Un avión de segunda mano averiado obliga a Alemania a cancelar una visita oficial a Australia
La ministra de Exteriores Annalena Baerbock se ha desahogado en las redes sociales: «Desafortunadamente, no es posible continuar mi viaje por el Indo-Pacífico. Esto es más que molesto»
El millonario gasto de la ministra Annalena Baerbock en maquillaje
Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesiónNo es la primera vez que sucede. Ya en 2018, Angela Merkel tuvo que viajar en un vuelo regular de Iberia a la cumbre del G-20 en Argentina a causa de un fallo técnico en su avión oficial, un Airbus 340-300 que ... lleva el nombre del primer canciller, Konrad Adenauer. La Fuerza Aérea alemana alegó la «clásica avería de un componente» que posteriormente fue descrita por el coronel Guido Henrich como «un fallo en el cuadro eléctrico». Su vida no corrió peligro en ningún momento, pero Merkel se perdió la foto de familia de los 20 más poderosos y el incidente subrayó la imagen de fin de ciclo de la canciller alemana. Ahora es la ministra de Exteriores Annalena Baerbock la que ha sido víctima de otro fallo notorio que ha obligado a cancelar una visita a Australia que había sido preparada durante meses por ambos gobiernos. Allí donde Merkel guardaba discreción y silencio mientras embarcaba en la primera aerolínea a mano, la ministra ha preferido cancelar el viaje y desahogarse en las redes sociales. «Desafortunadamente, logísticamente no es posible continuar mi viaje por el Indo-Pacífico a causa del avión defectuoso», lamentó, «esto es más que molesto».
Los problemas de Baerbock habían comenzado en Abu Dhabi, donde el avión realizaba una escala para reabastecimiento de combustible y el piloto notó problemas con la retracción de los flaps que aconsejaban volver a tomar tierra. Comentó con la torre de control que no había visto nada igual en sus 30 años de carrera y tuvo que soltar 80 toneladas de queroseno sobre el golfo Pérsico para facilitar el aterrizaje de emergencia, un detalle que a la ministra, miembro del partido Los Verdes, resultó especialmente doloroso. «Ahora tenemos que deshacernos artificialmente del combustible: significa mucho peso para nosotros y no podemos aterrizar de nuevo con el mismo peso con el que despegamos», fue el anuncio del piloto desde la cabina, que explicó que el peso ejercería, de lo contrario, demasiada presión sobre el tren de aterrizaje y los frenos. La prensa alemana se apresuró a calcular que 80 toneladas de combustible alcanzan para llenar 1.800 veces el depósito de un utilitario tipo como el Volkswagen Golf diésel.
Tras 18 horas en el taller y un segundo intento de despegue el día siguiente, el pertinaz fallo terminó con su paciencia. «Lo hemos intentado todo», escribió esta vez, «lamentablemente, el mismo problema que tuvimos ayer nos sucedió de nuevo. Las ampliaciones de las alas ya no se pueden retraer y, dado que estamos absolutamente en la oscuridad en este momento en cuánto a qué computadora es la culpable de la miseria, no habrá vuelo a Australia». Ya de vuelta en Hamburgo, insistió en que «en el Indo-Pacífico no sólo tenemos buenos amigos y socios cercanos: la región dará forma decisiva al orden mundial del siglo XXI y es por eso que el intercambio de contenido e información era tan importante», subrayando los perjuicios de la avería y dando a entender que habría consecuencias.
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Efectivamente, la Fuerza Aérea alemana ha anunciado la retirada inmediata de los dos aviones A340 que están siendo causa de los problemas y que están dañando la imagen internacional de Alemania. Serán «desmantelados prematuramente, tan pronto como sea posible, es decir: en las próximas semanas», ha garantizado un portavoz. En principio, los dos aviones debían estar en servicio al menos hasta el otoño de 2024, a pesar de que fueron construidos en 1999 y comprados a Lufthansa por el gobierno alemán, de segunda mano, en 2009.
El mismo modelo ha presentado algunos problemas en el uso comercial, pero es especialmente en su servicio gubernamental, con movimientos irregulares y largos tiempos de inactividad, donde los falles se repiten con más frecuencia. Ya han sido comprados tres Airbus A350 para reemplazarlos, por 200 millones de euros cada uno, pero sólo dos están disponibles y ninguno ha sido equipado todavía con el necesario sistema de defensa antimisiles.
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