Los conservadores austriacos ofrecen a la extrema derecha la Presidencia del Parlamento

Al acto asistía el canciller Karl Nehammer, que ha comenzado haciendo pública una primera oferta de coalición a la extrema derecha del Partido de la Libertad (FPÖ). Tal y como avanzó al final de la campaña electoral, se niega a compartir gabinete de ministros con el líder del FPÖ por su radicalidad, pero le ofrece la Presidencia del Parlamento a cambio de que se excluya de cargos ejecutivos en un gobierno de ambos partidos.

Después de su victoria electoral, el FPÖ debería primero celebrar conversaciones exploratorias y nombrar al presidente del Parlamento, «la tradición lo dicta», ha recordado Nehammer tras una reunión de la junta directiva del Partido Popular de Austria (ÖVP). El partido de Nehammer es la clave para una mayoría democrática en el Consejo Nacional y no está dispuesto a ser el «hacedor de reyes» que entregue a Kickl la Cancillería de Viena, pero está dispuesto a explorar opciones. Y es el único partido que ha mostrado esa disposición, porque tanto los líderes de los partidos SPÖ y NEOS como de Los Verdes han declarado que están abiertos a conversaciones y negociaciones de coalición con todos los partidos excepto con el FPÖ.

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Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín

Nehammer cuenta en esta posición con el apoyo e incluso con la presión de los líderes conservadores regionales. Antes de la reunión del comité ejecutivo federal, la gobernadora de Baja Austria, Johanna Mikl-Leitner, ha subrayado que el ÖVP es un partido «que siempre quiere gobernar». En Viena se dice que cualquier proyecto político en el ÖVP es inútil ante la resistencia de Mikl-Leitner, que gobierna la Baja Austria junto con el FPÖ regional, al igual que los gobernadores regionales del ÖVP en Salzburgo y Alta Austria.

El alcalde de Viena, Michael Ludwig, con un poder de veto similar en el lado socialdemócrata, ha declarado por su parte que una gran coalición con el ÖVP es posible, «pero no deseable a cualquier precio». En los últimos años, los conservadores de Austria se han desplazado hacia la derecha en términos de contenido mientras que el líder del SPÖ, Andreas Babler, ha intentado afinar el perfil izquierdista de los socialdemócratas. La exigencia del SPÖ de un impuesto a la herencia, pero el rechazo del ÖVP a las políticas redistributivas podría convertirse en un obstáculo para ese gobierno, lo que arrojaría al ÖVP en brazos de los ultras. Hacia dónde se incline finalmente la balanza depende en buena medida del equipo de negociadores designado por Kickl, con evidentes vínculos con la escena identitaria.

El líder del FPÖ pretende ocuparse personalmente de las negociaciones y se ha rodeado además del director del grupo parlamentario, Norbert Nemeth, las diputadas Susanne Fürst y Dagmar Belakowitsch y el ex director ferroviario Arnold Schiefer. El equipo puede ser visto como representante de los cuatro pilares del FPÖ y su relación con la extrema derecha y la escena de la ideología conspirativa. Según sus propias declaraciones, Nemeth y Schiefer pertenecen a fraternidades nacionales germánicas. Nemeth fue filmada en el funeral de un hermano, donde se entonó el «canto de lealtad» de la organización criminal nazi SS. Dagmar Belakowitsch, por otra parte, es la portavoz de política sanitaria del FPÖ.

Durante la pandemia, llamó repetidamente la atención con noticias calificadas de falsas por el gobierno sobre supuestos daños causados por las vacunas. Finlamente, Fürst es considerado el confidente de Kickl. Antes de las elecciones, el altoaustriaco concedió una entrevista a un proyecto mediático de extrema derecha con sede en Linz en el que habló abiertamente de «remiigración». El FPÖ lo propuso como comisario de inmigración tras las elecciones europeas y en la fiesta de la noche electoral se hizo evidente la conexión entre los «identitarios» y el FPÖ, en medio del campus de la Universidad de Viena.

El presidente Van der Bellen ha pedido «calma y serenidad» mientras mantiene las protocolarias conversaciones con los candidatos de todos los partidos, antes de emitir un mandato de negociar una coalición, y ha defendido que «si eso lleva tiempo, será un tiempo bien invertido». En su discurso, ha hecho balance de los últimos cinco años, como tratando de encontrar explicación a esta situación. «En retrospectiva, uno incluso se pregunta cómo todo lo que sucedió en ellos pudo haber encajado en un período legislativo», ha reflexionado, subrayando la pandemia como «uno de los mayores desafíos de nuestra generación», además, «el terrorismo también ha mostrado su rostro en nuestro país y la guerra ha llegado hasta nuestra puerta».

La población austriaca se enfrenta a la inflación, la crisis energética y las inundaciones que «han recordado a la crisis climática». Van der Bellen ha advertido, de cara a las negociaciones en ciernes, que «las palabras crean la realidad y tenemos que elegirlas con cuidado» porque «ahora se trata de encontrar compromisos y respuestas conjuntas a cuestiones apremiantes».