La tiradora transgénero de EE.UU. tenía 'desorden emocional' y siete armas en casa

Hale protagonizó la última tragedia con armas de fuego en EE.UU.: acudió a una escuela privada a las afueras de Nashville el lunes por la mañana, con la mayoría de los estudiantes y educadores dentro, y acabó con la vida de seis personas, incluidos tres menores. Hale murió en un enfrentamiento con los agentes que acudieron a la escuela.

Las autoridades publicaron este martes vídeos de la matanza. En uno de ellos, se ve a Hale llegando al centro educativo en su coche. Lleva dos rifles de asalto y una pistola. Dispara una ráfaga contra una de las puertas laterales del edificio para poder penetrar en él. Después se le ve paseando por los pasillos, con tranquilidad, en busca de víctimas. La mayoría de sus víctimas las encontró en el segundo piso, donde fue confrontada minutos después por la policía. Su muerte quedó registrado en grabaciones de las cámaras corporales de los agentes.

La policía identificó también a las víctimas de Hale. Los tres niños, todos de 9 años, son Evelyn Dieckhaus, William Kinney y Hallie Scruggs. Esta última es la hija de Chad Scruggs, el pastor de la iglesia presbiteriana asociada a la escuela. Los adultos son Katherine Koonce, de 60 años y directora del centro educativo; Cynthia Peak, profesora sustituta de 61 años; y Mike Hill, vigilante en la escuela, también de 61 años.

El jefe de la Policía de Nashville, John Drake, compareció este martes para dar nuevos detalles sobre Hale. En la víspera, Drake había explicado que Hale dejó escrito un manifiesto sobre la tragedia que planeaba acometer, además de mapas y planes detallados para llevarla a cabo. Esos planes iban más allá de buscar víctimas en la escuela: también quería atacar a miembros de su familia y un centro comercial de Nashville, aseguró Drake en una entrevista con CBS.

A pesar de esos documentos y de otros datos relevantes –Hale fue estudiante de la escuela que sufrió la tragedia, Covenant School–, Drake no se aventuró a esbozar cuál era la motivación de Hale. Se limitó a decir que el manifiesto estaba siendo revisado por su equipo y por el FBI y que no había indicaciones que los menores que murieron eran un «objetivo concreto» de Hale.

Pero el jefe de la Policía sí dio información importante para el caso. Tras interrogar a sus padres, con los que Hale vivía, Drake aseguró que Hale «estaba siendo tratada por médicos y sufría un desorden emocional». Por esos problemas mentales, sus padres no querían que tuviera armas. Aseguraron a la policía que creían que la única arma que tenía la había vendido. En realidad, acumuló siete –algunas de gran calibre–, todas compradas legalmente, en su casa.

Drake aseguró que si las autoridades hubieran sabido que Hale tenía intenciones suicidas habrían tratado de quitar las armas de las manos de Hale. «Pero no teníamos absolutamente ni idea de quién era esta persona», reconoció el jefe de la policía. La tendencia suicida de Hale, que se identificaba como 'Aiden' en ocasiones, quedó de manifiesto el mismo día de la tragedia, con los mensajes que intercambió con una amiga: «El mensaje que he compartido aquí sobre tí es básicamente una nota de suicidio», le dijo en Instagram. «Estoy planeando morir hoy. ¡No es una broma!».

La matanza –una más en la epidemia de tiroteos que sufre EE.UU.– volverá a reavivar el debate sobre la regulación del acceso a armas de fuego –en especial, a rifles de asalto– y sobre el tratamiento de las enfermedades de salud en la primera potencia mundial. Pero también ocurre en un momento de intensa batalla cultural sobre la ideología transgénero, y la identidad de Hale y su motivación podrían también azuzarlo.