El golpe de Estado en Níger evidencia el creciente poder de Rusia en África ante la desidia de Occidente

Prigozhin, contento por la sublevación contra las «fuerzas coloniales», ofrece sus mercenarios a la Junta militar

Prigozhin elogia el golpe de Estado en Níger y promociona sus servicios

Militares de Níger anuncian haber derrocado al presidente Mohamed Bazoum

Partidarios del golpe de Estado en Níger sostienen una bandera rusa en la puerta de la Asamblea Nacional de NIemey reuters

Todo lo que Francia -antigua potencia colonial- ha podido obtener de los golpistas en Níger ha sido una garantía de que el depuesto y cautivo presidente Bazoum «se encuentra en buen estado de salud», según informó el viernes la agencia France Presse. El resto ... de las circunstancias del extraño y, de un tiempo a esta parte, habitual golpe de Estado son confusas. Lo único claro es que el presidente elegido en las urnas hace dos años, y cercano a Francia y a Europa, ha sido derribado por los militares.

Dos países vecinos de Níger en el cinturón subsahariano -la región conocida como el Sahel- pueden dar alguna clave del futuro inmediato. Mali y Burkina Faso también registraron golpes militares en fechas recientes, con el mismo pretexto: la «mala gestión política y económica» de los gobiernos pro-occidentales derrocados. Los dos han expulsado a las tropas francesas, y se han acercado a Rusia para cubrirse las espaldas.

Cambio de era

Cuando Mali tomó esa decisión y llamó a los mercenarios rusos del grupo Wagner, París movió su centro de operaciones militares a Níger, donde, presumiblemente, las tropas francesas tendrán que hacer de nuevo pronto los petates.

La causa inmediata del golpe fue desvelada el viernes con el anuncio del nombramiento del general Tchiani, jefe de la guardia presidencial de Bazoum, como nuevo líder de la Junta militar. Tal como sugerían algunos informes de prensa, el jefe del Estado tenía la intención de reemplazar a Tchiani tras haber perdido la confianza en él, y este se adelantó montando la asonada con su pequeño ejército de élite.

El golpe en Níger coincide por azar, o no, con la cumbre en San Petersburgo de Rusia con los líderes africanos. No han acudido tantos como en 2019, quizá para no enemistarse de modo abierto con Europa y Estados Unidos en plena guerra de Ucrania, pero el clima de 'cambio de era' -al menos en el África occidental- parece evidente.

Putin les ofrece beneficios comerciales, en particular un pacto generoso para el envío de millones de toneladas de grano, pero lo que está en juego, tanto para Moscú como para muchas capitales africanas, está en otro nivel. Rusia ve en África una oportunidad de oro para desplazar y hacer la pinza a Europa occidental. Al fin y al cabo, son subsaharianos los centenares de miles de desesperados que se apilan en los puertos del norte de África para dar el salto a Occidente.

Para la ola de dictadores golpistas africanos, en particular en el Sahel, la alianza con Rusia presenta ventajas superiores a las meramente económicas. Moscú no es un socio molesto, preocupado por los derechos humanos, las prácticas democráticas o la lucha contra la corrupción. El Kremlin piensa solo en los réditos políticos, y los mercenarios de Wagner en el reparto de beneficios.

Todo son ventajas

Por otra parte, el recurso a la compañía militar rusa ofrece a los nuevos dictadores africanos una ventaja adicional. Ya no tendrán que recurrir a guardias presidenciales de connacionales, que como se ha visto ahora en Níger y antes en muchos otros casos pueden verse tentadas a derrocar al presidente para ocupar su puesto.

Existe otro argumento que juega en favor de la estrategia rusa para África: el tópico de 'potencias coloniales' que favorece la animadversión contra los franceses y, en general, contra los europeos. Según informó el viernes la BBC, los simpatizantes del golpe militar en Níger se congregaron frente a la sede del Parlamento en la capital portando banderas rusas y carteles contra la presencia de Francia en el país. De esa manifestación partió un grupo hacia la sede del partido del presidente para prenderle fuego.

Existe otro argumento que juega en favor de la estrategia rusa para África: el tópico de 'potencias coloniales' que favorece la animadversión contra los franceses

Durante mucho tiempo, los gobiernos occidentales creían en la existencia de un plan de China para ocupar su puesto en África, colonizarla -incluso con el envío de decenas de millones de campesinos asiáticos- y explotar sus ricos recursos naturales para beneficio propio. Los acontecimientos en el cinturón subsahariano muestran que Rusia está varios cuerpos por delante de Pekín. No hay que olvidar, además, que durante décadas la Unión Soviética becó a líderes africanos para estudiar en sus universidades, y mantiene desde entonces una red de contactos -y de nostalgias- con las que no cuenta China.

Todos los países occidentales han denunciado el golpe de Estado en Níger -país muy rico en uranio-, e incluso Naciones Unidas, que pide el diálogo entre los golpistas y el gobierno depuesto. El único que ha mostrado su felicidad es el líder de Wagner, Evgueni Prigozhin, que ha reaparecido en la cumbre de San Petersburgo. En un mensaje a través de la red social rusa Telegram, Prigozhin -que aparentemente ha hecho las paces con Vladímir Putin- muestra su contento porque Níger «se ha liberado de las fuerzas coloniales», y ofrece los servicios de su ejército de mercenarios a la nueva Junta golpista para «mantener el orden».

Lucha contra el terrorismo

Hasta la fecha, además de Mali y Burkina Faso, también la República Centroafricana (CAR, por sus siglas en inglés) ha solicitado los servicios del ejército ruso de mercenarios para sustituir a las tropas europeas. En su descargo, los países del Sahel que han acudido a Rusia aluden a la «lucha contra el terrorismo», una referencia directa a las franquicias yihadistas de Al Qaida y de Estado Islámico (Daesh) que campan a sus anchas en esos países subsaharianos, y contra los que no consta ninguna acción especial por parte de los mercenarios de Wagner.

Los países del Sahel que han acudido a Rusia aluden a la «lucha contra el terrorismo», una referencia directa a las franquicias yihadistas de Al Qaida y de Estado Islámico (Daesh)

Lo que sí parece cierto es que la llegada de Rusia al Sahel, y su fortalecimiento en Níger, Mali, Burkina Faso, República Centroafricana y el Chad, es una exclente noticia para una nube de grupos islámicos yihadistas que esperan sacar beneficio de río revuelto. Entre las organizaciones terroristas islámicas más activas en la región figuran la rama de Al Qaida en Mali, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), y Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS).

Nigeria, premio gordo

Además, la región de Diffa, bañada por el lago Chad, es escenario de ataques con relativa frecuencia por parte de Boko Haram y de su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA).

Rusia centra sus esfuerzos en el cinturón subsahariano porque es el más inestable, el más abiertamente anti-francés, y el más fácil de gobernar con un número relativamente pequeño de mercenarios. No obstante, el premio gordo de toda estrategia africana es la superpoblada Nigeria, al sur de Níger, con sus casi 224 millones de habitantes, patria chica de los yihadistas de Boko Haram.

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