Demócratas y republicanos se unen en apoyo a María Corina
La opositora a la dictadura de Maduro recibe el respaldo del Capitolio
Vuelven las sanciones al oro y el petróleo de Venezuela tras la inhabilitación a María Corina Machado
Corresponsal en Washington
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Iniciar sesiónSe pueden contar con los dedos de una mano, tal vez menos, las ocasiones en que demócratas y republicanos pactan una sola medida de consenso en este clima totalmente dividido y exasperado que impera en Washington desde hace ya más de una década. Este miércoles ... 7 de febrero se dio una excepción. Diputados republicanos y demócratas, normalmente adversarios absolutos, se unieron temporalmente para conversar durante casi una hora con la líder opositora de Venezuela, María Corina Machado.
Fue algo más bien informal, una especie de mesa redonda en la que Machado tuvo que participar por videoconferencia, dadas las restricciones de movimiento que le impone la dictadura de Nicolás Maduro. Pero dos de los diputados más influyentes en política latinoamericana, la republicana María Elvira Salazar y el demócrata Joaquín Castro lideraron una conversación durante la cual Machado recibió apoyo bipartidista para mantenerse al frente de la oposición a Maduro.
La comparecencia, plagada de los problemas habituales de conexión a internet desde Venezuela, fue organizada por la diputada Salazar, que es miembro de la mayoría en la Cámara de Representantes en el Capitolio. «Gracias, gracias por quedarte y luchar», dijo Salazar, en español, al inicio del debate. Era una referencia, explicó la republicana, a aquel tiempo en que numerosos opositores se fueron de Venezuela, ante la brutalidad de la persecución del régimen. «No es una crítica a nadie, pero es un hecho que tú te quedaste y luchaste, así que gracias», dijo Salazar.
El régimen chavista se financió con el tráfico de la cocaína colombiana
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Machado, en un perfecto inglés, denunció los abusos de la dictadura y hasta llegó a decir que, aunque no lo parezca, el régimen está en su momento más débil. Se hizo eco también de las recientes investigaciones judiciales sobre narcotráfico del régimen, que avanzó este diario el fin de semana: «Por culpa de redes criminales y actividades de narcotráfico, Venezuela se ha convertido en el cuarto productor de cocaína en el mundo».
Lo relevante de esta comparecencia fue la presencia del demócrata Castro, diputado de Texas. Era una señal de que en el caso de Venezuela no se ha perdido el espíritu bipartidista, el mismo que llevó a Nancy Pelosi, la ex líder demócrata, a sumarse a Donald Trump en su invitación a Juan Guaidó a que acudiera como invitado al discurso del Estado de la Unión en 2020.
Por aquel entonces, Machado no era la candidata de consenso en EE.UU. que es ahora. Su defensa de las sanciones y de la llamada opción militar la congraciaron con los republicanos, pero no tanto con los demócratas, siempre más dados a conversaciones y entendimientos con el régimen. «Gracias por pelear por la democracia», le dijo el diputado Castro.
Algo ha cambiado en lo que va de año, sin embargo. Las concesiones encadenadas de Joe Biden —levantar sanciones al oro y al petróleo, canjear presos acusados de graves delitos o condenados— no han dado los resultados esperados y Maduro ha inhabilitado a Machado, que ganó las primarias opositoras. Sin opciones, los demócratas, o al menos la facción centrista a la que representa Castro, se han unido ahora tras la candidata, que ha moderado notablemente su discurso.
Mientras, la Casa Blanca ha quedado sin muchas opciones. La decisión de la justicia electoral de Venezuela, sometida a la dictadura, ha provocado que Biden recupere de momento las sanciones al oro y amenace con más si no se levanta ese veto. Todo apunta, dadas las provocaciones de Maduro, que las elecciones presidenciales no serán libres. El dictador dijo recientemente que ganará por las buenas o por las malas, aunque su equipo dijo después, como suele suceder, que la frase fue sacada de contexto.
Machado admitió que el camino que tiene por delante es difícil, sobre todo dada la presión de otros opositores a que se haga a un lado y permita a otro candidato no inhabilitado presentarse. Ella dijo que cree que puede unir el voto opositor a la dictadura, que en Venezuela lleva años trágicamente dividido.
En un ejemplo de lo unidos que están los dos grandes partidos norteamericanos en su apoyo al cambio de régimen en Venezuela, Salazar, que preside la subcomisión de América Latina en la Cámara, le dijo a la candidata venezolana: «No somos republicanos ni demócratas en lo que se refiere a la búsqueda venezolana de la libertad».
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