Corea del Sur renuncia a ampliar la jornada laboral de 52 a 69 horas tras las protestas de los trabajadores

A principios de marzo, el Gobierno dio a conocer los planes que, según explicó, permitirían a los trabajadores administrar alternativamente los límites en sus horas de trabajo, dándoles la opción de trabajar hasta 69 horas a la semana a cambio de tiempo libre en otras semanas.

La medida fue muy bien recibida por los círculos empresariales del país, incluida la Federación de Empresas de Corea, al considerar que el plan beneficiaría la competitividad de la industria y ayudaría a crear empleos. Sin embargo, las generaciones de trabajadores más jóvenes mostraron su oposición frontal a la propuesta tanto por las dificultades añadidas a la conciliación como para los problemas de salud que podía generar la carga extra de horas de trabajo.

Corea del sur es, precisamente, uno de los países de la OCDE con una jornada laboral más larga. Con 1.915 horas por trabajador al año, según datos de 2021, solo está por detrás de México (2.128 horas); Costa Rica (2.073); Colombia (1.964) y Chile (1.965).

Es decir, acumula casi 600 horas más que Alemania, el país que se encuentra en el lado opuesto del ránking con 1.349 horas al año. España se encuentra en la media de la tabla con 1.641 horas al año por trabajador.

Los trabajadores surcoreanos ya saben lo que son las interminables jornadas laborales de más de 60 horas. Hace solo unos años lo habitual en el país asiático eran 64, 199 horas más que el promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Las horas de trabajo por año disminuyeron en 127 entre 2017 y 2021, después de que el Gobierno anterior estableciera una jornada laboral de 52 horas: 40 horas regulares y 12 extra.

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Ante este paso atrás, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, pidió el martes al Gobierno revisar la reforma laboral presentada y someterla a un mayor debate ante el fuerte rechazo que podía suponer entre las generaciones más jóvenes, como así ha sido.

La medida establecía que, si bien se mantienía el límite de 52 horas semanales, cabía la posibilidad de conceder una compensación mensual, trimestral, semestral o anual para poder responder a posibles picos de trabajo, lo que a efectos prácticos permitiría ampliar la jornada hasta un máximo de 69 horas.

Para evitar una carga excesiva de trabajo, limitaba a 140 las horas trimestrales, a 250 las semestrales o 440 horas anuales, según el nuevo paquete legislativo, que preveía, no obstante, un mínimo de once horas de descanso entre jornadas laborales, un matiz también polémico puesto que no se tenían en cuenta los desplazamientos.

El ministro de Trabajo, Lee Jung-sik, se reunió el miércoles con representantes sindicales de los trabajadores más jóvenes para recabar opiniones y las protestas de estos han obligado al Gobierno a dar marcha atrás en su propuesta y mantener la jornada por debajo de las 60 horas.