Biden se lo juega todo en el debate que decidirá las elecciones

Consciente de que se juega el cargo, el presidente está encerrado en la residencia oficial de Camp David desde el jueves 20, preparando su estrategia para convencer al país de que sus 81 años no son ningún impedimento para el ejercicio del cargo hasta los 86.

Trump, por su parte, se lo juega todo a su irreverencia y su personalidad, diciendo que no se entrena porque no lo necesita y que sólo un cóctel formidable de estupefacientes o esteroides puede hacer que Biden le acabe ganando.

Reglas del primer

debate presidencial de

Biden y Trump

27 de junio

Emitido por la CNN, estudios de Atlanta

21.00 hora local (3.00 hora española)

Moderadores

Dana

Bash

53 años

Jake

Tapper

55 años

Duración

90 minutos

Incluirá dos pausas publicitarias, según la cadena, y el personal de campaña no podrá interactuar con su candidato durante ese tiempo.

Escenario y reglas

Ambos candidatos se presentarán en podios, y la posición de los mismos se determinará lanzando una moneda al aire.

Candidato

Partido Republicano

Donald Trump

(78 años)

45º presidente

de EE.UU.

Candidato

Partido Demócrata

Joe Biden

(81 años)

46º presidente de

EE.UU.

Los micrófonos estarán silenciados

durante todo el debate, salvo para el

candidato al que le toque hablar.

No se permite en el escenario ningún tipo de

utilería ni notas escritas de antemano.

Se dará a los candidatos un bolígrafo,

un cuaderno y una botella de agua.

ABC

Reglas del primer debate presidencial

de Biden y Trump

Fecha: 27 de junio

Emisión: CNN, estudios de Atlanta

Hora: 21.00 hora local (3.00 hora española)

Moderadores

Jake Tapper

(55 años)

Dana Bash

(53 años)

Duración

90 minutos

Incluirá dos pausas publicitarias, según la cadena, y el personal de campaña no

podrá interactuar con su candidato durante ese tiempo.

Escenario y reglas

Ambos candidatos se presentarán en podios, y la posición de los

mismos se determinará lanzando una moneda al aire.

Candidato

Partido Republicano

Donald Trump

(78 años)

45º presidente

de EE.UU.

Candidato

Partido Demócrata

Joe Biden

(81 años)

46º presidente de

EE.UU.

Los micrófonos estarán silenciados durante todo el

debate, salvo para el candidato al que le toque hablar.

No se permite en el escenario ningún tipo de utilería ni notas escritas de antemano.

Se dará a los candidatos

un bolígrafo, un cuaderno

y una botella de agua.

ABC

Los debates televisados, que comenzaron en 1960, suelen tener lugar en septiembre u octubre, días antes de las elecciones, que son siempre el primer martes después del primer lunes de noviembre. En este caso, el día de ir a votar es el 5 de noviembre, pero el primer debate de dos se ha adelantado tan temprano, al inicio del verano, porque las primarias están decididas. Biden no tuvo un contrincante serio y Trump se libró de los suyos muy pronto, a principios de marzo, que es cuando se retiró su último rival, la ex embajadora ante la ONU y ex gobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley.

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Desde la campaña de Trump, a preguntas por los preparativos, se dice que no hay ninguno, que el candidato no necesita entrenarse porque ya está muy rodado. El fin de semana participó en un simposio en Washington y tuvo un mitin en Filadelfia. Sí dicen sus asesores que no sólo va atacar, que tiene preparadas propuestas de gobierno con dos ejes: reducir la inflación y contener la entrada de sin papeles por la frontera con México. Eso forma parte de una estrategia para hacerle, de nuevo, presidenciable y minimizar sus estridencias.

Aun así, Trump suele ir por libre y no se deja encorsetar por las normas de la corrección política. En el mitin de Filadelfia, el sábado, dijo que Biden no prevé tener agenda durante toda una semana porque debe dormir. «Está durmiendo, porque debe coger fuerzas. Pero bueno, un poco antes del debate le van a dar una inyección en el trasero y entonces se reanima», dijo.

No son esos comentarios una novedad. En las elecciones de 2020, antes de los debates, Trump ya elucubraba sobre los estupefacientes que le inyectaban a Biden antes de sus mítines y debates, y lo hizo repetidamente en las conferencias de prensa sobre la pandemia, en ejercicio del cargo de presidente y desde el atril de la Casa Blanca.

