La velocidad, secreto de la coalición

Los acontecimientos en Irak se han desarrollado en general según lo previsto, declara el almirante sir Michael Boyce, jefe del Estado Mayor de Defensa británico. Las principales excepciones fueron el tiempo necesario para que los británicos penetraran en la ciudad de Basora y la organización ... de la campaña en la región kurda.

En principio, los británicos habían planeado entrar en Basora dos días después de lo que lo hicieron en la práctica. El calendario se adelantó debido al bombardeo con misiles iraquíes de Kuwait y la península de Fao, lo que llevó al alto mando en Qatar a temer que la resistencia en el sur del país pudiera ser mayor de lo esperado. Por consiguiente, se tomó la decisión de acelerar la participación de los Comandos 40 y 42, ante lo cual cayeron rápidamente la península de Fao y el puerto cercano de Um Qasr.

Al analizar la situación en el norte de Irak, el almirante Boyce insiste en rechazar la idea de que la región se pudiera haber tomado usando irregulares kurdos, de la misma forma que se utilizó la Alianza Norte contra los talibanes hace dos años en Afganistán. En primer lugar, la región es sólo en parte kurda, mientras que se sigue manteniendo el problema de liberar ciudades, especialmente Kirkuk y Mosul. En segundo lugar, los soldados kurdos no eran suficientemente numerosos, y no estaban suficientemente bien armados, instruidos y organizados como para atacar a la guarnición local compuesta por el Ejército regular iraquí. Siempre harían falta fuerzas externas más pesadas.

Al preguntarle si acepta que, durante la fase de planificación, había habido dos escuelas de pensamiento en el Pentágono, la «escuela de Rumsfeld», partidaria de una guerra «ligera», y la de Colin Powell, que proponía una guerra «pesada», contesta que creía que se había exagerado el conflicto entre estas dos «doctrinas». Está de acuerdo en que probablemente Donald Rumsfeld esperaba luchar en la guerra con un número de efectivos comparativamente limitado, pero dudaba que el secretario de Defensa estadounidense creyese que era posible limpiar la región del norte sin desplegar tropas convencionales estadounidenses o británicas.

En cuanto a por qué la coalición había avanzado tan bien y la oposición iraquí había actuado tan mal, el secreto ha estado, según el almirante Boyce, en la rapidez de la operación. La coalición «entró en la espiral de la decisión», con lo cual se refiere a que los mandos iraquíes eran incapaces de reaccionar a tiempo ante los acontecimientos. Por ejemplo, los estadounidenses llegaron a los puentes cruciales sobre el Éufrates y el Tigris con tanta antelación sobre lo esperado que los comandantes locales no tuvieron tiempo para pedir a una autoridad superior permiso para volarlos. Además, probablemente les asustaba transmitir la noticia de que los puentes corrían peligro. En consecuencia, no se hizo nada y los puentes se tomaron intactos. Algunos de los puentes estaban preparados para la demolición, con las cargas colocadas. Cuando llegó el momento, sin embargo, en la cadena de mando iraquí no se transmitieron los mensajes adecuados, y no fueron detonadas.

En Um Qsar y en el aeropuerto de Bagdad se produjeron los mismos errores. La pérdida del aeropuerto debe de haber sido especialmente grave para el enemigo, ya que los daños causados por el bombardeo de la coalición no habrían tardado mucho en ser reparados. El aeropuerto tiene una pista de dos kilómetros, capaz de aceptar los gigantescos C17 de transporte militar. Los refuerzos ya estaban llegando. Como consecuencia, la coalición estaba introduciendo refuerzos a menos de 20 kilómetros de la escena de combate, en el barrio gubernamental de Bagdad.

El almirante Boyce analiza también por qué las fuerzas armadas iraquíes habían presentado tan poca resistencia. El denominada Ejército regular simplemente se había «largado». Tan pronto como los soldados se dieron cuenta de que iba a ser una lucha seria, aprovecharon la primera oportunidad para deshacerse del uniforme e irse a casa. Las fuerzas de seguridad intentaron coaccionar a los soldados, especialmente a los de la Guardia Republicana, hasta el punto de realizar ejecuciones tras la línea de frente. Sin embargo, no había suficientes hombres de seguridad para ir de un lado a otro, así que los soldados de la Guardia Republicana aprovechaban la oportunidad para desertar siempre que podían. También habían sido terriblemente castigados por el ataque aéreo de la coalición, que destruyó la mayor parte de sus equipos pesados.

Las fuerzas de seguridad, los fedayines y la milicia del Baas, responsables de la mayor parte de la resistencia encontrada por la coalición, tanto en Bagdad como en Basora, han luchado porque no tenían otra opción. Sus miembros son identificables como partidarios de Sadam Husein, y no tienen vida fuera de su aparato estatal. Dado lo pobre que era su equipamiento, principalmente armas ligeras, muchos lucharon con notable valentía, según el almirante.

EDA f The Daily Telegraph

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios