La presión republicana llevó a Trump a autorizar el traspaso de poderes

Este martes, el presidente, que había pasado varios días alejado de los focos, reapareció en la Casa Blanca, para hacer unas breves declaraciones primero y para indultar al pavo de Acción de Gracias después (la agraciada fue un ave de nombre Maíz, nacida en Iowa). No admitió la derrota ni aclaró planes. Pero no le hizo falta decir nada. El traspaso de poderes ya estaba en marcha.

La rueda de prensa que le quitó a Trump la venda de los ojos tuvo lugar el jueves pasado aquí en Washington. Los abogados del presidente comparecieron en la sede del Partido Republicano para actualizar a los medios de sus demandas de fraude electoral en las elecciones. Uno de los letrados, Sidney Powell , tomó el estrado y denunció que Hugo Chávez había desarrollado un software en Venezuela que se ha empleado para perpetrar el fraude en el recuento, con soborno de funcionarios republicanos incluido. «Tenemos un testigo muy potente que ha explicado cómo funciona todo... Él estuvo con Hugo Chávez mientras le informaban de cómo funcionaba este sistema», dijo Powell.

De ese testigo no se supo más. De las pruebas de fraude tampoco. Esas teorías alarmaron hasta a los más enardecidos defensores del presidente, como uno de los presentadores estrella de la cadena Fox News, Tucker Carlson , quien dijo en su programa que de ser cierto, ese sería «el mayor delito en la historia de EE.UU. Millones de votos robados en un solo día. La destrucción de la democracia». «Pero Sidney Powell no nos ha enviado ninguna prueba, después de que se las hayamos pedidos en muchas ocasiones», añadió. El sábado, la campaña de Trump envió a los medios de comunicación un mensaje de correo electrónico, firmado por el abogado personal del presidente, Rudy Giualini , en el que este decía: «Sidney Powell ejerce la abogacía por su cuenta. No es miembro del equipo legal de Trump».

Horas después, uno de los grandes aliados de Trump, el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie invitó al presidente a pasar página: «Su equipo legal ha sido una vergüenza nacional». Christie puso de relieve que los abogados de Trump, pagados en su mayoría con donaciones, han acumulado fracaso tras fracaso. Han perdido todas sus demandas, y han sido incapaces de evitar que los estados donde Trump ha denunciado fraude certifiquen la victoria de Biden. Los últimos en hacerlo fueron este martes Nevada y Pensilvania, tras Georgia, Wisconsin y Míchigan.

Trump reunió el lunes a varios asesores en la presidencia, incluido el jefe de gabinete Mark Meadows y el procurador Pat Cipollone , y estos le aconsejaran que permitiera a la directora de Servicios Generales, Emily Murphy , que firmara la carta necesaria para iniciar el traspaso de poderes. El mismo día, creció el número de senadores republicanos que dijeron en público que el presidente comenzaba a entrar en terreno peligroso. A Mitt Romney y otros díscolos se les sumaron aliados de Trump, como Rob Portman de Ohio, Bill Cassidy de Luisiana y Lamar Alexander de Tennessee. Este último le dijo al presidente en un comunicado: «Normalmente, de los que nos dedicamos a la vida pública, lo que se recuerda es lo último que hicimos».

En público, Trump sigue insistiendo en que hubo fraude. Este martes, apareció en la sala de prensa de la Casa Blanca para una comparecencia de apenas 65 segundos, para congratularse de que el Dow Jones superara la marca de los 30.000, signo del optimismo en Wall Street ante las vacunas del Covid-19 . «Lo más importante, quiero felicitar a la gente de este país, porque no hay nadie como vosotros», dijo Trump antes de abandonar la sala.