Perfil
Daniel Noboa, el presidente más joven de Ecuador que enfrenta su sueño a una ola de violencia sin precedentes
Coches bomba, secuestros de policías, amotinamientos en las cárceles y la toma de una cadena de televisión hacen que la situación en el país sea insostenible
El presidente de Ecuador, ante la oleada de violencia que golpea el país: «Los gobiernos tibios se han acabado»
MADRID
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Iniciar sesiónLa situación en Ecuador es insostenible. Los coches bomba, los secuestros de policías, los amotinamientos en las cárceles y la toma de la cadena TC Televisión cuando se encontraba en plena emisión en directo han sido los protagonistas de una semana en la que ... la violencia no ha hecho más que incrementar en el país desde que el pasado domingo José Adolfo Macías Salazar, alias 'Fito', no fue encontrado en su celda en la cárcel Regional de Guayaquil.
Ante esta oleada de violencia que asola el país, el presidente de la República, Daniel Noboa, ha firmado un decreto que declara que Ecuador vive un «conflicto armado interno». «Estamos en un estado de guerra y no podemos ceder ante estos terroristas», fueron las palabras de Noboa en su intervención inicial desde el estallido de esta crisis, primera a la que se enfrenta como mandatario desde que asumió el cargo hace tan solo dos meses.
El 15 de octubre de 2023, Daniel Noboa Azín (Guayaquil, 1987) ganó las elecciones al vencer en las urnas con más de 4,5 puntos porcentuales a Luisa González, la candidata del movimiento correísta Revolución Ciudadana (RC5). De esta forma se convirtió en el presidente electo más joven de la historia política de Ecuador con tan solo 35 años, logrando así cumplir el sueño frustrado de su padre, el empresario más rico del país, Álvaro Fernando Noboa Pontón, que se presentó hasta en cinco ocasiones como candidato y ninguna fue elegido.
Daniel Noboa, aire fresco para Ecuador, un país golpeado por la violencia
Thalía FloresEl joven presidente electo, que ha logrado frenar el regreso al poder del correísmo, deberá gestionar las numerosas crisis –económica, de seguridad...– que afectan al país con un apoyo exiguo en el Parlamento
El actual presidente de Ecuador estudió Administración de Empresas en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York y Administración Pública en la Harvard Kennedy School de Cambridge, en Massachusetts, antes de especializarse en comunicación política y gobernanza con un máster de la Universidad George Washington en 2022, según explica en su biografía.
Al cumplir 18 años fundó su primera empresa, DNA Entertainment Group, encargada de organizar eventos, y en 2010 comenzó a trabajar con su padre en el Grupo Noboa, en el que fue director comercial durante ocho años. Se alejó del sector privado para postularse a las elecciones legislativas de febrero de 2021 y convertirse en miembro de la Asamblea Nacional por la Provincia de Santa Elena, donde presidió la Comisión de Desarrollo Económico, Productivo y Microempresa y se alineó con el expresidente Guillermo Lasso, quien aplicó la 'muerte cruzada' para disolver la Asamblea Nacional al estar acusado por malversación. Noboa lo defendió de dichas imputaciones.
En cualquier caso, este hecho precipitó la decisión de Noboa a postularse a las elecciones presidenciales. Siendo ya asambleísta por Santa Elena, el político ecuatoriano formó su propio partido, Acción Democrática Nacional (ADN), con la idea de inscribirse en los comicios generales de 2025. Sin embargo, la aplicación de la 'muerte cruzada' le hizo saltar antes al ruedo y convertirse en uno de los candidatos favoritos a la presidencia de Ecuador.
Estado de excepción frente a una política liberal
Desde que asumió el cargo de presidente de la República en noviembre de 2023, Noboa ha tenido que administrar un país sumido en la violencia por el dominio de los grandes cárteles de la droga. Y es que en tan solo cinco años, el analista internacional Pedro Rodríguez asegura que Ecuador ha pasado de tener la cuarta tasa de homicidios más baja de América Latina –5,8 por cada 100.000 habitantes– a contar el año pasado con 46,5 asesinatos por cada 100.000 habitantes, superando a México y Brasil, países que albergan algunas de las ciudades más peligrosas del mundo.
Este miércoles por la noche, la Asamblea Nacional ha aprobado de forma unánime con 135 votos el Decreto 111 que declara como «conflicto armado interno» la actual crisis de seguridad en el país y califica como terroristas a 22 grupos delictivos. Esto conlleva que el Ejército puede intervenir para neutralizarlos. El comandante de las Fuerzas Armadas de Ecuador, el almirante Jaime Vela, ha afirmado que en las últimas 24 horas los agentes han detenido a 329 presuntos terroristas vinculados con organizaciones criminales.
Según menciona el Decreto 111, «el artículo 164 de la Constitución faculta al presidente de la República a decretar el estado de excepción ante casos de agresión o conflicto armado interno», pudiendo ejercer los siguientes poderes:
Artículo 165
Competencias excepcionales
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1
Decretar la recaudación anticipada de tributos.
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2
Utilizar los fondos públicos destinados a otros fines, excepto los correspondientes a salud y educación.
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3
Trasladar la sede del gobierno a cualquier lugar del territorio nacional.
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4
Disponer censura previa en la información de los medios de comunicación social con estricta relación a los motivos del estado de excepción y a la seguridad del Estado.
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5
Establecer como zona de seguridad todo o parte del territorio nacional.
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6
Disponer el empleo de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional y llamar a servicio activo a toda la reserva o a una parte de ella, así como al personal de otras instituciones.
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7
Disponer el cierre o la habilitación de puertos, aeropuertos y pasos fronterizos.
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8
Disponer la movilización y las requisiciones que sean necesarias, y decretar la desmovilización nacional, cuando se restablezca la normalidad.
Estas medidas, que buscan remediar la oleada de violencia y la inseguridad ciudadana a la que se está enfrentando Ecuador, chocan con el liberalismo social y económico que tomó como propios Noboa, quien se presentó como candidato a la presidencia con un proyecto que definió de «centro-centroizquierda», «progresismo responsable» o una «socialdemocracia moderada», pero que se está viendo truncado por la necesidad de luchar contra el crimen organizado.
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