Hunter Biden, declarado culpable por mentir sobre consumo de droga en la compra de un arma

Así lo decidió un jurado popular de doce ciudadanos de Wilmington (Delaware), que consideró al hijo díscolo del presidente de EE.UU. culpable de los tres cargos a los que se enfrentaba: dos de ellos tienen que ver con mentir sobre su consumo de drogas en la documentación oficial que tuvo que rellenar cuando compró una pistola y el tercero es por posesión ilegal de un arma.

Era un veredicto esperado, ante las evidencias abrumadoras presentadas por la Fiscalía sobre los años en los que Hunter cayó en una espiral de abuso de las drogas y el alcohol, y el jurado, que debía alcanzar una decisión por unanimidad, solo necesitó tres horas de deliberación.

Es la primera vez que un hijo de un presidente de EE.UU. en su cargo ha sido declarado culpable de un delito, con un veredicto que agita todavía más la campaña presidencial de EE.UU., pocos días después de que el rival de Biden, Donald Trump, se convirtiera en Nueva York en el primer expresidente de EE.UU. condenado por delitos. En su caso, por 34 cargos por falsificación de documentos financieros para ocultar el pago para comprar el silencio de una actriz porno con la que el multimillonario neoyorquino tuvo un encuentro sexual.

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Está por ver el impacto político de ambas condenas. Las encuestas han mostrado que Biden solo ha recibido un empujón leve por la culpabilidad de Trump. Pero, con las fuerzas muy igualadas entre ambos, podría ser un factor decisivo en las urnas. Ahora, Trump y los republicanos tratarán de aprovechar el veredicto contra Hunter para apuntalar la narrativa de que la familia Biden es corrupta. La principal acusación contra el presidente, su hijo y otros miembros de su familia no tiene nada que ver con este juicio sobre la compra de un arma, sino con tráfico de influencias en los negocios internacionales de Hunter, a la sombra de su padre. La campaña de Trump dejó clara este martes su intención de mezclar ambos asuntos y una portavoz aseguró que el «imperio criminal de la familia Biden acabará el 5 de noviembre», la fecha de la elección.

Ambas causas tienen un fuerte componente político, pero la reacción de Trump y Biden a ellas ha sido muy diferente. Trump, como en todas las batallas judiciales que libra, acusó al juicio de «fraude», «amaño» e «injusticia» nada más recibir su veredicto y repite cada vez que puede que sufre una persecución política.

Biden ha buscado mantener distancia con la causa de Trump, y también con la de su hijo. La investigación contra Hunter fue llevada a cabo por un fiscal especial nombrado en la presidencia de Trump y algunos analistas consideraban que un ciudadano común no hubiera sido llevado a juicio por un asunto de este tipo. Biden ha mantenido durante el proceso que aceptaría la decisión judicial y este martes, con el veredicto encima de la mesa, volvió a hacerlo: «Soy el presidente, pero también soy un padre. Jill y yo amamos a nuestro hijo y estamos orgullosos del hombre que es hoy», dijo sobre la lucha de Hunter contra sus adicciones. «Aceptaré el resultado de esta causa y seguiré respetando el proceso judicial mientras Hunter considera un recurso», añadió el presidente, que cambió su agenda para acudir por la noche a Delaware y acompañar a su vástago.

En una entrevista concedida la semana pasada a ABC News, Biden aseguró que no concederá el indulto presidencial a su hijo. Trump sí lo hizo en sus últimos días en la Casa Blanca con personas de su círculo íntimo como Steve Bannon, que fue su estratega jefe, o Roger Stone, un viejo aliado.

Hunter recibió el veredicto con frialdad. Salió del juzgado de la mano de su mujer, Melissa, y de su madre, la primera dama, Jill. No ofreció declaraciones a la prensa, pero emitió un comunicado en el que aseguró estar «más agradecido por el amor de los que me apoyan» que «decepcionado por el resultado» del juicio.

El juicio fue una procesión dolorosa de testimonios sobre los años oscuros del hijo del presidente de EE.UU., cuya relación tóxica con las drogas empeoró tras la muerte por cáncer de su hermano, Beau, fiscal general de Delaware y llamado a continuar la saga política iniciada por su padre.

De la sordidez del juicio de Trump -los detalles sexuales de su encuentro con la actriz porno Stormy Daniels, las andanzas y mentiras del que fuera su mano derecha, Michael Cohen- en Nueva York se pasó a la sordidez del abuso de drogas de Hunter.

«Las presentación de pruebas fue personal, fea y abrumadora, pero también fue necesaria», dijo en los alegatos finales el fiscal Leo Wise, que convenció al jurado de que el hijo del presidente era un «adicto al 'crack' y al alcohol» cuando compró un arma en 2018 y que mintió sobre ello.

El juez del caso deberá fijar una fecha para la sentencia, que será en un plazo de cuatro meses. Es decir, podría ocurrir a mediados de octubre, en lo más caliente de la campaña electoral. La pena máxima que podría recibir Hunter es de 25 años de prisión. Pero lo más probable es que el hijo del presidente, que no tiene antecedentes penales, recibirá una sanción mucho más leve, incluso sin pena de cárcel.

Ahí no acabarán, sin embargo, las cuitas judiciales de Hunter. Tiene otro juicio pendiente en Los Ángeles, acusado de delitos fiscales, previsto para septiembre.