Biden pasa los días previos al debate reuniéndose con sus más cercanos asesores, incluido su exjefe de gabinete Ron Klain. Este previamente ayudó a Al Gore, Barack Obama y Hillary Clinton a prepararse para sus respectivos debates, y en casi todos los demócratas ganaron según los sondeos de opinión. Eso no quiere decir nada porque al final los debates son sólo un aspecto de la campaña, y cada vez tienen una influencia más limitada.

Biden está haciendo simulaciones de debates de 90 minutos, con una técnica clásica, que es que alguien interprete a su oponente y le ataque duramente. No es un papel fácil, porque el falso oponente debe sacarle los temas más delicados; en este caso, por ejemplo, la reciente condena de su hijo, Hunter Biden, por mentir para comprar una licencia de armas, algo que hizo mientras consumía 'crack.

En este caso el falso Trump es el abogado del presidente, Bob Bauer. El equipo de campaña demócrata tiene el desafío de que una gran mayoría de ciudadanos cree que el presidente es demasiado mayor para servir un mandato más: un 67% opina de ese modo según una encuesta de febrero de la universidad de Quinnipiac, muy prestigiosa en demoscopia.

En meses recientes, varios vídeos viralizados en redes sociales muestran momentos de confusión y errores en discursos que se han convertido en fuente de preocupación en la Casa Blanca por la imagen que da el presidente.

Trump también se ha reunido con los principales asesores de campaña para discutir cómo abordar temas delicados para él como el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, que Biden ha convertido en parte central de sus ataques, y su condena por mentir sobre el pago de dinero de campaña para callar una aventura con una actriz porno. La sentencia de este último caso se revelará el 11 de julio, y la cárcel es una de las opciones, aunque improbable por la falta de antecedentes.

Los planes de un debate tan temprano se materializaron rápidamente el mes pasado después de que la campaña de Biden dijera en una carta que estaba dispuesto a debatir con su oponente republicano en dos ocasiones antes de las elecciones de noviembre. En cuestión de horas, los dos debates se habían fijado para junio y septiembre.

Los escenarios de debate son una desviación de los enfrentamientos anteriores, tradicionalmente organizados por la Comisión de Debates Presidenciales no partidista, que ha supervisado los «cara a cara» desde 1988. Pero la campaña de Biden dijo que el presidente no participaría en debates patrocinados por esa Comisión porque denuncia que no cumplió sus propias reglas hace cuatro años. Entonces, como es habitual en él, Trump se saltó las reglas del debate, cortó a su oponente, trató de hablar por encima de él, se salió del plano, se burló de los presentadores. Según los sondeos, eso perjudicó al propio Trump, que perdió las elecciones, pero aun así Biden prefiere un cambio de reglas.

El debate del jueves es de 90 minutos, y será moderado por los presentadores Jake Tapper y Dana Bash. Los micrófonos se cerrarán cuando el candidato no tenga el turno. Se llevará a cabo sin audiencia «para asegurar que los candidatos puedan maximizar el tiempo asignado en el debate», dijo CNN, que es quien lo organiza. También contará con dos pausas comerciales, durante las cuales el personal de campaña no podrá interactuar con los candidatos. Tampoco se esperan declaraciones de apertura, y los candidatos tendrán dos minutos para responder a las preguntas, según las fuentes. El equipo de Biden ganó un sorteo, informó CNN, lo que le permitió elegir su posición en el escenario, seleccionando el atril de la derecha. Esa decisión deja a Trump para cerrar la noche con un alegato final.

A tenor de las conferencias de prensa de los últimos días, los asesores de Biden esperan presentar a un presidente vigoroso, mentalmente alerta, capaz de enfrentarse directamente a Trump y explicar al votante sus propios logros en el cargo. Los asesores de Trump han estado entrenando a su candidato para que prometa mejorar la economía como ya hizo en su mandato de cuatro años, haciendo estallar el 'status quo' de Washington como hizo en 2016.

Aunque las encuestas han dado ventaja a Trump, estas se han ido ajustando hasta un empate antes del debate. Aun así, el voto popular poco decide en estos comicios. El sistema electoral de EE.UU. es indirecto, y unos miles de votos suelen decidir el ganador.