La OTAN muestra su fortaleza con unas maniobras sin precedentes

Insistió en que «este ejercicio es una forma de preservar la paz» y la «prueba de nuestra disposición y nuestro compromiso a defender cada centímetro de la Alianza», en sus declaraciones conjuntas con el anfitrión, el ministro de Defensa alemán Boris Pistorius, que subrayó por su parte que «es necesario trabajar mucho por la libertad y la seguridad y también defenderlas si se precisa». «La amenaza a nuestra seguridad vuelve a ser real», lamentó, en referencia a la nueva situación de seguridad consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, y mostró su satisfacción por el desarrollo de estas maniobras, de una duración de dos semanas y mientras varios aliados se han abierto a entrenar a pilotos ucranianos en el uso de aviones de combate.

El proyecto 'Air Defender' nació hace cinco años, como la idea de Ingo Gerhartz, el teniente general que en su viaje inaugural como inspector de la fuerza aérea alemana a los EE. UU., bajo la impresión de la anexión de Crimea por parte de Rusia, sugirió una maniobra para practicar la defensa de la alianza, descuidada durante mucho tiempo.

Desde este punto de vista, estas maniobras son el fruto de la capacidad de anticipación de los ejércitos de la OTAN, muy por delante de la previsión que puedan haber mostrado los gobiernos. En las maniobras participan más de 250 aviones y 10.000 efectivos de 25 naciones diferentes. Se han llevado a cabo 750 vuelos solo en la primera semana. Cada orden de operación de guerra implicará a entre 40 y 80 aviones que deben coordinarse en su respuesta y ejecución de las órdenes.

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El uso de las áreas del mar del Norte y Báltico alivia los espacios aéreos de ejercicio sobre zonas habitadas. El área de ejercicio norte se extiende sobre territorios de Schleswig-Holstein, Bremen y Baja Sajonia, además de la Bahía de Kiel en el mar Báltico y el mar del Norte. El área este comprende el mar Báltico hasta gran parte de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Brandeburgo, Berlín y Sajonia. Y el área sur se encuentra sobre Suabia en Baviera, Baden-Württemberg y Renania-Palatinado. Alemania funciona como un importante punto logístico de la OTAN. «Tiene la infraestructura necesaria para sostener ejercicios aéreos durante un largo período de tiempo: después de la Guerra Fría, algunas ubicaciones de la Fuerza Aérea de EE. UU., como Ramstein o Spangdahlem, permanecieron en Alemania», explica Torben Schütz, experto del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP), «y la Bundeswehr tiene una fuerza aérea relativamente grande en comparación con otros socios de la OTAN».

Cada día se producen más de 80 despegues de aviones de combate, las necesarias distorsiones en el tráfico aéreo civil han sido aceptadas sin protestas ni críticas por parte de la población alemana y los ejercicios han demostrado la fluidez en la colaboración entre los mandos de diferentes ejércitos, así como las sinergias que son capaces de desarrollar las fuerzas aéreas de los aliados.

Pero los impresionantes ejercicios militares han puesto también de manifiesto la gran dependencia militar de los Estados Unidos en el flanco oriental de la OTAN y algunas brechas en la capacidad, que podrán ahora ser reparadas. «Air Defender no es una maniobra récord por la gran cantidad de aviones, sino por la enorme proporción de transferencias desde los EE. UU., ha destacado Gerhartz. Los estadounidenses han hecho llegar a Alemania alrededor de 100 aviones.

«Desde una perspectiva militar, nuestros socios estadounidenses marcan la diferencia», ha reconocido el ministro Pistorius. La maniobra demuestra en última instancia la preparación operativa y la voluntad del aliado dese Washington. No solo puede hacer que sus aviones crucen el Atlántico rápidamente, sino que también tiene suficientes suministros de municiones para responder a cualquier ataque, en un supuesto de necesidad de defensa como es el programado para estas maniobras.

Se está entrenando la protección de ciudades, aeropuertos y puertos marítimos de los ataques enemigos con drones o misiles de crucero, así como el apoyo de tropas terrestres por parte de las Fuerzas Aéreas Aliadas. Se practican evacuaciones desde el aire. Uno de los escenarios contempla el ataque ficticio del enemigo 'Occasus' al puerto alemán de Rostock, con acciones de sabotaje y el despliegue de fuerzas especiales. 'Occasus' no es otra cosa que un alias de Rusia. Y 'Air Defender' ha demostrado que en cuestión de pocas horas enormes contingentes de fuerzas aliadas estarían dispuestas para reaccionar con rapidez.

Esta reubicación a gran escala es lo mismo que sucedería de forma automática si entrase en vigor el indeseado artículo 5 de Tratado: la llegada a los aeródromos de Schleswig-Jagel y Hohn (Schleswig-Holstein), Wunstorf (Baja Sajonia), Lechfeld (Baviera), Laage (Mecklenburgo- Pomerania Occidental) y Spangdahlem (Renania-Palatinado), además de los de Volkel (Holanda) y Čáslav (República Checa) de cientos de aeronaves entrenadas para la defensa. Fuentes del Ejército alemán comentan que las maniobras están sirviendo para aportar cohesión en una OTAN que a menudo no es un bloque tan homogéneo, en el que todo está estandarizado, como desde fuera se pueda suponer.

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Rosalía Sánchez

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Semejante despliegue ejerce un efecto tranquilizador sobre los aliados de Europa del Este, como señal de su propia alianza. Envía también un mensaje a Putin, sin lugar a dudas: trabajamos juntos y estamos listos. Y como efecto bilateral está produciendo un cambio en el paradigma de las relaciones entre la política alemana y los ejércitos. Si hasta hace muy poco cualquier alto cargo alemán, incluida Ursula von der Leyen cuando ocupaba la cartera de Defensa, huía a toda prisa en cuanto un tanque o un bombardero entraba en el plano de la foto, en las maniobras 'Air Defender' los hemos visto con ganas de mostrarse junto a las fuerzas aéreas. Incluido el canciller Olaf Scholz, que incluso se ha dejado fotografiar a los mandos de un Eurofighter.

Y atendiendo al principio que señala que en la política internacional no existen las casualidades, cabe mencionar que las maniobras 'Air Defender' tienen lugar en coincidencia con el primer viaje a la exterior del primer ministro chino Li Qiang, que se ha cuidado mucho de no dar la espalda a Putin en la guerra de ucrania pero pretende al mismo tiempo apuntalar sus relaciones económicas con Alemania, su principal cliente de productos manufacturados.

Mientras Stoltenberg felicitaba personalmente a los responsables de Air Defender, Scholz enfatizaba la importancia de una normalización «urgentemente necesaria» en las relaciones entre Occidente y China. «Nosotros pensamos que el sistema democrático funciona bien y nos parece una buena cosa, otros tienen otra opinión. Pero en un mundo en el que China está volviendo al PIB anterior a la industrialización, tenemos que hablar y arreglarnos entre todos», dijo. Quiang advirtió por su parte que los países que buscan reducir su dependencia económica de China, en una política de «reducción de riesgos», podrían incurrir en políticas discriminatorios.