Roma se blinda para una cumbre del G-20 sin Putin ni Xi Jinping

La presidencia de turno italiana del G-20 tiene el objetivo de lograr el principal compromiso de la cumbre: financiar la transición energética de los países más pobres con 100.000 millones de dólares anuales para el año próximo, favoreciendo así su adaptación a la transformación del clima.

El primer ministro, Mario Draghi , pretende conseguir en Roma un pre-acuerdo sobre la emergencia climática con los grandes contaminadores de la Tierra, para llevarlo a la COP26 . Es una oportunidad extraordinaria la que se presenta en Roma, porque los países que forman parte del G-20 son responsables de más del 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. La Unión Europea, en su conjunto, es responsable de solo el 8% de las emisiones globales. Sin embargo, varias señales indican que el acuerdo se presenta difícil. Una sombra la constituye la ausencia en la capital italiana del presidente chino, Xi Jinping , cuyo país es el mayor contaminador del planeta. Xi se conectará de forma remota. Lo mismo hará el presidente ruso, Vladimir Putin , ausente de la cumbre.

El objetivo sería llegar a un acuerdo sobre emisiones netas cero para 2050, con reducciones significativas para 2030 y el compromiso de mantenerse por debajo de los 1,5 grados centígrados de aumento de temperatura desde ahora hasta final del siglo, objetivo fijado en la cumbre de París. Por el momento, la Tierra está girando a una temperatura que podría aumentar más del doble , hasta +2,7. Se espera que la UE reduzca las emisiones en un 55% para 2030 (en comparación con los niveles de 1990). China, por su parte, ha anunciado una reducción de emisiones del 65%, manteniendo el objetivo de llegar a cero emisiones para 2060, al igual que la India, pero ha seguido construyendo nuevas plantas de carbón, invirtiendo en energías renovables un tercio de lo que hace con los combustibles fósiles. En el borrador del documento final, aparece el compromiso de que cesen los fondos para centrales eléctricas de carbón, pero hasta el último momento se debatirá sobre las fechas de la transición ecológica. Mario Draghi ha trabajado con especial ahínco para llegar a un acuerdo aceptable en Roma, lo que sería un buen augurio para la COP26.

En esta primera gran cumbre en presencia de los líderes mundiales tras la explosión del Covid, se abordarán otros dos desafíos globales, particularmente dos: la vacunación masiva en los países más pobres y la reconstrucción de la economía sobre una base más sostenible después de Covid. El G-20 quiere llegar al compromiso de vacunar al menos al 70% de la población mundial. El G-20 se propone ofrecer soluciones para los gigantescos problemas que existen en la cadena logística para una vacunación masiva, sin la cual el Covid seguirá infectando en todo el mundo y produciendo variantes.

La cumbre de Roma es escenario también de importantes encuentros bilaterales entre los líderes mundiales. Será la primera vez que el presidente estadounidense Joseph Biden visite Roma , desde su elección en la Casa Blanca. Además de un encuentro con el Papa Francisco esta mañana en el Vaticano, Biden se ve esta tarde con el primer ministro italiano, Mario Draghi, el presidente de la República Sergio Mattarella , y después con el presidente francés Emmanuel Macron. Despierta especial interés la entrevista de Biden y Macron, después de la crisis diplomática abierta en septiembre, tras el acuerdo trilateral por el que Estados Unidos y Gran Bretaña ayudarán a Australia a desarrollar submarinos nucleares, lo que supuso la cancelación del sustancioso contrato por el que Francia tenía previsto vender submarinos convencionales al país oceánico, lo que desencadenó una dura polémica por parte del gobierno francés. La estancia de Biden en Europa proseguirá en Glasgow para asistir a la cumbre de la COP26.

Roma se ha blindado para esta cumbre. Las principales vías del centro histórico se cierran, al igual que el espacio aéreo. Se ha preparado un dispositivo de seguridad sin precedentes en la capital italiana, con alrededor de 10.000 policías y militares para proteger a las delegaciones extranjeras, las reuniones del G-20 y vigilar diversas manifestaciones de protesta que están previstas. Los líderes se verán las caras en la Nuvola, el nuevo Centro de Congresos, diseñado por el arquitecto Fuksas, situado a 10 kilómetros del centro histórico, en el barrio del EUR, al sur de Roma: Se trata de una zona residencial y de negocios, nacido en la época fascista por voluntad de Benito Bussolini, que quiso crear un gran espacio monumental para celebrar la exposición universal de 1942. Habrá una zona roja de seguridad de 10 kilómetros cuadrados en torno a la Nuvola.