Qandil, un independiente desconocido de tendencia islamista para reformar Egipto

A sus 50 años, Qandil sustituirá en el cargo a Kamal Ganzuri , cuyo gabinete presentó su dimisión a finales de junio pasado y sigue en funciones hasta el nombramiento de uno nuevo.

Mursi ha encontrado en el titular de Recursos Hídricos el perfil de un técnico independiente, que no ha militado en ningún partido político antes o después de la revolución que desbancó del poder a Hosni Mubarak en 2011, según fuentes de la presidencia.

Sin embargo, la tendencia islamista de Qandil puede servirle en su futuro trabajo en coordinación con Mursi, quien abandonó los Hermanos Musulmanes nada más ser elegido presidente.

Qandil ha recibido el encargo de formar un nuevo Gobierno tras haber dirigido el Ministerio de Recursos Hídricos e Irrigación desde que el año pasado fuera llamado para integrar el gabinete de Esam Sharaf , el primer jefe del Gobierno tras la caída de Mubarak que a finales de 2011 fue sustituido por Ganzuri. El primer ministro egipcio designado también ha formado parte del llamado Consejo de Ministros de los Asuntos del Agua que comparten los países ubicados en la cuenca del río Nilo.

Licenciado como ingeniero en 1984 en Egipto, Qandil se especializó en Recursos Hídricos en Carolina del Norte (Estados Unidos), donde obtuvo un máster y un doctorado en la materia. Ha dedicado buena parte de su carrera profesional a los asuntos relacionados con el emblemático río que atraviesa Egipto de norte a sur: participó en la denominada Iniciativa de la Cuenca del Nilo y fue observador en la instancia egipcio-sudanesa sobre ese río.

Qandil fue además miembro del Consejo Nacional de Estudios Hidráulicos en 2002 y trabajó como director del gabinete del Ministerio de Recursos Hídricos entre los años 1999 y 2005. Antes de ser nombrado ministro de este departamento, fue responsable de Asuntos Hídricos del Banco Africano de Desarrollo , una organización que comenzó a operar en 1996 para contribuir al progreso económico y social de los países de África.

Con la elección de Qandil, el presidente Mursi confía en una persona poco conocida en la escena política para impulsar las medidas económicas con las que pretende devolver la estabilidad a Egipto tras una convulsa transición democrática.