Antonio Ledezma se pone a disposición de la Audiencia Nacional ante la petición de extradición de Maduro

«Desde octubre del año pasado Nicolás Maduro anunció una solicitud de extradición a las autoridades españolas y yo no quiero estar viviendo en esta incertidumbre. Y lo que he querido es ponerme a derecho ante la Audiencia Nacional, donde he consignado un escrito por medio de mis abogados en el que dejo constancia de que estoy aquí, que estoy a su disposición». El exalcalde de Caracas ha entregado además «una serie de pruebas en las que demuestro que soy víctima de una persecución transnacional por parte del régimen», según explica a ABC en conversación telefónica. «También he consignado pruebas de las constantes alusiones directas que hacen contra mí tanto Nicolás Maduro como sus más cercanos colaboradores; y de las amenazas que recibo en las redes sociales de supuestos seguidores del régimen».

Ledezma subraya que su decisión de acudir a la Audiencia Nacional se debe a su «interés para que esta situación se despeje, tal y como ya hice con la Interpol», señala, a la que el régimen de Maduro «elevó una orden de captura acusándome de delitos de naturaleza política, como los delitos de traición a la patria, conspiración, etc. Todo ese guion que repite y recicla la dictadura de Venezuela».

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Si bien la fiscalía española sí le llamó el año pasado «a requerimiento» del Gobierno de Venezuela -«y ese asunto fue despejado oportunamente»-, ahora ha sido Ledezma el que ha querido llevar la iniciativa y presentarse ante la Audiencia Nacional «para conocer en qué situación está esta supuesta solicitud de extradición, y que la policía no se vaya a presentar por sorpresa en mi domicilio. Que sepan estoy a disposición, que no hay ningún peligro de fuga, que no tengo nada que temer, y que mi vida es transparente«.

El opositor afirma que no sabe en qué punto del proceso está la solicitud de extradición, y que va a seguir haciendo algunas diligencias en otras instancias «porque quiero estar tranquilo desde el punto de vista jurídico». Un sosiego difícil de alcanzar pues asegura que todas las semanas es mencionado directamente por Nicolás Maduro. «No hay supuesta conspiración en la que no me involucre. Y eso me pone en la picota de su jauría. Sobre todo cuando habla de una 'furia bolivariana' que tiene un alcance más allá del territorio nacional».

Esta persecución ha alcanzado en las últimas semanas a activistas de derechos humanos como Tamara Suju, directora del Instituto Casla que ha llevado al régimen de Maduro ante la CPI por crímenes de lesa humanidad, sobre la que ha emitido una orden de detención; a periodistas como Sebastiana Barráez, y a militares retirados como José Antonio Colinas, entre otros, a los que acusa de traición a la patria, homicidio intencional calificado en grado de tentativa en la persona del presidente de la República.

«Es una cacería de brujas. Y en el territorio nacional siguen deteniendo dirigentes». En las últimas horas la oposición ha denunciado la desaparición forzada de tres personas del equipo de María Corina Machado. «El domingo 4 de febrero vamos a recibir en el acto que tenemos en la Puerta del Sol a los familiares de uno de los dirigentes desaparecidos, que fue detenido pero no sabemos dónde está». En el acto, que ha sido convocado en numerosas ciudades de todo el mundo, se pedirá el cese de la persecución a opositores.

El pasado mes de agosto, el régimen venezolano aseguró que tenía pruebas contra Antonio Ledezma por los delitos que ahora le quiere imputar, conspiración y traición a la patria. «Llevo seis años en el destierro, y esos son los mismos delitos que se me imputaron en Venezuela. Cualquiera que disienta de Maduro es considerado traidor a la patria. Es el mismo libreto castrista y nicaragüense», subraya.

El opositor recuerda que estuvo «más de mil días preso, y solo tuve una audiencia, en la que pidieron para mí 26 años de cárcel. Es una forma de ejercer arbitrariamente la justicia en el país. En Venezuela ha sido castrado el derecho de opinión», denuncia.

Ledezma no se muestra preocupado ante la posibilidad de que el Gobierno de Sánchez ceda a la petición de extradición: «No veo a España inclinándose ante un modelo del socialismo del siglo XXI. Puede haber alguno que otro que simpaticen con ese esquema, pero yo no veo la rendición de las instituciones españolas ante Maduro. Creo que sus bases son sólidas y por eso confío en que casos como el mío no van a ser tramitados porque sería convalidar esa escalada de persecución política. España en su tratado de extradición no contempla la posibilidad de que sea entregado un ser humano a un régimen dictatorial. Además, es un país que ha suscrito la convención contra la tortura promovida por Naciones Unidas. Y si algún régimen comete torturas es el régimen de Venezuela».

Preguntado sobre la ratificación de la inhabilitación de María Corina Machado, a quien apoyo desde Madrid en las primarias de la oposición el pasado 22 de octubre, asevera que «es una manera de reventar el proceso de diálogo, porque lo que se está haciendo con estas acciones es violar lo que se acordó en Barbados. Lo que quiere Maduro son unas elecciones a la carta con las condiciones que él imponga: él escoge el candidato, que será un mequetrefe y que aceptará por supuesto el resultado, que será un fraude. Y Maduro sabe que eso no lo va a conseguir con María Corina Machado. Por eso inventan esta inhabilitación que no tiene ningún fundamento legal.