La oposición mexicana, sobre la revocación de López Obrador: «Es una estafa para promover su figura»

A juicio de la derecha mexicana, la afamada revocación de mandato debe darse cuando la ciudadanía lo solicita para echar del poder a un Gobierno que esté fallando, mientras que en el caso de México «fue desde el ejecutivo, concretamente desde Morena , el partido del que proviene el presidente de la República, desde el que se impulsó esta votación», nos comunica Ayala que atiende a este periódico la víspera de la votación de revocación de mandato que ha alentado el presidente López Obrador bajo el pretexto: «Porque el pueblo pone y el pueblo quita».

La encargada, en el Congreso de los Diputados mexicano, de la Comisión de Transparencia y Corrupción nos confiesa que la revocación se ha usado como «propaganda» con una pregunta «tendenciosa» a favor del omnipresente AMLO . La política hace hincapié en que los 2,8 millones de firmas conseguidas para aprobar llevar a cabo el revocatorio fueron reunidas «y estimuladas por el partido del presidente, no por la ciudadanía». René Miranda, director del Registro Federal de Electores, detectó por su parte 800.000 irregulares, entre las que se encontraban 12.800 defunciones, duplicados y credenciales vencidas.

El PAN toca otro flanco candente ya que aseguran que esta iniciativa pretende debilitar al INE (Instituto Nacional Electoral), uno de los nueve órganos independientes sobre el que se sustenta la democracia mexicana que se considera el árbitro de las elecciones.

Harto improbable puesto que la propaganda política para destituirlo del cargo ha sido prácticamente inexistente. Ha habido sólo dos frentes bien diferenciados: el partido en el poder que reclama que siga su máximo dirigente o la oposición que persigue la abstención. La figura de López Obrador, que ronda el 60 % de popularidad, tendría que arrastrar a más del 40 % vinculante del electorado para que abandonara el poder. Al cierre de esta edición quedan siete horas para que las 57.000 urnas electorales, denominadas casillas, cumplan su improbable función, después de una participación de menos del 8 % en la consulta para abrir una investigación a los expresidentes el año pasado.

La oposición achaca los 1.500 millones de pesos -algo menos de 70 millones de euros- gastados en la elección que consideran un despilfarro. A esto se une que algunos candidatos de Morena han aparecido invitando a votar a favor del presidente, algo prohibido por la ley electoral. Incluso el INE, con el que AMLO guarda una guerra abierta no exenta de reproches para que desaparezca, ha solicitado quitar fragmentos de algunas Mañaneras -el discurso diario de Andrés Manuel- o tuits de Claudia Sheinbaum , jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que consideraba «propaganda gubernamental» en el periodo de veda electoral. Todo indica a que la revocación no se producirá, es probable que la figura de AMLO salga reforzada y la confusión y la polarización serán las ganadoras a menos de dos meses de las elecciones en seis estados mexicanos.