Quién era Hossein Salami, el jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán eliminado por Israel

Representó el rostro más visible del poder militar iraní. Su desaparición abre un nuevo capítulo en la rivalidad entre Teherán y Tel Aviv

Israel ataca instalaciones nucleares y militares en Irán y se prepara para una guerra prolongada

Salami era un figura clave dentro del aparato militar iraní y estrechamente vinculado al líder supremo Ali Jamenei EFE

Israel golpeó a Irán con la intención de destruir instalaciones nucleares, fábricas de misiles balísticos y comandantes militares. Hossein Salami estaba entre los objetivos de este último grupo. Jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán, era una figura ... clave dentro del aparato militar iraní y estrechamente vinculado al líder supremo Alí Jamenei. Su muerte marca un punto de inflexión en la ya tensa relación entre Irán e Israel, en un momento de máxima volatilidad regional.

Nacido en 1960 en Golpayegan, en la provincia iraní de Isfahán, Salami se unió a la Guardia Revolucionaria en 1980, coincidiendo con el estallido de la guerra Irán-Irak. En las siguientes décadas, se consolidó como uno de los militares más poderosos del país, ascendiendo en el escalafón hasta ser nombrado comandante en jefe del CGRI en abril de 2019 por el propio ayatolá Alí Jamenei.

Antes de asumir el mando total, Salami dirigió unidades clave durante la guerra, como las divisiones Karbala y 14ª Imam Hussein, y posteriormente la sede naval de Nouh. A lo largo de su carrera, Salami desempeñó un rol crucial tanto en la estrategia militar interna como en la política exterior agresiva de Irán. Fue jefe de operaciones del Estado Mayor Conjunto del CGRI entre 1997 y 2005 y una figura central en el programa balístico iraní, razón por la cual fue sancionado por el Consejo de Seguridad de la ONU en 2007 y posteriormente por Estados Unidos y la Unión Europea.

Bajo su mando, el CGRI no solo actuó como brazo represor interno frente a protestas populares –como las de noviembre de 2019, en las que fue directamente responsabilizado por su dureza–, sino también como una fuerza de proyección regional.

Dirigió operaciones y apoyó a grupos como Hizbolá en Líbano, Hamás en Gaza y los hutíes en Yemen, utilizando estas milicias para expandir la influencia iraní y atacar objetivos estadounidenses e israelíes en Oriente Próximo.

Salami también lideró el CGRI en eventos controvertidos, como el derribo del avión de pasajeros ucraniano en enero de 2020, que dejó 176 muertos, y los históricos ataques directos con misiles y drones lanzados desde suelo iraní hacia Israel en 2024.

Reconocido por su retórica encendida, fue un crítico feroz de Israel y Estados Unidos. En 2018, advirtió al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que «aprendiera a nadar en el mar Mediterráneo», y en enero de 2025, durante una visita a una base subterránea, prometió «abrir las puertas del infierno» ante cualquier agresión. Allí fue grabado caminando sobre banderas de Israel y EE.UU. en señal de desafío.

Hasta su muerte, Hossein Salami ha representado el rostro más visible del poder militar iraní. Su desaparición abre un nuevo capítulo en el enfrentamiento entre Teherán y Tel Aviv, y deja un vacío considerable en la estructura de mando de una de las instituciones más importantes del régimen islamista.

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