La oposición venezolana intenta mantener viva su lucha ante el olvido internacional
En Madrid, epicentro del exilio, Edmundo González reúne a víctimas del chavismo para denunciar la violación de derechos humanos de Maduro
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La situación venezolana no mejora y la oposición sigue esforzándose por mantener viva la causa a nivel internacional, siendo Madrid el epicentro del movimiento antichavista en el exterior. «Venezuela está sumida hoy en una atmósfera de terror», denunció este martes el presidente electo de Venezuela, Edmundo González ... , desde la sede del Parlamento Europeo en la capital española. Lo hizo en el acto 'Venezuela: Memoria y Justicia', un evento que convocó junto a la líder antichavista María Corina Machado y a los eurodiputados Jorge Martín Frías y Antonio López-Istúriz para visibilizar las graves violaciones de derechos humanos que han cometido quienes todavía se aferran al poder en Caracas.
Para solventar la crisis, González señaló la necesidad de que la comunidad internacional ejerza mayor presión: «Los organismos internacionales y las democracias del mundo deben reconocer, condenar y penalizar los delitos y crímenes de lesa humanidad que este régimen criminal comete dentro y fuera de Venezuela». «Cada día cuenta», advirtió, «porque no hay día que las víctimas y sus familiares dejen de sufrir este inmenso dolor».
El propio presidente legítimo de Venezuela es uno de los que vive ese sufrimiento. Rafael Tudares, su yerno fue interceptado por hombres armados el 7 de enero, tres días antes de la fecha prevista en la que González debía asumir la presidencia, y desde entonces ningún familiar ha tenido contacto con él. No se sabe dónde está ni en qué situación se encuentra. Su esposa, Mariana González, sigue exigiendo «con urgencia» una fe de vida, pero ninguna autoridad quiere, o puede, ofrecerle respuestas.
La líder opositora María Corina Machado también participó en la conversación a través de un vídeo que grabo desde su escondite en Caracas y criticó a la comunidad internacional por su tardanza en reconocer la verdadera naturaleza del régimen chavista. Habló de los más de 900 presos políticos que siguen tras las rejas en Venezuela y destacó que «muchos de ellos cuentan con doble nacionalidad, como mi amiga y colaboradora Catalina Ramos, quien además de ser venezolana, es también española», dejando entender que el Gobierno español podría hacer más por sus ciudadanos que permanecen encerrados en el país caribeño. Asimismo, la líder opositora subrayó la importancia de preservar la memoria de las víctimas para lograr justicia. «Lo esencial para que estos hechos atroces no se vuelvan a repetir es no olvidar que sucedieron».
Magalli Meda también lamentó el abandono del Gobierno de España a través de una videollamada por Zoom. Meda, jefa de campaña del comando de Machado, fue una de las asiladas en la Embajada argentina en Caracas que logró escapar a Estados Unidos. «Yo soy ciudadana española, viví en carne propia lo que es el secuestro y yo no sentí apoyo del Gobierno español, y no soy sólo yo, son cientos, miles de venezolanos que están en el territorio con nacionalidad española». Por eso, según Meda, es urgente «deshojar esta farsa completa que envuelve un régimen criminal y que trata de legitimarse».

Durante los meses de asedio en la sede diplomática argentina, Meda convivió con Pedro Urruchurtu, otro estrecho colaborador de Machado que también logró escapar de Venezuela. Desde Madrid, Urruchurtu exigió valentía a la comunidad diplomática. «Lamentablemente el mundo empeorado en muchas situaciones y en muchos contextos de violaciones a los derechos humanos porque la diplomacia sigue llegando tarde». El activista lanzó una dura advertencia: «En Venezuela hay un modelo criminal no convencional», por lo que solo «soluciones no convencionales» pueden enfrentar la crisis del país. «Si hubiéramos esperado por lo convencional, probablemente yo no estaría aquí hablando hoy», afirmó, sugiriendo que, de no haber actuado fuera de los marcos tradicionales, su destino habría sido otro: «No sé dónde estaría… probablemente desaparecido, quizás muerto».
Urruchurtu habló de su experiencia como asilado: «Nunca imaginamos que entrar a una Embajada se podía convertir en una experiencia carcelaria». «Cuando uno busca asilo en una Embajada, lo hace pensando que es un lugar seguro, no pensando que vas a ser perseguido dentro», declaró. Asimismo, relató cómo durante más de 400 días vivieron «asediados» en el recinto diplomático, que el régimen convirtió en «un centro de tortura psicológica». También aseguró que «el régimen mató el asilo diplomático. Mató la Convención de Caracas en Caracas frente a los ojos del mundo».
Diversas víctimas del chavismo, y familiares de ellas, también estuvieron presentes en el evento para compartir sus historias y dar rostro a las estadísticas de represión. Uno de ellos fue Raúl Emilio Baduel, excarcelado e hijo del general Raúl Isaías Baduel, quien murió en 2021 bajo custodia del Estado. Admitió que vive con miedo de hablar con los medios porque su hermano Josnar «está secuestrado por la dictadura» desde 2020 y teme que pueda haber alguna repercusión para él.
Baduel afirmó que el caso de ensañamiento contra su familia «pasó de ser un hecho aislado a convertirse en un patrón sistemático», comparando la política de terror de Estado que aplica el chavismo con «el modelo de persecución nazi».
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