El precedente Merkel
Scholz podría usar hoy en el debate de los Leopard el mismo argumento que usó la canciller sobre el Bundesbank
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Iniciar sesiónEl episodio de los tanques Leopard, cuya entrega a Ucrania bloquea el gobierno de Olaf Scholz, es el correlato perfecto de otra crisis que se produjo en noviembre de 2011 durante la cumbre del G-20 en Cannes. El 'enfermo' de aquella reunión era la ... Italia de Berlusconi, en el centro de la crisis del euro. España estaba representada por Zapatero, al que le quedaban semanas en el cargo.
Hubo una reunión entre Barack Obama y los líderes europeos que fue muy dura. Los norteamericanos reprochaban a la UE que no fuera capaz de frenar la crisis de deuda soberana. El periodista francés Arnaud Leparmentier publicó un libro en 2013 en el que narraba lo ocurrido. Sarkozy quiso distender la situación con una broma y Obama le respondió cortante: «Habéis hecho progresos, pero son insuficientes. Es necesario eliminar la amenaza que pesa sobre Italia». El presidente de EE.UU. era un profesor tomando examen a unos alumnos mediocres: «Vuestro problema es que no habéis puesto suficiente dinero sobre la mesa para disuadir a los especuladores, contrariamente a lo que hicimos cuando cayó Lehman Brothers». Obama se refería a los 700.000 millones de dólares que el Tesoro ofreció para estabilizar el sistema financiero en 2008. Su mensaje era claro: la UE debía crear un fondo de rescate de un billón de euros.
Sarkozy aprobó la propuesta. «Pero Angela tiene un problema…», añadió. Merkel dijo que conocía la idea pero que el Bundesbank se oponía. «¿Cuándo podrás arreglarlo?», preguntó Obama. Enseguida los presentes comenzaron a pedirle a la canciller que telefoneara allí mismo al presidente del Bundesbank, y le convenciera de financiar el fondo. Fue un acoso inédito que hizo que asomaran lágrimas a los ojos de Merkel. Una vez que volvió la calma, la canciller se dirigió a Obama y le explicó que había sido EE.UU. el que había impuesto a los alemanes vencidos en la Segunda Guerra Mundial una Ley Fundamental en la que para evitar que el país volviera a caer en el totalitarismo se consagraban varios contrapoderes, entre ellos un banco central independiente. Nadie podía venir a exigirle que ignorara sus instituciones o se atribuyera un poder omnímodo sobre ellas.
Zapatero recuerda que de todas las cumbres a las que asistió esa fue una de las de mayor dureza verbal. La Segunda Guerra Mundial, aunque está en el origen de la UE, es un tema tabú entre sus líderes. No se usa como argumento en las reuniones. Además, en ese momento, Merkel estaba pendiente de un fallo del TC sobre el fondo de rescate europeo que Obama despreciaba, pero que era clave para el resto de Europa.
Scholz podría responder hoy con el mismo argumento que Merkel. Quizá recordar esta anécdota sirva para entender que lo que para los demás europeos parece mero trámite, para los alemanes constituye una cuestión compleja que toca los nervios de distintas instituciones que son realmente independientes. Y lo son porque lo que ocurrió cuando dejaron de serlo dejó una lección imborrable. jmuller@abc.es
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