Los antidisturbios tienen que proteger a Macron de los agricultores amenazantes

El presidente se tuvo que recluir en un recinto para evitar posibles agresiones durante la inauguración del salón de agricultura

El nuevo jefe de Gobierno francés confirma el giro conservador de Macron

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Altercados durante la visita de Macron al salón de la agricultura REUTERS

Juan Pedro Quiñonero

Corresponsal en París

Varias unidades antidisturbios han tenido que proteger físicamente al presidente de la República, Emmanuel Macron, la mañana del sábado, de bandas de agricultores en cólera que gritaban con mucha agresividad «¡Macron, dimisión!» a la apertura de salón de la agricultura.

Se trata ... de un acontecimiento sin precedentes: el jefe del Estado rodeado de antidisturbios, armados, para evitar que los manifestantes los alcanzaran físicamente con sus protestas y amenazas, muy agresivas.

Históricamente, el salón de la agricultura celebra, anualmente, las relaciones tradicionalmente serenas, incluso afectuosas, en algunos casos, entre el presidente y los agricultores, un sector ultraprotegido y capital en la historia social y económica de Francia.

Sin soluciones

Este sábado, Emmanuel Macron se presentó a las ocho de la mañana, hora intempestiva, para inaugurar el salón de este año, cuando la crisis del sector agrario, nacional y europeo, continúan sin solución conocida.

La entrada de Macron estuvo escoltada por un impresionante despliegue de unidades antidisturbios, tradicionalmente utilizadas para «restaurar el orden» durante crisis sociales graves.

Las fuerzas del orden impidieron la entrada al salón de los manifestantes. Estallaron entonces enfrentamientos físicos violentos con los agricultores, en cólera y relativamente violentos, coreando: «¡Macron, dimisión… Macron dimisión…!».

El presidente no pudo inaugurar el salón inmediatamente, como estaba previsto. Y varios centenares de agricultores, de todos los sindicatos nacionales, consiguieron burlar a las fuerzas de seguridad del Estado, buscando agresivamente a Macron, prudentemente encerrado en un recinto donde tuvo que recluirse, para escapar a la cólera de los agricultores.

Estallaron nuevos enfrentamientos físicos entre agricultores y fuerzas antidisturbios, que terminaron imponiendo un relativo orden. Tres horas después de su tumultuosa llegada, Macron entabló un diálogo con varias decenas de agricultores que lo increpaban con varios pretextos.

Imposible el diálogo, Macron dio por terminada su intervención, alejándose discretamente

Defensa de las medidas

Durante dos horas largas, el presidente defendió sus posiciones, reformas y proyectos de reformas, nacionales y europeas, interrumpido cada dos por tres, por agricultores poco o nada convencidos.

Imposible el diálogo, Macron dio por terminada su intervención, alejándose discretamente. Centenares de manifestantes volvieron a recorrer el salón gritando a coro, siempre «¡Macron, dimisión… Macron dimisión…!». Protegido por unidades especiales, el presidente tenía el rostro lívido, y temblaba, por momentos, a juzgar por las imágenes de varias cadenas de televisión de información permanente, que presentan el acontecimiento como un «desastre personal y político» para el jefe del Estado.

A muy primera hora de la tarde se esperaba que Macron terminara por inaugurar el salón de la agricultura, cuando los antidisturbios pusieran fin a una situación caótica sin precedentes en una salida personal del jefe del Estado.

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