La piel fina del conservadurismo
Siendo de clase alta y descendiente del rey Guillermo IV y una de sus amantes, el líder «tory» se ha inclinado hacia un «conservadurismo compasivo»
Está más próximo de lo que históricamente se conoce como «one nation conservatism» que de su extremo opuesto, el Thatcherismo. Y eso es una contradicción biográfica, como ocurrió con la propia Thatcher. Siendo ella la hija de un tendero, lideró una doctrina política que debilitó ... a los sindicatos, dio rienda suelta al libre mercado y se desentendió del concepto de sociedad.
Siendo él de clase alta, nacido en una familia de financieros y, aunque no propiamente aristócrata, descendiente directo del rey Guillermo IV y una de sus amantes, Cameron se ha inclinado hacia lo que él ha denominado «conservadurismo compasivo».
Esto entronca con una línea de la tradición conservadora británica que viene de Disraeli: la apuesta por la armonía entre las clases sociales, sin que haya una nación de ricos y otra de pobres. Thatcher quería un Estado pequeño, David Cameron también, pero combinado con una «gran sociedad», lema de su campaña.
La evolución hacia este punto de Cameron (Londres, 1966) ha sido progresiva. De joven se apuntó con entusiasmo a la estela de Thatcher. Criado en Berkshire, hizo sus estudios de secundaria en Eton y luego marchó a la Universidad de Oxford. Entre 1988 y 1993 trabajó para el Departamento de Investigación Conservador, la unidad del partido en la que coincidieron muchos de quienes hoy forman el equipo de Cameron. Desde ese departamento asistió en ocasiones al primer ministro John Major y trabajó para Norman Lamont, canciller del Tesoro. Ante la falta de perspectivas en la oposición fichó como responsable de relaciones externas de la compañía audiovisual Carlton Communication.
En 2001 regresó a la política al conseguir un acta de diputado. La dimisión tras las siguientes elecciones de Michael Howard como líder «tory» abrió la puerta a un relevo generacional. Cameron se impuso a finales de 2005 en las primarias. Su modo directo de dirigirse a las bases en un dicurso sin papeles provocó un «momentum» parecido al logrado por el liberal-demócrata Clegg en esta campaña con similares virtudes. Para entonces, la experiencia de padre de un hijo con grave discapacidad y el contacto con personas de muy variada procedencia, fruto de su facilidad de trato, ya le habían inclinado hacia una mayor sensibilidad social.
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