Grover Cleveland, el ejemplo que puede seguir Trump en 2024 para volver a la Casa Blanca

Cleveland (Caldwell, Nueva Jersey, 1837), el demócrata que marcó la política estadounidense en las últimas décadas del siglo XIX, es un caso singular en la lista de los presidentes del país, ya que solo él ocupa dos números ordinales, el 22º y el 24º, que se corresponden con sus dos mandatos discontinuos, 1885-1889 y 1893-1897 . Por eso aunque Joe Biden ocupe oficialmente el número 46, en realidad será la 45ª persona en ocupar el cargo.

En la actualidad, la Vigesimosegunda Enmienda de la Constitución permite que una misma persona pueda ejercer la presidencia por dos mandatos completos, sin que estos tengan por qué ser consecutivos, por lo que nada impediría a Trump intentarlo de nuevo en las elecciones de 2024.

En el caso de Cleveland, accedió por primera vez al poder tras ganar en 1884 al republicano James G. Blaine . Antes había sido alcalde de la ciudad de Búfalo, en Nueva York, y gobernador de ese estado, donde se había forjado una fama de hombre probo al enfrentarse a los miembros del influyente Tammany Hall, un grupo que manejaba los hilos de la política neoyorquina a través de relaciones clientelares. «Lo queremos sobre todo por los enemigos que se ha hecho», dijeron de él en la convención del Partido Demócrata que proclamó su candidatura.

Sin embargo, durante la campaña se le atacó a causa de un hijo ilegítimo que tenía. Sus oponentes se mofaban de él coreando: «Ma, Ma, where’s my Pa? Gone to the White House, ha, ha, ha!» («Mamá, mamá, ¿dónde está mi papá? Se fue a la Casa Blanca, ¡ja ja ja!»). Eso no fue suficiente para impedir su victoria, que acabó con la racha de presidentes republicanos que había empezado Abraham Lincoln 24 años atrás.

Al tomar posesión, Cleveland era un imponente solterón de casi 48 años, 1,80 de alto y 120 kilos. Pero en 1886 se convirtió en el primer presidente en casarse en la Casa Blanca. Lo hizo con una mujer 28 años más joven, Frances , hija de un amigo fallecido de la que había ejercido como tutor. Con ella tuvo cinco hijos, estos sí legítimos.

Como presidente, Grover Cleveland era reformista y austero, partidario de los impuestos bajos y contrario a un gobierno paternalista. Un «obstruccionista hiperactivo», lo califica Javier Redondo en su libro «Presidentes de Estados Unidos». Se oponía a los aranceles elevados, con los que sus oponentes republicanos querían proteger a los productores locales, mientras que los demócratas consideraban que perjudicaban al consumidor de a pie al elevar los precios.

Este fue el asunto central en las elecciones de 1888. Cleveland ganó en número de votos ciudadanos, pero en el recuento de los votos electorales de cada estado, los que de verdad importan, perdió por 233 a 168 frente al republicano Benjamin Harrison , que se convirtió en el presidente número 23. En su derrota pudo influir que se hiciera pública una carta del embajador británico en la que se mostraba a favor del candidato demócrata, algo que pudo restarle votos de los irlandeses. Cleveland se retiró de momento a un segundo plano, trabajando como abogado en Nueva York.

Con Harrison (1889-1893) se aprobaron leyes para subir los aranceles y la acuñación de plata, esto último con el fin de aliviar la situación de los endeudados granjeros del Oeste. En cambio, Cleveland abogaba por el patrón oro. Decidió volver al ruedo y, tras ser elegido por tercera vez candidato demócrata, en 1992 devolvió el golpe a Harrison, ganándole con holgura (277 votos electorales a 145). A ello contribuyó la irrupción del Partido Populista, que restó apoyo a los republicanos.

En este segundo mandato, Cleveland se enfrentó a una grave crisis económica, que la derogación de la ley de la plata no resolvió. Treinta y seis años antes del «Crac del 29», en 1893 se desató el pánico en la Bolsa y quebraron cientos de bancos y miles de empresas. Hubo huelgas multitudinarias, la más grave en 1894 en la empresa Pullman en Chicago, adonde el presidente envió al ejército. Murieron una treintena de huelguistas.

Mientras, los demócratas se dividieron entre defensores de la plata y del oro. Su candidato en 1896 William Jennings Bryan , partidario de la plata, cayó ante el republicano William McKinley . No hubo otro presidente demócrata hasta Woodrow Wilson , 16 años después.