Cerdeña castiga a Giorgia Meloni en las elecciones regionales

Giorgia Meloni ganó en las pequeñas ciudades y en la Cerdeña profunda, pero le dieron la espalda las grandes ciudades. Fue una victoria de la izquierda por los pelos, con una diferencia de menos de 3.000 votos. Era una votación regional, en una isla de un millón seiscientos mil habitantes, donde solo votó el 52,4 de los electores, pero el resultado es muy significativo políticamente porque es el primer golpe que recibe Giorgia Meloni. La primera ministra y su partido Hermanos de Italia se mantienen muy destacados en cabeza en la intención de voto nacional en todos los sondeos (Meloni ganó las generales con el 26% de los votos y hoy las encuestas le dan el 28% a nivel nacional). Por eso confiaba también en ganar de calle en Cerdeña.

La líder de Hermanos de Italia impuso su propio candidato, su amigo Paolo Truzzu, alcalde Cagliari, en lugar del presidente regional saliente que había realizado una mala gestión, Christian Solinas, de la Liga, apoyado por Matteo Salvini. La primera ministra había dado notable importancia a estas elecciones, como refleja la extraordinaria campaña publicitaria que realizó en casi toda la isla. Su cara de perfil está en grandes carteles, vallas publicitarias y autobuses, junto al eslogan en grandes letras 'Forte e fiera' (fuerte y orgullosa), con la evidente intención de evocar el carácter de la isla y el de la primera ministra.

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Ángel Gómez Fuentes | CORRESPONSAL EN ROMA

La derrota era inesperada para Meloni, que eligió un mal candidato: Paolo Truzzu, de 51 años, quien entre sus distintivos luce un llamativo tatuaje escrito en su brazo: TRUX, una combinación de su apellido y de Dux. Su derrota es muy llamativa porque en su propia ciudad el alcalde Truzzu perdió por más de 20 puntos frente a su rival Alessandra Todde, de 55 años, que se convierte en la primera mujer en presidir Cerdeña. Todde, manager y empresaria, fue subsecretaria de Desarrollo Económico en un Gobierno de Giuseppe Conte y luego con el Ejecutivo de Mario Draghi.

La izquierda exulta con su victoria en Cerdeña y sus dirigentes afirman que «el viento ha cambiado». Giuseppe Conte, líder del M5S, habló de una jornada «inolvidable»: «Cerdeña ha elegido a nuestra Alessandra Todde. Los ciudadanos sardos -afirmó Conte- cerraron la puerta a Meloni y sus aliados y la abrieron a la alternativa«. Para la secretaria del Partido Democrático, Elly Schlein »es una victoria para una coalición que ha elaborado un proyecto convincente y creíble». El triunfalismo de Conte le lleva a pretender apuntarse el éxito de la victoria de la izquierda, aunque su partido, el M5E, obtuvo poco más de la mitad de los votos del Partido Democrático, que alcanzó el 13,8% de los votos. El PD se convierte en el primer partido de la isla, por encima de Hermanos de Italia (13,6%).

En la coalición de las derechas el malestar es evidente, con tensiones y acusaciones mutuas. Hermanos de Italia considera que la derrota es consecuencia de la mala gestión realizada por el presidente saliente de la Liga. El fracaso del partido que lidera Matteo Salvini es notorio: ha perdido una región que ha gobernado durante cinco años y ha obtenido solo el 3,8% de los votos. El diputado de Forza Italia, Giorgio Mulé, vicepresidente de la Cámara, considera que Giorgia Meloni se equivocó imponiendo un candidato inapropiado: «el voto sardo es una lección para la primera ministra: No se puede ganar con imposiciones«. Maurizio Gasparri, jefe del grupo de Forza Italia en el Senado, cree que el resultado de Cerdeña envía este mensaje político: «Nunca se debe subestimar a tus adversarios. Por débiles que sean los liderazgos de Conte (M5E) y Schlein (PD), el bloque de izquierda existe en este país y siempre ha tenido representación. Considerarlos evaporados es no conocer la historia».

El líder de Forza Italia y ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, se apresuró a decir que «nada cambia en el Gobierno». La estabilidad del Ejecutivo es clara, gracias a su amplia mayoría parlamentaria. Pero tras el grave error de Giorgia Meloni en la elección del candidato de su partido, seguramente hoy se abre un nuevo capítulo en la historia de su gobierno y de la mayoría que lo apoya. Igualmente, también para la oposición de centro izquierda, habitualmente dividida en este país, el voto sardo le sirve de lección: solo uniéndose puede hacer frente al centro derecha.