Anticristianos y admiradores de los mitos germánicos y la 'raza aria', así es la secta neonazi más antigua de Alemania

«Bajo la apariencia de una creencia germánica pseudoreligiosa en los dioses, la 'Argemeinschaft' promovía la violación de la dignidad humana», ha justificado el Ministerio alemán de Interior la prohibición de la asociación 'The Art Community – Germanic Faith Community for Essential Living e.V.', fundada hace más de 70 años y sucesora de la 'Comunidad de fe germánica para una vida esencial', fundada en 1951 por el ex miembro de las Waffen SS Wilhelm Kusserow. Con sede en Berlín, se considera la organización neonazi más antigua de Alemania.

Desde 1975, un medio para difundir esta visión del mundo ha sido la revista trimestral 'Nordische Zeitung'. A partir de 1999, sus contenidos y la distribución de libros venía siendo coordinada desde la página web 'Asatru.de', actualmente desactivada, al igual que el canal de YouTube 'Artgemeinschaft', creado en marzo de 2020 con 16 vídeos. En YouTube se documentó, por ejemplo, una celebración del solsticio del año 3823, fechado a partir de Stonehenge, el lugar prehistórico de culto en el sur de Inglaterra que según esta creencia marca el comienzo de la era germánica. Según el calendario cristiano occidental, esta celebración del solsticio tuvo lugar en el verano de este año, en una ubicación que no ha sido hecha pública. Los miembros de la secta, alrededor de una gran fogata, escucharon una voz de mujer que recitaba partes del poema de Goethe 'La primera noche de Walpurgis', en el que discuten druidas germánicos y guardias cristianos. Otros vídeos mostraban a niños y jóvenes en campamentos de verano participando en danzas y rituales con los que conectar con una historia perdida. La reescritura de la historia es seguramente el principal objetivo de Artgemeinschaft.

En los libros que difunde la organización se condena la cristianización y se lamenta la romanización y la consiguiente adopción de una «fe extranjera», es decir, el cristianismo, que en su opinión no debería haber tenido lugar hace 2.000 años. La razón de esta «apostasía de la fe en los dioses germánicos Mannus e Irminsul» es «ese vicio germánico que la enseñanza de dos mil años de historia aún no ha podido erradicar: prestar menos atención a los propios caminos y costumbres, estar ciego ante ellos». Además de las interpretaciones de las runas, en el sitio web también se podía encontrar misticismo numérico: textos explicando que la sede de los dioses, el Valhalla, tenía 540 puertas de las que salían 800 guerreros «para la batalla final». Los dos números multiplicados darían como resultado 432.000, lo que sería evidencia de la conexión de los antepasados «germánicos» con la antigua Babilonia y la antigua India. Los textos trataban reiteradamente de la rehabilitación de los antepasados y al mismo tiempo ignoraban los logros de todas las civilizaciones posteriores en Europa Central.

Pero lo que ha volcado a la Oficina Federal para la Protección de la Constitución a favor de la prohibición no son las runas ni los mitos, sino el hecho de que se estuviese formando a niños y jóvenes en principios contrarios a la Ley Fundamental alemana, que garantiza la igualdad entre las personas de diferentes razas. Se presenta como una asociación religiosa que quiere servir «a la preservación, renovación y mayor desarrollo de la cultura de las especies del norte de Europa», pero con la palabra especies se refiere muy concretamente a las poblaciones genuinas nórdicas, a las que considera en exclusiva enteramente humanas.

Esta ideología estuvo detrás del crimen cometido por Stephan Ernst, condenado por el asesinato del presidente del distrito de Kassel, Walter Lübcke, que conmocionó a la política alemana en 2019. Ernst era miembro de la 'Artgemeinschaft'. En los eventos del grupo han participado también asiduamente Beate Zschäpe y otras personas del entorno de NSU, la célula terrorista que durante una década asesinó impunemente extranjeros por todo el territorio alemán por el mero hecho de serlo. Según información de MDR, el jefe de la 'Artgemeinschaft', Jens B., acogió al miembro de NSU condenado Ralf Wohlleben y a su familia en su granja en Bornitz, en Sajonia-Anhalt, después de su liberación de prisión. La Oficina para la Protección de la Constitución de Baden-Württemberg, territorio en el que la organización contaba con unos 30 miembros, evaluar así su ideología: «propaga una ideología nacionalista, racista, antisemita y anticristiana y, en términos de contenido, persigue una continuación coherente de la ideología del nacionalsocialismo».