Los aliados diseñan la OTAN de la próxima década

En esta cumbre, la OTAN se dispone a fijar en Lisboa su rumbo para la próxima década y su rediseño, con los límites que impone la crisis financiera a los principales países miembros. La Alianza que saldrá de Lisboa será más pequeña en su estructura, estará orientada a nuevas amenazas como el ciberterrorismo pero también habrá aprendido la lección sobre el límite de sus posibilidades después de la compleja misión en Afganistán (la ISAF) de la que quiere retirarse en 2014.

Aunque en el documento sobre la doctrina estratégica que los líderes aliados van a aprobar en las próximas horas se menciona la posibilidad de actuar en cualquier lugar del mundo donde se generen amenazas, el foco de su atención será la seguridad de los países miembros contra el terrorismo. Para ello, se considera necesario seguir confiando en el mecanismo de disuasión que ofrecen las armas nucleares y al mismo tiempo se aprobará la puesta en marcha de un sistema de defensa contra misiles. Rasmussen ha asegurado que dentro de diez años «la OTAN será más potente, más eficaz y estará más anclada en el mundo». Una parte de los cuarteles generales que la OTAN tiene en toda la región euro-atlántica, entre ellos el de Retamares, en España, serán muy probablemente cerrados a causa de esta remodelación.

La OTAN quiere también restaurar sus relaciones estratégicas con Rusia, muy deterioradas a raíz de la intervención rusa en Georgia en 2008. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha aceptado venir a Lisboa para participar en una reunión con los miembros de la OTAN, para tratar de encontrar fórmulas de cooperación. Moscú aceptará, según fuentes rusas, ampliar los términos del acuerdo por el que autoriza el tránsito de mercancías no letales para las tropas en Afganistán y los aliados esperan que Medvédev acepte cooperar con el sistema antimisiles que quiere poner en marcha la OTAN.