7 de boicotear a Rusia en el G-20 fracasó. Nadie apoyó a los regímenes occidentales».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete