El FBI constata el caos del Servicio Secreto en el atentado a Trump
El asesino intentó entrar al mitin pero los agentes le pararon en el detector de metal
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A pesar de los graves fallos en el dispositivo de seguridad del mitin donde Donald Trump casi fue asesinado, la jefa del Servicio Secreto de Estados Unidos se niega a dimitir. El último error conocido: los agentes detectaron al asesino una hora antes de ... que el expresidente comenzara su discurso. Intentó pasar por los detectores de metales, pero se le prohibió la entrada, por lo que buscó otro lugar desde donde disparar. De manera inexplicable, el techo de un edificio cercano estaba desatendido.
Las excusas de Kimberly Cheatle, responsable del Servicio Secreto, no han satisfecho a los republicanos, especialmente sus declaraciones del lunes afirmando que no se cubrió el techo del edificio desde donde Thomas Crooks disparó porque estaba inclinado. Lo cierto es que Crooks disparó y los informes de balística revelan que falló porque Trump desvió la cabeza.
Cheatle debe comparecer ante una comisión en el Capitolio el día 22. Mientras tanto, la Casa Blanca ha abierto una investigación. En comunicaciones internas, la directora del Servicio Secreto ha alabado la labor de los agentes tras los primeros disparos, pero la realidad es que Trump quedó expuesto y no fue completamente protegido: aunque los agentes lo rodearon, él sacó la cabeza y el puño, creando una imagen icónica. Esto no excluye que otro francotirador pudiera haberlo alcanzado en ese momento.
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Enigma
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha anunciado desde el congreso de su partido en Milwaukee que va a pedir su dimisión. «Creo que es inexcusable... Su explicación de que había una inclinación en el techo y, por lo tanto, la seguridad podía ser menor, no se sostiene. Creo que ella ya ha demostrado cuáles son sus prioridades», añadió.
Para muchos republicanos, esas prioridades son hacer el Servicio Secreto más diverso, con una mayor contratación de mujeres y personas de diversas razas. Tras escrutar las imágenes del tiroteo, varios políticos y analistas republicanos han criticado la actuación de dos agentes mujeres que tuvieron problemas para desenfundar el arma, se escondieron detrás de Trump y preguntaron en voz alta: «¿Qué hacemos ahora, qué hacemos ahora?».
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha anunciado desde el congreso de su partido en Milwaukee que va a pedir su dimisión
El FBI, que coordina las investigaciones, logró acceder al teléfono del asesino el martes, pero Crooks sigue siendo un enigma. Su padre dijo a los agentes que se fue el sábado por la mañana con el rifle, y él pensó que iba a un campo de tiro. Solo avisó a la policía a las 23:00, cuando su hijo ya estaba muerto. Antes de llegar al mitin, Crooks compró 50 cartuchos de munición y una escalera.
Los agentes tenían información sobre él bastante tiempo antes de que Trump comenzara a hablar. Tenían fotos y vídeos, y dos agentes de policía local se enfrentaron con él en el techo del edificio, pero Crooks les apuntó y ellos se pusieron a salvo. Después, Crooks abrió fuego, le perforó la oreja a Trump, mató al bombero Corey Comperatore y dejó a dos personas gravemente heridas.
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