Crisis de municiones en Ucrania: el peor escenario posible «se está convirtiendo en realidad»

El exgeneral estadounidense Ben Hodges ha advertido con vehemencia en una entrevista con la Red Editorial Alemania (RND) que «el peor escenario de pesadilla de Ucrania se está convirtiendo en realidad. Ucrania casi se está quedando sin municiones y Europa y Estados Unidos no están dispuestos a llevar su producción de municiones a un nuevo nivel». Hodges critica duramente a los socios occidentales por sus dudas a la hora de suministrar municiones. «¿Alemania puede producir cientos de miles de automóviles al año, pero no puede producir suficiente munición? «Eso es ridículo»», ha zanjado el ex comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses en Europa.

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Pero el canciller alemán, Olaf Scholz, se limita por el momento a pasar la patata caliente al resto de socios de la UE, especialmente a los que menos han contribuido hasta ahora a la defensa de Ucrania, como es el caso de España. Consciente de la situación en el frente, Scholz ha pedido a los gobiernos europeos que proporcionen a Ucrania un mayor apoyo militar. «Los envíos de armas a Ucrania previstos hasta ahora por la mayoría de los estados miembros de la UE son, en cualquier caso, demasiado pequeños», afirmó el lunes en Berlín, tras una reunión con el primer ministro luxemburgués, Luc Frieden, «por lo tanto, pido a nuestros aliados en la Unión Europea que también incrementen sus esfuerzos en nombre de Ucrania».

Los datos del Instituto Kiel para la Economía Mundial (IfW) muestran claramente que Alemania ha proporcionado hasta ahora, con diferencia, la mayor ayuda militar a ucrania desde dentro de la UE: desde el comienzo de la invasión rusa, Alemania ha proporcionado unos 17.100 millones de euros en ayuda militar hasta octubre de 2023, mientras que el conjunto de la UE, incluida Alemania, ha suministrado bienes y servicios militares por valor de 35.800 millones de euros. La ayuda humanitaria alemana ascendió a 2.400 millones de euros.

En total, los partidarios de Ucrania han entregado a Kiev equipos bélicos por valor de 92.000 millones de euros durante este periodo, mientras que el valor de los suministros humanitarios fue de 15.800 millones de euros. Esta lista del IfW incluye a 42 países, los estados miembros de la UE, los otros miembros del G7, Australia, Corea del Sur, Turquía, Noruega, Nueva Zelanda, Suiza, China, Taiwán, India e Islandia.

Estados Unidos representa la mayor parte, con 44.000 millones de euros en ayuda militar. En Europa, además de Alemania, Dinamarca y, en menor medida, los demás países escandinavos, así como algunos bálticos, los europeos del Este y los Países Bajos son los más firmes partidarios. Pero poco llega de Francia, Italia y España: Francia ha aportado solo 540 millones de euros, Italia 690 millones de euros y España sólo 340 millones de euros. Teniendo en cuenta estos datos, Scholz llama a los socios europeos más renuentes a aumentar su compromiso.

Desde que, el pasado mes de diciembre, el Tribunal Constitucional alemán tumbó los presupuestos generales de 2023 y 2024, Scholz se ha visto obligado a aplicar numerosos recortes y hacer malabarismos presupuestarios para seguri gobiernando. Las ayudas a Ucrania ya comprometidas serán respetadas, pero cada día le es más complicado hacer nuevos anuncios. El último fue en noviembre, cuando el ministro federal de Defensa, Boris Pistorius, habló de la futura entrega de grandes cantidades de munición de artillería de calibre 155 milímetros de la OTAN: un total de 140.000 proyectiles para 2024. A finales de 2023 ya estaban disponibles «20.000 proyectiles adicionales». Pero los ucranianos necesitan entre 2.000 y 5.000 granadas al día para mantener a raya al ejército ruso a lo largo de todo el frente entre Kharkiv, Zaporizhzhia y Kherson, mientras que Pistorius sólo pudo prometer entregas mayores de la industria armamentista alemana, encargadas por el gobierno federal para 2025.

La empresa Rheinmetall, que produce granadas de 155 mm, anunció en un comunicado de prensa a principios de diciembre un gran encargo de artillería por parte de un socio de la OTAN, sin dar detalles. Christian Mölling, del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP), ya había aconsejado encarecidamente a Occidente a finales de noviembre que equipara a los ucranianos para una nueva ofensiva en 2024. «Hay que decir con relativa claridad que si no ayudamos a Ucrania y seguimos poniendo en peligro nuestra propia seguridad, probablemente tendremos que afrontar las consecuencias dentro de cinco o seis años, porque Rusia recogerá los frutos de su economía de guerra y, por tanto, podrá seguir amenazando a Europa».