Alemania no podrá cumplir sus compromisos con la OTAN

Ese documento, publicado por la prensa alemana, describe que la situación del personal de la división blindada prevista para 2025 está calificada como «satisfactoria en un 79%». Para dotar completamente de personal a la división con 16.500 puestos, aconseja priorizar la contratación a través de una «gestión de personal específica». También anota falta de material y equipos pesados. «Previsiblemente, no estarán suficientemente disponibles», dice. Fechada en marzo, la carta advierte de que, incluso aunque se pudiesen reunir todas las existencias del Ejército, no permitirían el equipamiento completo.

El Ejército alemán ya arrastraba décadas de falta de inversión crónica, a lo que se suma que los envíos de equipos a Ucrania están conduciendo a una «reducción claramente perceptible en la preparación para la acción del Ejército», señala Mais, que habla de «continua financiación insuficiente».

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El Gobierno de Olaf Scholz decretó el año pasado un presupuesto extraordinario de 100.000 millones de euros destinado a equipar en tiempo récord a la Bundeswehr, pero, aunque se han realizado encargos de equipo, esa cantidad sigue en las arcas del Estado.

En un contexto europeo de rearme, los proveedores firman contratos sin todavía realizar las entregas, de forma que «la falta de recursos y la necesaria priorización de las divisiones prometidas a la OTAN para 2025 se traduciría en previsibles déficits graves en la formación del resto de unidades del Ejército». Si no se toman medidas adicionales, «el Ejército no podrá sostenerse en combates de alta intensidad y sólo podrá cumplir sus obligaciones con la OTAN de forma limitada», advierte el inspector del Ejército, que pide además «garantizar suficientes existencias de municiones», porque las tropas están actualmente muy por debajo de los requisitos de la OTAN, que estipulan un 'stock' para al menos 30 días.

Actualmente, «el Ejército no podría realizar sus tareas de manera creíble». Como ya no hay material para distribuir, el equipo completo depende «significativamente» de los suministros de la industria, que «no serían suficientes en el futuro previsible». A menos que se logre poner remedio a tiempo, la aportación alemana prometida a la OTAN «quedaría vacía en términos de personal y material», lamenta Mais.

En ese contexto de carencias, el Gobierno alemán insiste en que mantendrá su apoyo a Ucrania. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, confirmó este jueves que Alemania ha comunicado a Polonia el visto bueno para que Varsovia exporte aviones de combate MiG a Ucrania. Polonia había solicitado al Gobierno federal la aprobación para la entrega de cinco aviones de combate MiG-29 de las antiguas existencias de la RDA y Berlín ha cumplido con la solicitud.

Después de la reunificación en 1990, Alemania se hizo cargo de 24 aviones MiG-29 de la RDA. En ese momento, el modelo de caza se encontraba entre los aviones de combate más modernos del mundo. En 2004, Berlín entregó 22 de los aviones a Polonia. De los dos aviones restantes, uno fue destruido en un accidente y el otro está hoy en exhibición en un museo.

Sin embargo, no está previsto que Alemania entregue aviones de su propio 'stock' a Ucrania, a pesar de que el presidente Volodímir Zelenski insiste en la necesidad de una alianza europea de suministro de aviones de combate, como sucedió anteriormente con la entrega de tanques pesados. Las razones que alega el Gobierno alemán se refieren a la necesidad de evitar gestos que puedan ser interpretados por Moscú como un aumento de la escalada del conflicto, pero no cabe duda de que también influye la particular situación de desabastecimiento del Ejército alemán.

El inspector Mais exige un presupuesto de Defensa más alto y a más largo plazo. «Los efectos positivos de las contramedidas, a partir del punto de inflexión, probablemente sólo serán de menor utilidad para la preparación operativa del Ejército», predice, en referencia a los 100.000 millones de euros extraordinarios. Pistorius, sin embargo, está ocupándose en primer lugar de una reestructuración de los mandos, lo que ha dejado al margen a algunos de alto rango como Eberhard Zorn, inspector general durante muchos años.

La jefa de la oficina de adquisiciones, Gabriele Korb, responsable de todas las compras de armas y equipos, también ha sido despedida después de que Pistorius asumiese el cargo en enero. En su oficina, se explica que desea poner fin a la llamada «difusión de responsabilidad» y formar un equipo con capacidad para tomar decisiones de forma más efectiva. La filtración de documentos internos pone de manifiesto que todavía cuenta al menos con cierta resistencia entre los oficiales y se deduce que, sólo cuando tenga un equipo de confianza, procederá a tomar las medidas necesarias para restablecer la operatividad de la Bundeswehr.