El conservador Stubb, defensor de la mano dura con Rusia, nuevo presidente de Finlandia

Stubb llevaba casi siete años fuera de la escena política cuando decidió presentarse a estas presidenciales. «Cuando la patria llama, hay que acudir», respondió a la llamada del primer ministro y líder conservador, Petteri Orpo, curiosamente el responsable de que dejase la política al arrebatarle en un congreso la dirección del partido y el Ministerio de Finanzas en 2016. Stubb había ocupado anteriormente la jefatura del Gobierno y tres ministerios, pero renunció a su acta de diputado en 2017 para asumir la vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y, posteriormente, dar clases en el Instituto Universitario Europeo (IUE) de Florencia.

«Me siento tranquilo, moderado, humilde, pero al mismo tiempo extremadamente feliz y agradecido de que los finlandeses hayan votado en un número tan grande y de que yo pueda hacer el trabajo de presidente de la República», dijo este domingo por la noche.

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Rosalía Sánchez

Experto en política internacional y asuntos europeos, firme partidario del ingreso de Finlandia en la OTAN, ha confesado que la invasión rusa de Ucrania influyó de forma decisiva en su decisión de regresar a la política, que coincide con un momento álgido del partido conservador, con las jefaturas del Estado y de Gobierno a su cargo. Desde 2014, fue uno de los pocos políticos en Finlandia, si no el único, que se atrevió a desafiar y cuestionar la línea política del presidente Sauli Niinistö y mantuvo posiciones de desconfianza hacia las intenciones de la vecina Rusia.

Se opuso públicamente al paso del gasoducto Nordstream por aguas finlandesas y a la participación del consorcio ruso Rosatom en la construcción de una nueva central nuclear, un proyecto suspendido tras la invasión de Ucrania. Las urnas reconocer ahora su firme convicción de la necesidad de parar los pies a Putin. «La victoria de Stubb se basa no solo en su carisma, sino también en el hecho de que es el candidato más creíble para liderar una Finlandia que se ha unido a la OTAN», analiza para 'Il Talehti' Lauri Niinistö.

Otro gran activo electoral, además de su posición sobre Rusia, ha sido sin duda su familia. Su esposa, Suzanne Innes, trabaja como vicepresidenta de Responsabilidad Corporativa en Kone, el mayor fabricante de elevadores, con más de 60.000 empleados. «No sé si dejaré mi trabajo, la verdad es que todavía no hemos hablado de eso», dijo este domingo. Su hijo Oliver, de 19 años, está actualmente haciendo el servicio militar y pidió un permiso para asistir al mitin de cierre de campañ.