Putin declina viajar a la conferencia del clima de Glasgow

Ya el pasado 13 de octubre, en una comparecencia con motivo de un foro sobre energía, el máximo dirigente ruso ya avisó que no tenía todavía decidido si iría o no a Glasgow, dada la alta incidencia de Covid-19 en el Reino Unido. Lo que sí ha sugerido el portavoz de la Presidencia rusa es la posibilidad de que Putin pudiera intervenir en la conferencia del clima por videoconferencia, ya que, según sus palabras, el cambio climático es «una de las prioridades más importantes de la política exterior» de Rusia. Aseguró que el país eslavo estará representado en la ciudad escocesa. El jefe del Estado ruso no es el único que no estará presencialmente en Glasgow, tampoco irá su homólogo chino, Xi Jinping.

Putin afirmó la semana pasada en el foro energético que Rusia aspira a la neutralidad en emisiones de carbono para 2060, una estrategia más ambiciosa que la mostrada hasta ahora. «En la práctica, Rusia se esforzará por alcanzar la neutralidad en la emisión de carbono (…) nos hemos fijado un objetivo concreto: a más tardar en 2060», declaró.

En julio, con motivo de unas conversaciones con el enviado especial de Washington, John Kerry, el Kremlin emitió un comunicado señalando que «el problema del clima es uno de los sectores en los que Rusia y Estados Unidos tienen intereses comunes y puntos de vista similares». Según declaró Putin en abril que «Rusia cumple con sus obligaciones internacionales en este ámbito con responsabilidad», refiriéndose en particular al protocolo de Kioto y al acuerdo de París sobre el clima.

El descongelamiento del permafrost en Siberia y los incendios, fenómenos ambos vinculados al cambio climático, han concienciado a Putin, según los analistas, de la necesidad de tomar medidas. Rusia, uno de los principales productores de petróleo y gas del mundo es también un país altamente contaminador. Antes, sin embargo, Putin minimizó siempre el papel del ser humano en el cambio climático.

El presidente ruso tampoco tiene intención de ir a la cumbre de líderes del G20 en Italia. El jefe del Kremlin habló ayer con el primer ministro de Italia, Mario Draghi, para comunicarle su ausencia a la cumbre. En septiembre estuvo dos semanas confinado al detectarse un brote de Covid en su entorno. Putin está vacunado y la semana pasada tuvo que salir al paso de una tos recurrente, que, según sus palabras, «no es nada malo (…) me enfrié un poco y nada más».