El conflicto en Oriente Próximo encona la batalla entre demócratas y republicanos en EE.UU.
En los últimos tiempos se había roto en Washington el tabú de poner en duda la ayuda militar a Israel
Netanyahu asegura que la operación israelí contra Hamás «cambiará Oriente Próximo»
Biden y Netanyahu durante un reciente encuentro en Nueva York
Antes de la agresión de la guerrilla islámica de Hamás contra Israel el sábado, el conflicto entre palestinos e israelíes se había desplomado de una forma dramática en la lista de prioridades de la Casa Blanca. Es más, en los márgenes de los ... dos partidos, demócrata y republicano, comenzaba a hablarse abiertamente de la posibilidad de reducir o cortar las cuantiosas ayudas militares de Washington a los socios israelíes.
Por primera vez en décadas, un presidente está a punto de acabar su primer mandato sin haber presentado un ambicioso plan para solucionar el conflicto. Joe Biden ha confiado, hasta ahora, en continuar discretamente el rumbo abierto por Donald Trump: facilitar acuerdos de reconocimiento de Israel y las naciones árabes, sin incluir o consultar a los palestinos.
Tan poco se ha hablado en Washington de los palestinos y sus demandas desde los años de Trump, que el miércoles 4 de octubre, tres días antes del ataque de Hamás, 20 de los 50 senadores demócratas en el Capitolio le mandaron una carta a Biden recordándole que la política oficial del partido es que el conflicto debe solucionarse con la creación de un estado palestino, y que esto debería tenerse en cuenta si al final Washington media una relación diplomática definitiva entre Israel y Arabia Saudí.
En su carta, los senadores dijeron que cualquier mediación de Biden entre Israel y Arabia Saudí debería además «lograr el objetivo declarado de preservar la opción de una solución de dos estados [palestino y judío] al conflicto israelí-palestino».
Cuando el ataque se produjo, con una decena de estadounidenses entre los cientos de muertos, EE.UU. ni siquiera tenía embajador en Israel. El 21 de julio dejó el puesto Tom Nides, y Biden había elegido a Jack Lew, quien fue secretario del Tesoro con Obama. Sin embargo, un grupo de republicanos populistas, comandados por el senador Ted Cruz, tenía atascada su confirmación en el Capitolio por lo que entienden que es un acercamiento de Biden a Irán, aliado y patrocinador de Hamás.
Presencia diplomática
Ahora, el presidente de la comisión de Exteriores del Senado, Ben Cardin, ha pedido a sus compañeros en el hemiciclo que se dejen de batallas políticas con este puesto y confirmen cuando antes al embajador, pues es necesario tener un presencia diplomática reforzada cuando aún se cuentan los cadáveres de los civiles muertos por Hamás y va a comenzar una invasión terrestre de la franja de Gaza, con armamento estadounidense de apoyo.
Biden ha transmitido el mensaje de que la reforma judicial israelí podría alterar su democracia, y eso pondría en jaque la ayuda de EE.UU
Tradicionalmente había sido la parte más extrema del Partido Demócrata la que había mantenido una postura crítica con la ayuda de EE.UU. a Israel. No pocos diputados demócratas, como Rashida Tlaib, de Michigan, han acusado a su propio país de ser responsable de muertes de civiles de palestinos por las ayudas que brinda a Israel para su defensa. (Un memorando de entendimiento militar bilateral de 10 años, desde 2019 a 2028, compromete a EE.UU. a proporcionar a Israel 3.300 millones en ayuda militar y a gastar 500 millones anualmente en programas conjuntos de defensa de misiles).
El problema, a ojos de la misión diplomática israelí en Washington, es que ahora la nueva hornada populista y extremista de republicanos se suma a esas peticiones de dejar de enviar dinero y armas a Israel.
Por razones diferentes, pero con resultado idéntico. A diferencia de los demócratas, los republicanos apoyan de forma casi unánime a Israel y no le critican el bloqueo de Gaza o la ocupación en Cisjordania. Las fisuras se producen por razones de deuda y de control del gasto público.
Vivek Ramaswamy, un candidato en las primarias republicanas a la Presidencia con cierto seguimiento, proclamó en una entrevista que desea ampliar los acuerdos mediante los cuales Israel normalizó relaciones con algunos de sus vecinos árabes, con la finalidad de que la ayuda militar para Israel «ya no sea necesaria» en 2028, fecha en la que está previsto que expire la asistencia actual.
En el Senado, el republicano Rand Paul ha llegado hasta a bloquear paquetes de ayuda militar a Israel, citando, como Ramaswamy, razones de corte estrictamente fiscal.
Para Biden, que siempre se ha definido como socio de Israel, ha habido un momento de duda: la reciente campaña de Benjamin Netanyahu de alterar la composición del poder judicial israelí. En verano, en conversaciones tanto con Netanyahu como con el presidente israelí, Isaac Herzog, Biden transmitió el mensaje de que la reforma judicial podría alterar las estructuras democráticas del país, y eso pondría en jaque la ayuda de EE.UU. Se trata de una advertencia que un presidente en ejercicio no había hecho a los socios israelíes desde los años de Ronald Reagan.