Denuncian las condiciones en la cárcel del opositor cubano Ferrer

La presión de organizaciones no gubernamentales a las autoridades cubanas, que denunciaban que Ferrer se encontraba «incomunicado» por meses en una celda en la prisión de Mar Verde, permitieron esta semana la visita de su familia. Su esposa, Nelva Ismarays Ortega, y su hermana venían exigiendo hace tiempo al gobierno de Miguel Díaz-Canel una «fe de vida», porque entre los opositores ya se sospechaba que el activista no estaba recibiendo la atención mínima que merece un preso y que estaba siendo torturado.

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El último visitante que había recibido había sido Monseñor Dionisio, arzobispo de la ciudad, que acudió a prisión hace más de tres meses, días antes de la visita conyugal en marzo.

La familia de Ferrer denunció también que habían recibido recientemente «una nota escrita de puño y letra», de cuya autoría desconfiaban. Sospechaban, de hecho, que había sido forzado a redactarla.

Tras la breve visita de su esposa y dos hijos a la cárcel de Santiago de Cuba, la familia reiteró su preocupación por la salud de Ferrer, por lo que han permitido además que le lleven medicación de la que no le proveen en el penal.

Denunciaron que no puede beber agua potable y que su pésima alimentación le ha llevado a perder peso y contraer varias enfermedades. Además, insistieron en que se encuentra rodeado de insectos y que no le permiten tener acceso a limpieza.

Además de no recibir alimentos y medicaciones, no ha recibido vestimenta, por lo que no puede protegerse del calor, lo que acentúa su aspecto debilitado.

Agregaron que su cuerpo está «lleno de lesiones» y que el mismo activista se negó a tocar a su familia para no contagiarles de la enfermedad que tiene en la piel desde hace meses y de la que desconocen el diagnóstico.

A pesar de su encierro, la esposa de Ferrer enfatizó la «firmeza, valentía y determinación» con la que resiste y que mantiene su lucha contra los abusos de las autoridades cubanas.

Sus familiares insisten en defender la inocencia del activista por los derechos humanos y que su detención se produjo en condiciones injustas en julio de 2021. Solicitan que la sociedad civil siga pendiente del caso y que las organizaciones no se retiren del país para defender a las víctimas del régimen cubano.

La denuncia por el maltrato del activista coincide con el inicio del viaje internacional del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, que comenzó en Roma el pasado martes, cuando se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano.

En la cita se abordó la amnistía a los presos políticos del régimen, y el Pontífice se mostró receptivo a buscar soluciones a la represión y arrestos a opositores como el cardenal Beniamino Stella.

El mandatario había evitado en reuniones con otros líderes referirse a la ausencia de las libertades en la isla, pero la presión interna y externa ha ido aumentando desde las manifestaciones del 2018, por lo que en esta ocasión tuvo que referirse al tema.

Aún no se sabe si tras esta gira el gobierno de Díaz- Canel realizará anuncios sobre los presos políticos. Según los analistas internacionales, ya ha sido un avance abordar el tema de la falta de libertades en la isla.